Ejemplos con tonelero

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tras la batalla, el general Mansilla abandonó los acantonamientos de Ramallo, dejando clavados los cañones que guarnecían el Tonelero.
Y sin decidirse, no obstante, del todo por Perico, ni por ningún otro de los muchísimos que la arrullaban, estaba Rosarito, cuando una noche, en que gozaba en compañía de sus viejos del aire libre, en mitad del patio de su casa, hubo de penetrar -según cuentan- la tía Pingajitos anunciando con voz de aguardentosas inflexiones, que una comisión compuesta de la flor y nata de los mocitos baries, o sea, de Antonio el Viruta, Juanico el Tartajoso y Currito el Tonelero, solicitaban ver a la Niña de los Lunares.
:¡Qué encanto el de la azotea! Las campanas de la torre están sonando en nuestro pecho, al nivel de nuestro corazón, que late fuerte, se ven brillar, lejos en las viñas, los azadones, con una chispa de plata y sol, se domina todo: las otras azoteas, los corrales, donde la gente, olvidada, se afana, cada uno en lo suyo -el sillero, el pintor, el tonelero-, las manchas de arbolado de los corralones, con el toro o la cabra, el cementerio, adonde a veces llega, pequeñito, apretado y negro, un inadvertido entierro de tercera, ventanas con una muchacha en camisa que se peina, descuidada, cantando, el río, con un barco que no acaba de entrar, graneros, donde un músico solitario ensaya el cornetín, o donde el amor violento hace, redondo, ciego y cerrado, de las suyas.
El tonelero llamó a su esposa, que vino prontamente, seria y afable.
Aquel era el maestro Cubas, tonelero, amigo y protegido de mi padre en días mejores, hombre excelente, trabajador, cariñosísimo, a quien en el pueblo llamábamos mestre Cubas.
«Gracias, mil gracias, un millón de gracias, mestre Cubas -dije aceptando los obsequios que en la mesa me hacía aquella honrada familia, pues el buen tonelero me obligó a aceptar en hospitalidad rumbosa.
Sin duda la cabeza hercúlea del buen tonelero se resentía del exceso de libaciones, motivado por su prurito de unir el ejemplo a la regla en aquel ardiente panegírico del Otoño.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba