Ejemplos con tibia

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El músculo grácil o recto interno es un músculo que se extiende desde la rama inferior del pubis y la rama del isquion hasta la tibia.
Inserción inferior: tras rodear el cóndilo medial de la tibia, se inserta en la parte superior de su cara medial contribuyendo con los músculos sartorio y semitendinoso a formar la pata de ganso superficial.
su cara lateral o profunda se relaciona con el borde medial de los músculos aductores, el cóndilo medial del fémur y la tibia, sobre la cual la bolsa sinovial los separa del ligamento colateral tibial.
El sábado por la mañana ingresaba a las órdenes del Doctor Xavier Mir, en la Clínica Dexeus de Barcelona donde, después de realizarle una Resonancia Nuclear Magnética y una Tomografía Axial Computerizada, se confirmó la fractura del cartílago de crecimiento de la tibia derecha y además se encontró una fractura del hueso calcáneo en el tobillo de la misma pierna, más contusiones y erosiones varias.
Y, gracias a Dios, él tiene una cuadra tibia y blanda como una cuna, amable como mi pensamiento.
Cantaban los chamarices allá arriba, en la cúpula verde, toda pintada de cenit azul, y su trino menudo, florido y reidor, se iba en el aire de oro de la tarde tibia, como un claro sueño de amor nuevo.
Un ala se volvía azul, otra, encarnada Eran pequeñas banderas, a cientos, a miles, que se estremecían día y noche con la tibia brisa impregnada de sol, con el huracán acuoso de las mañanas pálidas, con el frío mordiente de las noches interminables.
Ella era la aurora que asoma sus dedos de rosa por la inmensa rendija entre el cielo y el mar, la hora tibia del mediodía que adormece las aguas bajo un manto de oros inquietos, la bifurcada lengua de espuma que lame las dos caras de la proa rumorosa, el viento cargado de aromas que hincha la vela como un suspiro de virgen, el beso piadoso que hace adormecerse al ahogado, sin cólera y sin resistencia, antes de bajar al abismo.
En un espacio grande como cuatro continentes, los pólipos, fortalecidos por el agua tibia, levantaban millares de atolones, islas anilladas, bancos y arrecifes, pilares submarinos, terror de la navegación, que, al ligarse entre sí con un trabajo milenario, iban a crear una nueva tierra, un continente de recambio, por si la especie humana perdía en un cataclismo su zócalo actual.
Del hombro al tobillo percibió el capitán los suaves relieves de una carne tibia y firme, que se hacía sentir a través de las ropas y parecía tirar de él con nerviosos estremecimientos.
Gonzalo advertía, no obstante, con pesar, que no les envolvía esa atmósfera tibia y afectuosa que hace tan grato el hogar doméstico.
Vio entonces a su espalda, en el mismo salón azul, una dama muy apuesta y elegante dormida en una butaca: tenía en la mano un número de un periódico de modas, caído negligentemente sobre la falda, y dábale de lleno en el rostro la tibia luz de una gran lámpara colocada en un trípode, cuyos reflejos recogía amplia pantalla de seda de suaves matices Era Isabel Mazacán, la pérfida Mazacán, reconciliada dos meses antes con Currita y dispuesta a pelearse otras mil veces con ella en cuanto el tiempo y la ocasión se presentasen.
Y los dos carruajes, esparciendo en la sombra la roja luz de sus dobles faroles, partieron al trote, conmoviendo el silencio de la noche tibia, estrellada y serena.
Fortunata decía a todo que sí, y aparentando ocuparse de aquello, pensaba en lo suyo, meciéndose en la dulce oscuridad y la tibia atmósfera de la sala.
La madre le ofreció su delantal de hule, que él rehusó, ya tenía un pantalón viejo, destinado a perecer en la demanda, y por nada del mundo renunciaría a sentir aquella onda tibia.
Finalmente, tan gallarda y porfiadamente se resistió Leocadia, que las fuerzas y los deseos de Rodolfo se enflaquecieron, y como la insolencia que con Leocadia habia usado no tuvo otro principio que de un ímpetu lascivo, del cual nunca nace el verdadero amor que permanece, en lugar del ímpetu que se pasa, queda, si no el arrepentimiento, a lo ménos una tibia voluntad de segundalle.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba