Ejemplos con tercianas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando el enfermo se agravaba el médico ya no tenía mucho por hacer pues no poseía la técnica ni los conocimientos necesarios para curar enfermedades como el cáncer, hidropesía, apoplejía, alfombrilla o tercianas, muy comunes y estudiadas durante el virreinato.
Su suelo, es bastante húmedo, por cuya razón el clima es enfermizo, y propenso a tercianas reumas.
Creía en el mal de ojo y en las recetas para impedir sus terribles efectos, y era fuerte en fórmulas cabalísticas para conseguir de la Santísima Trinidad la pronta cura de tercianas y cuartanas.
Después, viendo el Palacio o Viña de los Médicis, que esta en la Trinidad del Monte, y pareciéndole el sitio a propósito para estudiar y pasar allí el verano, por ser la parte más alta y más airosa de Roma, y haber allí excelentísimas estatuas antiguas de que contrahacer, pidió al Conde de Monterey, Embajador de España, negociase con el de Florencia le diesen allí lugar, y aunque fue menester escribir al mismo Duque, le facilitó esto y estuvo allí más de dos meses, hasta que unas tercianas le forzaron a bajarse cerca de la casa del Conde, el cual, en los días que estuvo indispuesto, le hizo grandes favores, enviándole su médico y medicinas por su cuenta, y mandando se le aderezase todo lo que quisiese en su casa, fuera de muchos regalos de dulces, y frecuentes recuerdos de su parte.
de Berlanga, que había de desempeñarlo, ha caído anteayer con unas tercianas, y.
Decir si ha de llover por marzo, ha de hacer frío por diciembre, si han de morir algunas personas en este año y nacer otras en el que viene, decir que tal planeta tiene tal influjo, que el comer melones ha de dar tercianas, que el nacer en tal día, a tal hora, significa tal o tal serie de acontecimientos, es, sin duda, un despreciable delirio, y si ustedes han llamado a esto matemática, y si creen que la matemática no es otra cosa diversa, no lo digan donde lo oigan gentes.
Usted tiene a sus hijas casadas y establecidas, y aunque pobres, mientras trabajar puedan, no le ha de faltar a usted y a su padre el pan, pero yo, que tengo a mis niñas chicas y a mi marido desde tres meses con tercianas, sin tener para que duerman mis hijitas más que el suelo pelado, sin una mala manta con que abrigarles, de manera que de arrecidas me se van a morir en diciendo el frío: ¡aquí estoy!.
-¿Cómo es eso, mujer? ¿Pues qué, tu marido no lo ganaba antes que le acometiesen las malvadas tercianas?.
y prometiéndole, que, con ayuda de los dioses, la curaríamos de sus tercianas aunque fuese a costa de nuestra vida.
Atormentada esta noche por escalofríos que me hacen temer un ataque de tercianas, busqué en el sueño un remedio a mi dolencia.
Los jesuitas guardaron por algunos años el secreto, y a ellos acudía todo el que era atacado de tercianas.
de Berlanga, que había de desempeñarlo, ha caído anteayer con unas tercianas, y.
Con la mala vida de campaña, las tercianas se le habían convertido en no sabía qué fuego y qué nieve que le habían consumido hasta dejarle hecho ceniza.
Pero Ramón, la gallina, el enclenque sietemesino, alternando entre las tercianas y el reumatismo, tuvo energía por la primera vez de su vida, y a escondidas de su madre, se vendió, liquidó con don Pedro, y el precio de su sacrificio sirvió para pagar las rentas atrasadas y la corriente.
Mira, tú, que tengo a mi Pedro hace tres meses con tercianas, y a mis niñas durmiendo en el suelo pelado, y el invierno que ya asoma.
Recorriendo luego los lagos de Zurich y otros, estuvo a punto de ahogarse y cogió unas tercianas, por lo cual tomó horror a los lagos y se decidió a contentarse con las tradiciones populares de los cantones de Uri, Schwitz y Underwal, tradiciones que esperaba hallar hasta en la boca del más rústico campesino.
Pero es el caso que los naturales de él han querido hacer de estas ventajas un título preeminente, así como de ser sus mozas excelentes cantadoras, y sus mozos, amén de apuestos, incansables bailadores, y diestros, sobre toda ponderación, en tocar las tarrañuelas, y como acontece que en el pueblo que está situado en el rincón de la vega, entre ésta, la sierra y la vertiente de la meseta, anochece a media tarde, menudean las tercianas, cantan las mozas como jilgueros y son los mozos grandes jugadores de bolos y muy capaces de alumbrar una paliza al lucero del alba, cátate que las dos aldeas vecinas viven siempre como el gato y el perro, en perpetuo desafío, en constante provocación y en continua burla.
-¡Y bien! tus tercianas han desaparecido, te hallas en buena salud, lozana y bellísima.
-¡A robarme! ¡qué idea tan bella y novelesca! Pero, dime, ¿por qué me trajeron aquí? La hermana Teresa, dice, que tuve unas horribles tercianas al cerebro, que deliraba y que los médicos ordenaron mi traslación a este valle, tanto con la esperanza de curarme, como por ocultar a mi pobre mamá enferma, el estado en que yo me encontraba.
que está ya del todo curada de su locura, pero empleando para ello las precauciones necesarias a fin de que no se aperciba de qué lugar sale, pues la hemos hecho creer que se halla en una casa de campo a seis leguas de Lima, donde la hermana María y yo estamos convaleciendo, y la trajimos a ella enferma de tercianas a la cabeza.
¡Un hombre fino, un joven hermoso y blanco como una mujer, un enfermo, después de seis meses de tercianas!.
Iwa, que así se llamaba el polaco, según me contó luego la viejecita, llevaba ya seis meses de tercianas, y estaba muy débil, muy delgado, casi hético.

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