Ejemplos con templada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Fuerte en La Cruz y ya con cierta regularidad a domicilio, el Candás de la segunda vuelta se asienta en zona templada y llega a mirar de reojo a los dos primeros puestos de la tabla, clasificatorios para la fase de ascenso a Primera categoría.
En la actualidad se distribuye por diversas zonas de Asia templada y tropical, presentando una mayor incidencia en India, Nepal, China, Sri Lanka, Filipinas y Thailandia.
Biológicamente, el Sur es una región enorme, diversa, que tiene numerosas zonas climáticas, incluyendo la templada, subtropical, tropical y árida.
No hay casi estudios de la conducta de esta familia, pero las observaciones, indican una fenología definida de zona templada.
Son naturales de la zona fría, templada, subtropical y del Mediterráneo.
Osmunda es un género de helechos de zona templada de la familia de las Osmundaceae.
Tiene cinco especies perennes nativas de las regiones de temperatura templada del hemisferio norte.
El clima corresponde a la región templada pampeana.
El clima de Andalucía, al igual que el de España, queda incluido en el clima mediterráneo, en la zona templada de la Tierra, aunque más cerca del trópico que del círculo Polar.
Andalucía y España se encuentran situadas en la zona templada de la Tierra, que es la zona más afectada por centros de acción atmosféricos, masas de aire y frentes.
Al contrario, la zona templada recibe influencias de las zonas cálida y fría, generando tipos de tiempo más contrastados.
La zona templada de la Tierra es la única que aparece con claras diferencias estacionales.
Son grandes arbustos o árboles de pequeño porte, nativos de la zona templada cálida del hemisferio norte.
El suavemente clima más frío de los pasados millones de años eliminaron la conexión a la zona templada entre Norteamérica y Eurasia, pero los orígenes comunes de Laurasian y una larga historia de clima templado con el puente de tierra, dio similitudes botánicas entre las floras templadas en los dos continentes.
A tener Miranda alma mejor templada, ganaría con el amor el corazón abierto y generoso de la niña leonesa, pero no parece sino que le inspiraba el diablo para hacer todo lo más inoportuno.
Pilar estaba muy agitada, y ardía de sed, a cada paso Lucía le llegaba a los labios el pistero de agua de goma, previamente templada en una estufilla.
Comprendíase a primera vista que el , con sus delgadas paredes de madera, mal defendería a sus habitantes del frío del invierno y los calores del verano, pero en la estación de otoño, templada y benigna, aquella caprichosa construcción, orlada de franjas de menuda crestería, trabajada como un juguete de sobremesa, engalanada de fresca guirnalda de rosales, era el albergue más coquetón y donoso que puede imaginar la mente, el nido más adecuado para una pareja de enamoradas tórtolas.
Ante los cafés, las mesas al aire libre tenían mucho parroquiano, porque la templada atmósfera lo consentía, y bajo la claridad fuerte de los reverberos bullían los mozos sirviendo cerveza, café o bavaresa de chocolate, y el humo de los cigarros, y el crujir de los periódicos que desdoblaban, y las conversaciones, y el sonido seco de las fichas del dominó dando contra el mármol, llenaban de vida aquel trozo de acera.
Ya sabemos que esto no se acordaba con la naturaleza de aquella templada y patriarcal reunión.
Y mientras duraba el almuerzo, unos indios, descalzos y en sus trajes de lona, puestos en tierra sus sombreros de palma, tocaban, bajo otro paradorcillo más lejano, dispuesto para ellos, unos aires muy suaves de música de cuerda, que blandamente templada por el aire matinal y la enredadera espesa, llegaba a nuestros alegres caminantes como una caricia.
Ya verá cómo ahora cuesta más trabajo aviarle Y conforme pase tiempo, más y más Voy por agua templada, Doña Monchiña.
Era el fraile alemán, que llegaba con su brutalidad devota y su locura teológica, no templada, como en España, por la cultura semita.
—Dícese que esta joven viene de la zona templada meridional, donde ha residido durante nuestro otoño del año último.
¡Oh! cuando comparo mi actual libertad, mi ancho vivir, el inmenso teatro de mis operaciones, mi temprana experiencia, mi alma descubierta y templada como un piano en noche de concierto, mis atrevimientos, mis ambiciones y mis desdenes, con aquel rapazuelo que tocaba la zambomba hace quince años en un rincón de Andalucía, sonríome por fuera, y hasta lanzo una carcajada, que considero de buen tono, mientras que mi solitario corazón destila en su lóbrega caverna, procurando que no la vea nadie, una lágrima pura de infinita melancolía.
Y como se suscitara un debate político de los más graves, Rubín se puso de parte de los que defendían la tesis más razonable, conciliadora y templada.
Aquel día, Sor Antonia llamó a la Superiora, que era una vizcaína muy templada.
En el centro de la cámara humeaba un colosal barreñón de loza, lleno de agua templada, y estrechamente abrazados y en cueros, el chiquillo sosteniendo en brazos a la niña, estaban Perucho y la heredera de Ulloa en el baño.
Era la noche templada y benigna, y Julián apreciaba por primera vez la dulce paz del campo, aquel sosiego que derrama en nuestro combatido espíritu la madre naturaleza.
Trece años o poco mas tendria Carriazo, cuando llevado de una inclinacion picaresca, sin forzarle a ello algun mal tratamiento que sus padres le hiciesen, solo por su gusto y antojo se desgarró, como dicen los muchachos, de casa de sus padres, y se fué por ese mundo adelante, tan contento de la vida libre, que en la mitad de las incomodidades y miserias que trae consigo, no echaba ménos la abundancia de la casa de su padre, ni el andar a pié le cansaba, ni el frio le ofendia, ni el calor le enfadaba: para él todos los tiempos del año le eran dulce y templada primavera: tan bien dormia en parvas, como en colchones: con tanto gusto se soterraba en un pajar de un meson, como si se acostara entre dos sábanas de Holanda: finalmente, él salió tan bien con el asunto de pícaro, que pudiera leer cátedra en la facultad al famoso de Alfarache.
Llegóse la noche, y en la mitad della o poco ménos comenzaron a cecear en el torno, y luego entendió Luis que era la cáfila que habia llegado, y llamando a su maestro, bajaron del pajar con la guitarra bien encordada y mejor templada.

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