Ejemplos con susurrando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En él aparece una versión vocal cantado de tal forma que parecen sirenas susurrando el tema.
Los ninjas de Hagakure mueren susurrando el nombre Kuroya.
En esta etapa, su doble aparece, con la cara siempre cubierta, susurrando unas pocas palabras que alertan a otros sobre el comportamiento de William.
Durante la conversación, Midas se convence de estar escuchando a Zopyrion susurrando su secreto, pero son en realidad los juncos, quienes dicen Midas, el rey, tiene orejas de burro.
Tartamudean incluso cantando o susurrando.
Déjà Vu, era otro LP de corta duración que incluía un tema más a sumar a los destacados en su repertorio: Controlled by Hatred, un perfecto ejemplo del particular estilo de Muir como vocalista, casi susurrando los versos con rabia contenida, El LP se convirtió en disco de oro.
Advirtió que Valentín y la sobrinita hablaban susurrando, pero no se enteró de lo que decían, porque el rincón donde recolectaba clavos era el más distante del rimero de jarcia.
El triste Octubre prodigaba en laderas y rastrojos amarillas flores, y al soplo del viento que pasaba susurrando, los fresnos se estremecían y dejaban caer las muertas hojas.
Por más que el jinete trataba de sofrenarlo agarrándose con todas sus fuerzas a la única rienda de cordel y susurrando palabritas calmantes y mansas, el peludo rocín seguía empeñándose en bajar la cuesta a un trote cochinero que descuadernaba los intestinos, cuando no a trancos desigualísimos de loco galope.
Le hablaba de cerca, al oído, brindando desayunos, ofreciendo cariños, susurrando galanterías.
La razón no es menester repetirla, porque yo te tenía por hijo, a lo menos quasi adotiuo, e assí que imitavas a natural, e tú dasme el pago en mi presencia, paresciéndote mal quanto digo, susurrando e murmurando contra mí en presencia de Calisto.
Pero ella se escapó susurrando: «Volveré, Tito.
Cuenta Doña Nicanora que al abrir la puerta de la sala les vio sentaditos el uno junto al otro, las caras bastante aproximadas, ella susurrando, él oyendo con sus cinco sentidos, como los curas que están en el confesonario.
Abriose la puerta, pero quien entró por ella no fue ese loco, sino Basilisa, susurrando: «Sr.
Y trataba de calcular lo poderosa, lo colosal que se haría la producción agrícola y pecuaria de la Argentina, el día que tanto los particulares como los gobiernos obligasen, por obras adecuadas, a enriquecer millones de hectáreas todavía estériles por falta de riego, tanto los humildes arroyuelos que, susurrando, corren bajo las flores y se pierden sin provecho en infecundos tremedales, como los ríos majestuosos que llevan al Atlántico, egoísta e ingrato, el enorme caudal de sus aguas vanamente fertilizadoras.

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