Ejemplos con sobrio

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Como resultado, el sonido es más abierto y dinámico, pero a la vez más sobrio.
Barney comienza a hacer planes para cambiar su vida, ya que estaba limpio y sobrio.
Todo comienza cuando, luego de ver un video de su fiesta de cumpleaños, Barney ve que es un ebrio molesto, y promete mantenerse sobrio.
Iglesia de San Mamés: Sobrio edificio del siglo XVIII de estilo neoclásico.
Toda su infancia transcurrió en el clima recogido, sobrio y cálido propio de una familia modesta, de sólidas convicciones cristianas.
Sobrio es una comuna suiza del cantón del Tesino, situada en el distrito de Leventina, círculo de Giornico.
Limita al noroeste con la comuna de Anzonico, al noreste con Acquarossa, al sureste con Sobrio, y al suroeste con Giornico.
Limita al norte con la comuna de Acquarossa, al este con Malvaglia, al sur con Semione, y al oeste con Sobrio.
De aspecto sobrio e imponente, el Palacio Errázuriz responde a las características formales del neoclásico, con una clara influencia Italiana.
Los colores y elementos escogidos, a la vez que constituyen acumulado histórico-cívico, reconocimiento étnico y ecológico, crean un contraste estético sobrio, agradable y elegante, que es la personalidad de nuestra gente, que deseamos representar en la Bandera.
Homer trata de permanecer sobrio, tras el pedido de Marge.
Su frente es elegante y algo sobrio con la parrilla que usan todos los BMW.
Santi Capote, tímido, sobrio y solemne, es el contrapunto perfecto ante la explosión de rabia melancólica de Guille Mostaza su cantante, por otra parte productor, multiinstrumentista y habitual colaborador de diversos grupos.
Es el templo más representativo de dicho municipio, es una obra renacentista de estilo greco-romano sobrio.
En el interior del templo, la nave principal, de estilo sobrio y sencillo, pero muy acogedor.
Mackintosh es el arquitecto modernista más sobrio en los exteriores, lo que le vale ser un precursor del racionalismo arquitectónico.
Dentro de la ruta, las iglesias herrerianas que aquí se encuentran presentan un aspecto sobrio e imponente, completamente desproporcionado al tamaño de los pequeños pueblos donde se ubican, tal y como ocurre con el propio Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Destaca por la sencillez, lo sobrio y depurado de sus composiciones, y a la vez por su capacidad para describir insólitas salidas de lo común.
Lo recuerdan para su estilo sobrio y su personalidad pacífica.
Había llevado en Cuba una vida de monje sobrio y asiduo, sin contaminarse con la corrupción general de aquella isla verdiaurina y voluptuosa, o, como él decía, pregonando ingenuamente su austeridad: no he conocido mulata, ni menos negra.
El francés, hombre sobrio, parsimonioso en sus gastos y exento de ambiciones, sonreía ante las grandezas de su cuñado.
Desnoyers, firme y sobrio en palabras, dió un desenlace al conflicto.
Ferragut, al quedar solo, sintió con más fuerza los efectos de la embriaguez que le dominaba, una embriaguez de sobrio, con la sorpresa fulminante de la novedad.
El gusto artístico del jesuitismo contrastaba con la arquitectura del templo, de un gótico sobrio, con grandes sillares sin adorno alguno.
Era sobrio en palabras, como todos los hombres que tienen el pensamiento y la acción en continuo uso.
Él, hombre sobrio, incapaz de beber alcohol sin sentir náuseas y dolores de cabeza, no podía ocultar un asombro muy cercano a la admiración ante estos brutos, que, según sus suposiciones, debían tener el estómago forrado de hoja de lata.
Y él, tan sobrio, bebió uno tras otro dos vasos de aguardiente, que cayeron como olas de fuego en su estómago desfallecido.
Aquí, en estos talleres, estaban la riqueza y la honra de Valencia, aquí trabajaban los , aquella gente que por su tonillo docto era el prototipo de la pedantería, pero que resultaba respetable por ser la fiel guardadora de las costumbres tradicionales, la sostenedora de ese carácter valenciano, sobrio, alegre y dicharachero, que casi ha desaparecido.
Rubín era agudo, ágil, guerrillero de la discusión, el otro dominaba el asunto y era firme y sobrio de palabras, seguro en la dialéctica.
Sentía pesar sobre su alma la ojeada escrutadora de Primitivo que avizoraba sus menores actos, y estudiaba su rostro, sin duda para averiguar el lado vulnerable de aquel presbítero, sobrio, desinteresado, que apartaba los ojos de las jornaleras garridas.

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