Ejemplos con soberanía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La mediación francesa permitió acabar también con los desacuerdos entre Suecia y el conde elector de Brandeburgo: este tratado confirmó la posesión sueca de Livonia y la soberanía del elector sobre Prusia Oriental.
Los segundos, instalados en Bloemfontein, respondieron proclamando la Soberanía del Río Orange, y sofocaron militarmente la resistencia de los bóers.
El rey declaró que su soberanía temporalmente eclipsaría a la constitución y que restringiría su alcance.
Mientras que las provincias valonas reconocieron expresamente en la Unión de Arras estar bajo la soberanía española, los territorios del norte se aliaron en la Unión de Utrecht.
Los objetivos de ésta eran ocupar todo el territorio altoperuano, asegurándolo contra los realistas y así establecer la soberanía de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
apoyo de Timor Oriental y su injerencia en la soberanía de su país.
Los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica se opusieron rotundamente al decreto y manifestaron la decisión de defender su soberanía.
Inicialmente Fidel deseaba mantener una relación amistosa pero de respeto a la soberanía cubana con los EEUU, pero los incidentes diplomáticos y la invasión de Bahía de Cochinos demostro a Castro la aversión que sentían los Estados Unidos para el nuevo gobierno cubano y de que si quería que la revolución sobreviviera necesitaría un aliado poderoso que pudiera contrarestar la influencia etadounidense.
Las Islas Salvajes o Peñones Salvajes, un archipiélago macaronésico deshabitado, de soberanía disputada entre España y Portugal.
Esta se llevó a cabo para consolidar y afirmar la soberanía de argentina sobre una porción de la Antártida, además de las razones científicas y de exploración.
Alianza que se propondrá levantar un poderoso movimiento revolucionario de masas por la completa soberanía nacional, contra el poder político del gran capital y la burguesía monopolista, y cuyo triunfo significará la instauración en nuestro país de una República democrática.
Diz outro autor: En lugar de desenvolverem uma actividade que poderia ter dado golpe decisivo en la soberanía de Felipe V, o governo de D.
Lo fundamental en la coexistencia pacífica de los estados con diverso régimen social es la renuncia a la guerra como medio de resolver los litigios internacionales y su solución por vía pacífica, la igualdad de derechos entre los estados, la comprensión mutua y la confianza entre unos y otros, el tomar en consideración los intereses de ambas partes, la no injerencia en los asuntos internos, el estricto respeto de la soberanía y la integridad territorial de todos los estados, el desarrollo de la colaboración económica y cultural basada en la plena igualdad y la ventaja mutua.
Los pactos secretos de Franco con Estados Unidos: bases, ayuda económica, recortes de soberanía.
También dejó en claro el principio de la soberanía del pueblo.
La Sociedad de Naciones no reconoció jamás la soberanía de Alemania sobre los territorios.
Al mismo tiempo, reivindicaban causas de carácter nacionalista como el reclamo argentino respecto de la soberanía de las Islas Malvinas.
En el Imperio Inca, el dios sol o Inti representó la soberanía en el plano divino y la diosa luna o Mama luna, llamada también Mama Quilla, fue esposa de Inti, madre del firmamento.
De esta forma, el Uruguay mantenía bajo su soberanía a las islas pobladas desde mucho tiempo atrás por orientales.
Los gobiernos de Centroamérica, viendo que dicha intromisión suponía un atentado contra su soberanía, formaron un alianza para reclamar a los Estados Unidos esa actitud de colonialismo.
Es de interés el hecho de que el tipo de gobierno en Puerto Rico no es una mancomunidad, puesto que el estado libre asociado es una fórmula de autonomía política de naturaleza limitada, territorial y sin la soberanía de un país independiente.
y Honduras firmaron un tratado reconociendo la soberanía hondureña sobre las islas Swan.
Y si esta energía no se desenvuelve en el vacío de la contemplación, ni se apaga estéril en el campo de las ideas y del pensamiento puro, región helada y poco accesible a la mayoría de los humanos, sino que lucha a brazo partido con las fuerzas tiránicas de la naturaleza física o con otras voluntades personales tan imperiosas y tan férreas como la del héroe mismo, la emoción llega a lo trágico, y en medio del conflicto se disfruta el espectáculo más digno de la consideración humana, el que más eleva y ennoblece el espíritu, el de un poder racional y consciente en el pleno uso y ejercicio de su soberanía, que se reconoce y afirma más a sí propia cuando más braman en torno suyo las tempestades y más amenazan vencerla y sumergirla.
Desde que nuestro siglo asumió personalidad e independencia en la evolución de las ideas, mientras el idealismo alemán rectificaba la utopía igualitaria de la filosofía del siglo XVIII y sublimaba, si bien con viciosa tendencia cesarista, el papel reservado en la historia a la superioridad individual, el positivismo de Comte, desconociendo a la igualdad democrática otro carácter que el de un disolvente transitorio de las desigualdades antiguas y negando con igual convicción la eficacia definitiva de la soberanía popular, buscaba en los principios de las clasificaciones naturales el fundamento de la clasificación social que habría de substituir a las jerarquías recientemente destruídas.
Una colocaba su ilusión en el pasado, queriendo rejuvenecer la soberanía de la fuerza, la divinidad de la guerra, y adaptarlas a la vida actual.
De la bestia hambrienta de los primeros tiempos, perseguida por las crueldades de la Naturaleza y viviendo en fraternal miseria con los animales inferiores, salía el hombre de hoy, que afirmaba su soberanía sobre los ascendientes, dominando a la Naturaleza.
Currita sintió un movimiento de gozo vivísimo que le pareció el presentimiento del triunfo, los carruajes de la corte saldrían, por el buen tiempo, descubiertos, y sin duda irían después de la Salve a dar una vuelta por la Castellana, donde todo el mundo elegante tendría ocasión de verla y contemplarla en su honorífico puesto Algo la espantaba, sin embargo: la idea de que iba a serle forzoso pasar por aquel mismo trayecto que había recorrido con Jacobo la noche funesta, por aquella misma iglesia ante la cual pronunció su última palabra, por aquella esquina en que le había visto caer lanzando un gemido de agonía Mas ¿qué iba a hacer ella? ¿Enterrarse en vida a los cuarenta y cinco años? ¿Dejar por escrúpulos sentimentales que le arrebatase una calumnia el prestigio, la soberanía suprema, el cetro de la elegancia y el buen tono que, a pesar de mil vergüenzas verdaderas, había conservado en su mano hasta entonces?.
La Revolución triunfó, y a las agitadas emociones del conspirador sucedieron en Jacobo las halagüeñas embriagueces del triunfo, las cínicas rapacidades de pretor romano, las ruidosas apoteosis de arcos de cartón y farolillos de papel a que le llevaban en hombros masas estúpidas arrastradas por su verbosidad, multitudes frívolas, que, por tener algo de mujer, prendábanse de su gallardía y gentileza y se prometían llevarle a defender la soberanía popular en los escaños del Congreso, a él, aristócrata orgulloso, tan sólo de nombre renegado, que se reía de ellos llamándoles paletos, babiecas y burgueses mentecatos, y corría, al separarse de estrechar sus manos, a lavarse y enjabonarse y perfumarse, para echar lejos de sí aquel insoportable .
Dígame usted: si yo para contestar una demanda tendría que consultar con Castro Pérez, o con cualquier tinterillo, ¿qué haré si un día llego a diputado y tengo que legislar? Y cualquiera puede llegar a diputado: usted, el doctor, ese indio que va por allí, muy cargado con su soberanía, yo.
Estas máscaras pregoneras, que son las más terribles, suelen ir hasta en coche, o asaltar el que primero encuentran: a veces van a caballo: hablan con las gentes que ven en los balcones, penetran en algunas casas, acuden a los cafés, paran a los transeuntes, nada perdonan, en fín, de cuanto puede contribuir a su tremenda incontrastable soberanía.

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