Ejemplos con sierras

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Por esta zona baja del municipio comienzan a discurrir los ríos que nacen en las sierras constituyendo valles más o menos encajados y con pendientes bastante fuertes, que en algunas zonas discurren de oeste a este y en otras de norte a sur o hacia el oeste, es decir, con un sentido que se dirige a partir de la Dorsal Gallega en varias direcciones.
Y mientras los franceses mataban todos los días vacas, bueyes, carneros, ovejas, cabras y cerdos que traían de las sierras porque los dueños habían huido, los habitantes que había en Espinosa pasaban auténtico hambre.
Desde Madrid hay que afrontar el paso de la Cordillera Central , primero abordando las sierras exteriores del mismo y posteriormente el puerto de Somosierra.
Debido al pequeño término municipal que posee Algeciras y a las condiciones de humedad y vientos constantes de las sierras que degradan las pinturas no se ha localizado aún ninguno de estos abrigos rupestres en él aunque sí es posible encontrar ejemplos de tumbas excavadas en piedra similares a otras de la zona, normalmente asociados a pinturas o a santuarios.
Los algecireños Lope Ibn Mandaril y Ben Abi Azara se unieron al poderoso caudillo rebelde de las sierras malagueñas, Omar ibn Hafsún, en contra del poder califal.
La actividad del maquis en la sierras de Algeciras está constatada en las dos primeras décadas de dictadura, la pervivencia de estos grupos antifranquistas se mantuvo hasta bien entrados los años sesenta sobre todo en el interior de la comarca, cerca de las poblaciones de Castellar y Jimena.
El Chorro de San Ignacio es una cascada que nace de entre las Sierras de Comechingones ubicada entre las localidades argentinas de Villa Larca y Papagayos del Departamento Chacabuco, Provincia de San Luis.
Este valle se encuentra cerrado al sur por las sierras de San Pedro y La Camuña, al norte por las de Ahíllo y de La Grana, al este por La Morenita y el Marroquí e incluso, antes de desembocar en el Guadajoz, atraviesa Sierra Caniles.
Como Trejo no repara en maquinaciones porque todavía no conocía los perversos recovecos del alma humana, estando en Pamplona se alista en una expedición para castigar a un honorable capitán que su único delito había sido fundar la ciudad de Mérida en los confines de las Sierras Nevadas.
La Cordillera Subbética forma una alineación montañosa que va desde el Campo de Gibraltar hasta las Sierras de Cazorla y Segura, marcando el límite meridional de la Depresión Bética, hasta ponerse en contacto con la parte oriental de Sierra Morena.
Este roble del Acarreadero es conocido por todos los lugareños como el roble rey de estas sierras.
¡No ocurrírsele nunca asomar la cabeza fuera de Palma para ver el campo, de un verde tierno, con sus acequias susurrantes, el cielo, de suave azul, en el que flotaban islotes de blancos vellones, las colinas, de un verde obscuro, con sus molinillos de viento braceando en la cumbre, las sierras abruptas, de color de rosa, cerrando el fondo, todo el paisaje risueño y rumoroso que había asombrado a los navegantes antiguos, haciéndoles llamar a Mallorca la isla Afortunada! Cuando, gracias a su casamiento, adquiriese una fortuna y pudiera rescatar el hermoso predio de pasaría en él la mayor parte del año, lo mismo que sus ascendientes, haciendo la vida rústica y benéfica de un gran señor, dadivoso y respetado.
A la media legua se divide el rio en tres brazos: el del medio es de mas agua, pues tiene cinco cuartas: aquí hace una dilatada playa, y aquí finalizan las dos sierras de N a S.
Finalizado el último rumbo se llegò à la inmediacion del Arroyo de las Flores, que afirman nace de unos esterales donde terminan varios arroyos que caen de las sierras.
Con estas voces y con esta inquietud caminé lo que quedaba de aquella noche, y di al amanecer en una entrada destas sierras, por las cuales caminé otros tres días, sin senda ni camino alguno, hasta que vine a parar a unos prados, que no sé a qué mano destas montañas caen, y allí pregunté a unos ganaderos que hacia dónde era lo más áspero destas sierras.
Y si aquí estuviésedes, señor, algún día, veríades resonar estas sierras y estos valles con los lamentos de los desengañados que la siguen.
Pues que la soledad destas sierras no ha sido parte para encubrirme, ni la soltura de mis descompuestos cabellos no ha permitido que sea mentirosa mi lengua, en balde sería fingir yo de nuevo ahora lo que, si se me creyese, sería más por cortesía que por otra razón alguna.
Que acaece estar uno peleando en las sierras de Armenia con algún endriago, o con algún fiero vestiglo, o con otro caballero, donde lleva lo peor de la batalla y está ya a punto de muerte, y cuando no os me cato, asoma por acullá, encima de una nube, o sobre un carro de fuego, otro caballero amigo suyo, que poco antes se hallaba en Ingalaterra, que le favorece y libra de la muerte, y a la noche se halla en su posada, cenando muy a su sabor, y suele haber de la una a la otra parte dos o tres mil leguas.
Dale por alzado y di lo que quisieres, con condición que no ha de durar este alzamiento más de en cuanto anduviéremos por estas sierras.
¡Ay Dios! ¿Si será posible que he ya hallado lugar que pueda servir de escondida sepultura a la carga pesada deste cuerpo, que tan contra mi voluntad sostengo? Sí será, si la soledad que prometen estas sierras no me miente.
Ella no me preguntó nada dijo Sancho, mas yo le dije de la manera que vuestra merced, por su servicio, quedaba haciendo penitencia, desnudo de la cintura arriba, metido entre estas sierras como si fuera salvaje, durmiendo en el suelo, sin comer pan a manteles ni sin peinarse la barba, llorando y maldiciendo su fortuna.
Donde no, desde aquí juro, por el santo más bendito, de no salir destas sierras sino para capuchino.
Los que yo tengo respondió don Quijote son de serviros, tanto, que tenía determinado de no salir destas sierras hasta hallaros y saber de vos si el dolor que en la estrañeza de vuestra vida mostráis tener se podía hallar algún género de remedio, y si fuera menester buscarle, buscarle con la diligencia posible.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba