Ejemplos con serios

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Debido a la rapidez de su grabación, el álbum tuvo serios problemas.
Estos pasos no produjeron nada más que las protestas oficiales del Reino Unido y de Francia, más serios en hacer cumplir las provisiones económicas del tratado que sus restricciones militares.
Como es menos joven, su afición además de ser cualquier juego, se fija más en juegos más serios como The Legend of Zelda o Metroid como ejemplo.
No obstante, el fracaso del proyecto que buscaba convertir a los clubes de fútbol en sociedades anónimas sumado a la deuda que arrastraba el club por la construcción de la obra gruesa del Estadio Monumental, provocó que BHC, quien había sido uno de los impulsores del proyecto anteriormente citado, dejase la administración, quedando el club sumido en serios problemas económicos.
Finalmente los compiladores y gramáticos debían encontrar naturalmente lugar y favor junto a estos emperadores positivistas y de gustos serios y enciclopédicos como fueron los siguientes autores:.
Mientras que las dos primeras tablas fueron muy exitosas, la última mostró serios errores con respecto a las futuras observaciones.
De carácter extremadamente violento, se trata de un hombre con serios problemas de disciplina.
Con este álbum Dolores O'Riordan, vocalista del grupo, dejó claro que quería empezar desde cero, en alusión a las malas relaciones con la prensa del corazón que le llegaron a provocar serios problemas de salud.
Por otro lado, hubo serios enfrentamientos entre facciones, principalmente el partido nacional , dirigido por Mitre, y el Autonomista, que se acusaron mutuamente de fraude, siendo que ambos habían recurrido a él.
A pesar de que los planos habían sido revisados y rectificados, resultaba la obra de tal magnitud que sería imposible acabarla en el transcurso de muchos años, los diseños de Crosti pretendían una catedral de cinco naves que incluía los atrios actuales, además, los materiales de que se disponía no tenían la resistencia necesaria, y fuera de eso, los diseños contenían serios problemas estructurales, es así que el arquitecto no resultó con las capacidades que la obra requería.
Bien decía su padre que los Febrer eran unos caballeros serios como jueces, pero de eterno buen humor.
Otros, más serios, mostraban en su gesto el noble disgusto de los que temen presenciar una mala acción inevitable.
Quietos y serios, sus ojos brillantes en mis ojos, me llenaban de preguntas ansiosas.
El señor Pereda, por lo mismo que siente mucho y bien, es enemigo jurado de la sensiblería, pero cuando llega a situaciones patéticas, encuentra para el dolor o la alegría la expresión natural y no rebuscada, y conmueve más que otros novelistas serios y estirados, por lo mismo que no se esperan tales ternuras en un autor de continuo alegre y jacarandoso.
¡Por algo había dicho que se entendería con ellos! Eran hombres serios y religiosos, y los prefería a los antiguos tripulantes mediterráneos, juradores é incapaces de resignación, que a la menor contrariedad sacaban a Dios al ruedo para afrentarlo con malas palabras.
Los hombres serios, tímidos y sumisos son terribles en sus explosiones de cólera.
Aquel hombre debía tener serios motivos para formular tales profecías de desgracia.
Todos, por serios que parezcan, son en el fondo unos perdidos.
¡Lástima que no estemos en los tiempos heroicos y románticos, cuando Lord Byron y Espronceda cantaban el pirata! Sublevábamos usted y yo a la gente de tercera, echábamos al mar al capital y a todos los tripulantes, desembarcábamos en una isla a los pasajeros serios, destapábamos los miles de botellas y toneles que hay en los almacenes, y nos íbamos ya se vería adonde, con todas las mozas rubias, polacas y vienesas de la compañía de opereta que viene abajo.
Seamos serios, Venturareplicó el joven.
Cecilia, como suele acontecer a todos los temperamentos serios cuando se animan súbitamente, estaba encendida y locuaz.
Currita y Butrón se miraron un momento en el apartado rinconcito, como invitándose a hablar mutuamente, y ella, viendo que el respetable diplomático no daba luz ninguna, púsose muy afanada a sacar sus hilas, y comenzó a confiarle sus pesares domésticos Fernandito andaba muy mal y le inspiraba su salud serios cuidados, su falta de memoria llegaba ya al punto de habérsele olvidado días atrás que había comido, y armar una pelotera terrible, queriendo por segunda vez sentarse a la mesa Sánchez Ocaña y Letamendi le habían reconocido, y ambos opinaban que era aquello un principio de reblandecimiento cerebral que le llevaría lentamente a la sepultura.
¿Por qué tendría aquel hombre patillas y no bigote? Esto le preocupó un momento, y volvió a acordarse de ello cuando, una hora después, se detenía el coche a la entrada de una inmensa alameda formada por árboles frondosísimos, en que miles y miles de pájaros cantaban en todos los tonos las maravillas de Dios Había allí un hombrecillo con patillas ralas y gafas de oro, tan pálido como él, tan azorado y tembloroso, con otros dos señores muy serios.
¿Qué sería de ellos? ¡Pobres hijos suyos! ¡Y Fernandito, tan afectado, tan nervioso, postrado en cama e inspirando su salud serios cuidados! Quizá les esperaba el destierro, quizá la cárcel, quizá ¡Oh! Las damas se estremecían de furor y de espanto, hablando todas a un tiempo, confortando a la víctima con sus consejos y dándose todas al diablo allá en sus adentros, porque era a Currita y no a ellas a quien había tocado la suerte de hacerse sospechosa a la policía y llegar al apogeo de la celebridad de un solo salto.
Leía mucho, y aunque joven, y al parecer ligero, tenía grande afición a los estudios serios, gustaba de las ciencias eclesiásticas, y siempre andaba a vueltas con la Moral y la Teología.
Cosa rara en una joven, gustaba de los libros serios y se perecía por los históricos.
Casi a mi lado avanzaban paso a paso algunos discípulos de don Román, con el Nebrija bajo el brazo, serios, graves, orgullosos, muy pagados de su ciencia, como personas de altísimos saberes.
Seguirán entretanto haciendo sus veces en esta villa y corte las pieles, la lana, el carbón de piedra, la leña y las mujeres bonitas, a pesar de cuyo auxilio Madrid continuará tiritando como un perro del Celeste Imperio, é inspirando serios temores de morir hecho un carámbano.
Otra habría puesto en aquel caso unos morritos muy serios, ella no, porque fundaba su éxito en la perseverancia combinada con el cariño capcioso y diplomático.
Cruzábase en la mesa vivo tiroteo de bromas, piropos, que entre los dos sexos suele preludiar a más serios combates.

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