Ejemplos con sentimentalidad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y la otra sentimentalidad lo deja claro: la experiencia de una persona se integra en la experiencia colectiva.
En materias de politica exterior, Disraeli se inclinaba por promover la grandeza del Reino Unido a través de una politica dura, sin concesiones a la sentimentalidad, poniendo los intereses nacionales por sobre consideraciones morales.
Temas como el desarraigo, el viaje, el amor, la sentimentalidad, forman parte de la obra narrativa de Méndez Guédez, una obra caracterizada por múltiples registros que se mueven desde la utilización de la oralidad, hasta el desarrollo de una prosa sonora, recorrida por un profundo lirismo.
Esta pluralidad se debe a que la idea constituyente de este movimiento fue la integración de todas aquellas corrientes literarias no acordes con el estilo estrictamente urbano y cotidiano característico de la llamada literatura de la experiencia, surgida a partir de los presupuestos del profesor granadino Juan Carlos Rodríguez que alentaron la antología: La nueva sentimentalidad.
El Jardín de Nilda , es un breve poemario de intensa sentimentalidad que exalta el amor con los acentos de una inspiración sensible y ternurosa.
Una descriptiva rica de sugestiones está presente en su soneto sobre una tintura de Pérez de Holguin, mientras sus sonetos de impulso amatorio están teñidos de suave y delicada sentimentalidad.
Dividido en cuatro partes, las dos primeras mantienen una tónica dominante de sensitivo lirismo explorador de una intimidad inquieta en la sentimentalidad amorosa, que palpita con resonancias de paisaje nativo:.
Guillermo Viscarra Fabre, es uno de Ios poetas más esclarecidos por la profundidad de sus creaciones, que parecen emerger de la raíz íntima de la tierra con la identidad del espíritu nativo, expresado con vibrante voz, que objetiviza épicamente, la subjetiva sentimentalidad de su inspiración.
Sin duda alguna, se alza como una de las grandes novelas de Alfredo Bryce Echenique, y de las grandes obras del post boom de la narrativa hispanoamericana, en tanto resume muchos de los componentes de esa época: una narrativa fundamentada en el individuo, en la revisión de la sentimentalidad de los personajes, y en el abandono de los discursos épicos y esencialistas sobre América Latina.
En la actualidad, este concepto de otra sentimentalidad ha ido desapareciendo, pero los dos poetas que aún siguen vivos continúan, de una forma u otra, fieles a los presupuestos teóricos iniciales.
El concepto de otra sentimentalidad se queda en un nivel local y al ampliar los poetas que adoptan los presupuestos, el término también se amplía y acaba integrándose en la poesía de la experiencia.
La nueva sentimentalidad ha acabado integrando esta poesía de la experiencia, una poesía trabajada por poetas de todas las regiones españolas, pero es Gabriel Ferrater el poeta que más significación le dará al término.
Bajo este presupuesto y siguiendo las indicaciones teóricas del profesor universitario Juan Carlos Rodríguez Gómez, las indicaciones poéticas de Jaime Gil de Biedma y el magisterio poético de Rafael Alberti, no dudaron en lanzar un manifiesto, algo poco usual en la época, donde se defendía la necesidad de crear una nueva sentimentalidad, de buscar una nueva forma de sentir, una sentimentalidad otra.
Estos poetas se basaban en las teorías del personaje filósofo de Antonio Machado, Juan de Mairena, que defendía que para llegar a una nueva poesía acorde con los tiempos era necesaria una nueva sentimentalidad.
Toda su incorregible sentimentalidad de austriaco renacía, turbándole el corazón, y los ojos color de café de la señorita española se le aparecían como dos faros en medio del árido Sahara de los cincuenta y pico años que ya contaba el ilustre maestro.
¡Es tan interesante ver retoñar, en donde menos uno se lo espera, la antigua sentimentalidad religiosa! He blasfemado contra Nuestra Señora Natura infinitamente buena, razonable y feliz, he dicho que todo lo que existe es natural, la enfermedad como la salud, he desconocido el dogma naturista que hace de la enfermedad castigo de los pecados.

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