Ejemplos con seco

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

De pronto, sin matices, rompe el silencio de la calle el seco redoble de un tamborcillo.
Se fueron los dos, lentos y tristes, por el arroyo seco que baja del pueblo, volviendo la cabeza al brillante huír de nuestro tropel.
Renegridas, sudorosas, sucias, perdidas en el polvo con sol del mediodía, aún una flaca hermosura recia las acompaña, como un recuerdo seco y duro.
En el Áticame dijo aquel día de sobremesa don Amaranto, ostentando didácticamente un tenedor de peltre, al modo de férulase iba a buscar la sabiduría al mercado o bajo el pórtico de Júpiter Liberador, donde Sócrates, con palabra ligera y gesto sonriente, parteaba, como avezada comadrona, el alumbramiento de las ideas, al huerto umbrátil de Academo, donde Platón, de hombros anchos y labios melifluos, empollaba en las almas jóvenes los alados anhelos con que volasen de lo sensible a lo absoluto, en el Liceo, donde el seco Estagirita desmontaba en piezas la máquina del mundo, y mostraba sus relaciones, ensambladuras y modo de funcionar.
Y el compañero se mantenía de pan seco, impetraba el auxilio de los camaradas menos pobres que él, dormía al raso, para llevarla en la inmediata visita un ramo de flores.
Un pan y unos trozos de bacalao seco eran su comida.
Un vejete seco, encorvado, cuyas manos rojas y cubiertas de escamas temblaban al apoyarse en el grueso cayado, era Cuart de Faitanar, el otro, grueso y majestuoso, con ojillos que apenas si se veían bajo los dos puñados de pelo blanco de sus cejas, era Mislata, poco después llegaba Rascaña, un mocetón de planchada blusa y redonda cabeza de lego, y tras ellos iban presentándose los demás, hasta siete: Favara, Robella, Tormos y Mestalla.
Luego pensé en la conveniencia de ensanchar este relato, un poco seco y conciso, haciendo de él una novela, y escribí LA BARRACA.
Su cuerpo no tenía forma de mujer, y al andar parecía desbaratarse y hundirse del lado izquierdo, imprimiendo en el suelo un golpe seco que no se sabía si era de pie de palo o del propio muñón del hueso roto.
La víctima exhaló un gemido seco.
Si no, compraremos aunque sea unas rosquillas o pan seco El viajar tiene estas peripecias.
De súbito sonó un estampido, un golpe seco que estremeció la casa en sus cimientos.

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