Ejemplos con seamos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sirve para que seamos útiles a nuestros semejantes.
Seamos neutrosafirmaba el bohemio.
Pero los franceses no hemos provocado a nadie y nos amenazan, quieren esclavizarnos Seamos fieras, ya que nos obligan a serlo, y para defendernos bien, que nadie salga de la fila, que todos obedezcan.
Mas seamos justos con el señor Joaquín: no le faltó, en tan supremos instantes, la percepción lúcida de ciertos puntos negros de la boda.
¿Porque es mi madre me ha de mortificar a todas horas y en todos los momentos? ¡Si cree que yo lo voy a sufrir, está bien equivocada! ¡Anda, que la sufra ese mastuerzo, que para eso le saca los cuartos! Aquí ya no hay mimos más que para él Mira, Gonzalo, si quieres que seamos amigos, no me toques más esa tecla.
Parece que no seamos de la misma familia, que pertenezcamos a distinta raza.
Se trata de que tú seas rico y lo seamos nosotros, queremos salir de esta miseria.
Coraje me dio al ver su tarjeta Hubiera deseado que charlásemos un rato Quiero que seamos amigas.
Vivamos uno para el otro, seamos, como dice el poeta:.
Mas no seamos tan descorazonados.
—Seamos formales: de lo que debe V.
Si quiere usted que seamos amigas y que le dé buenos consejos, es preciso que tenga conmigo mucha confianza y no me oculte nada, por feo y malo que sea.
Pues me alegro de que seamos nosotros los primeros, los más madrugadores, los más impacientes por cumplir y santificarnos ¡Tom!.
Pero ustedes, ¿qué creen, que una sociedad puede vivir siempre soñando con trastornos? Seamos prácticos, señores, seamos prácticos, y no confundamos las pandillas de politicastros con el verdadero país.
Es un buen hombre, y yo le quiero mucho Y a doña Bárbara, ¿la conoce usted? Yo tampoco Pero cuando Jacinta y yo seamos amigas, también lo seré de doña Bárbara Francamente, estoy admirada del cariño que le tengo ahora a , cuando en otro tiempo, sólo de pensar en ella me ponía mala.
Vamos, vamosdijo el coronel sacudiendo toda aquella argumentación capciosa, como se sacuden las moscas, hablemos claro y seamos prácticos sin miedo a la situación verdadera.
Verdaderamentemanifestó doña Lupe con adulación, los ejemplos que usted da, señora, hacen que todas las demás seamos mejores de lo que seríamos si usted no existiera.
¿No ves que lloro? Compadécete de este infeliz He sido un perverso Porque la me idolatraba Seamos francos.
Seamos francos, la verdad ante todo me idolatraba.
Señores, no seamos impresionablesindicó el marqués de Casa-Muñoz, que gustaba de dominar las situaciones con mirada alta.
Porque lo que el capellán decía en el púlpito era que debemos hacer todo lo posible para salvarnos, que seamos buenos y que no pequemos, también decía que se debe amar a Dios sobre todas las cosas y que Dios es en sí y tal como el alma le ve, pero a ella se le figuraba que por bajo de esto quedaba libre el corazón para el amor mundano, que este entra por los ojos o por la simpatía, y no tiene nada que ver con que la persona querida se parezca o no se parezca a los santos.
Juan Pablo, explíquese mejor porque eso de que todos seamos todo no lo calo yo bien.
Seamos honrados y justos, volvamos la vista de la innoble pareja, y no pensemos más en el uno ni en la otra.
Habla hasta que amanezca, o hasta que seamos sentidos, que yo te escucharé de muy buena gana, sin impedirte, sino cuando viere ser necesario.
Eso tengo yo por servir respondió el labrador, pero tiempo vendrá en que seamos, si ahora no somos.
Mas que la diga vuestra excelencia dijo Rodríguez, que Dios sabe la verdad de todo, y buenas o malas, barbadas o lampiñas que seamos las dueñas, también nos parió nuestra madre como a las otras mujeres, y, pues Dios nos echó en el mundo, Él sabe para qué, y a su misericordia me atengo, y no a las barbas de nadie.
Mira, amiga respondió don Quijote: no todos los caballeros pueden ser cortesanos, ni todos los cortesanos pueden ni deben ser caballeros andantes: de todos ha de haber en el mundo, y, aunque todos seamos caballeros, va mucha diferencia de los unos a los otros, porque los cortesanos, sin salir de sus aposentos ni de los umbrales de la corte, se pasean por todo el mundo, mirando un mapa, sin costarles blanca, ni padecer calor ni frío, hambre ni sed, pero nosotros, los caballeros andantes verdaderos, al sol, al frío, al aire, a las inclemencias del cielo, de noche y de día, a pie y a caballo, medimos toda la tierra con nuestros mismos pies, y no solamente conocemos los enemigos pintados, sino en su mismo ser, y en todo trance y en toda ocasión los acometemos, sin mirar en niñerías, ni en las leyes de los desafíos, si lleva, o no lleva, más corta la lanza, o la espada, si trae sobre sí reliquias, o algún engaño encubierto, si se ha de partir y hacer tajadas el sol, o no, con otras ceremonias deste jaez, que se usan en los desafíos particulares de persona a persona, que tú no sabes y yo sí.
Idos con vuestro don Quijote a vuestras aventuras, y dejadnos a nosotras con nuestras malas venturas, que Dios nos las mejorará como seamos buenas, y yo no sé, por cierto, quién le puso a él don, que no tuvieron sus padres ni sus agüelos.
Todo lo cual no sólo no me ablandaba, pero me endurecía de manera como si fuera mi mortal enemigo, y que todas las obras que para reducirme a su voluntad hacía, las hiciera para el efeto contrario, no porque a mí me pareciese mal la gentileza de don Fernando, ni que tuviese a demasía sus solicitudes, porque me daba un no sé qué de contento verme tan querida y estimada de un tan principal caballero, y no me pesaba ver en sus papeles mis alabanzas: que en esto, por feas que seamos las mujeres, me parece a mí que siempre nos da gusto el oír que nos llaman hermosas.

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