Ejemplos con sacrificio

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Juana: la patria reclama mi cooperación, y necesito hacer por ella el sacrificio de prestársela.
En la Iglesia, el espíritu de disciplina se engendra en el ámbito de los afectos generosos, es la voluntad de sacrificio.
No hay fe: nadie es capaz de hacer un sacrificio por la casa de Dios.
La pobre Lucy era la obrera debilitada por la explotación, envenenada desde su nacimiento por la miseria, tú eres la hija del pueblo atraída fuera del hogar por el encanto del bienestar de los privilegiados, seducida, no por el amor, sino por el capricho de los felices, la doncella llevada en sacrificio al Minotauro, cuyos restos se arrojan después al estercolero.
El sacrificio, la obra lenta en favor del porvenir, no les entusiasmaba.
Es como si para remediar la injusticia social iniciase el sacrificio uno que sólo tuviese unos cuantos miles de pesetas, renunciando a ellas.
Y como si quisiera corresponder a este sacrificio con otro que agradase a su hermano, al subir a las Claverías no puso la cara torva y habló a su hija durante la comida.
Además, pensó en que sería este sacrificio digno de la generosidad que con él tenía su hermano.
Y además del sacrificio del bienestar, la oración a todas horas, la visita diaria al templo, la vida de cofradía, las disciplinas en la bóveda de la parroquia, la voz del hermano del Pecado Mortal interrumpiendo el sueño para recordar la cercanía de la muerte, y unidas a esta existencia de continua inquietud, la incertidumbre de la salvación, la amenaza de caer en el infierno por la más leve falta, sin aplacar nunca por completo al Dios torvo y vengativo.
Tanto sacrificio, para venir a ganar menos de lo que gana un gañán en mi pueblo.
Y estos millones y millones de hombres que sostienen la existencia de la sociedad, que combaten por ella con las fuerzas de la Naturaleza ciegas y crueles, que todas las mañanas vuelven a la lucha, viendo en este monótono y continuo sacrificio la única misión de su existencia, forman la inmensa familia de los asalariados, viviendo de las sobras de una minoría privilegiada/ contentándose para subsistir con pequeñísimas cantidades de lo que aquélla desprecia, y sometida a un tipo remunerador siempre el más bajo, sin esperanza de ahorro y de emancipación.
Su impotencia para ser útil al hermano y que el sacrificio de éste resultase menos costoso era lo que apenaba a Gabriel, turbando la monótona placidez de su existencia.
En la parte interior de la puerta del Mollete, el horrendo martirio del niño de La Guardia, la leyenda nacida a la vez en varios pueblos católicos al calor del odio antisemita: el sacrificio del niño cristiano por judíos de torva catadura, que lo roban de su casa y lo crucifican para arrancarle el corazón y beber su sangre.
Primeramente los santos, los propagandistas de la edad heroica del cristianismo, los obispos pobres como sus diocesanos, descalzos, fugitivos de la persecución romana y entregando al fin su cabeza al verdugo con el afán de dar nuevo prestigio a la doctrina por el sacrificio de la existencia: San Eugenio, Melando, Pelagio, Patruno y otros nombres que brillaban en el pasado, rompiendo apenas las nieblas de lo legendario.
Sí, y por cierto que sentí mucho que ustedes hicieran ese sacrificio.
¡Ah muchacho! ¿Ya vienes con lo del sacrificio, como en todas tus cartas? ¡Qué sacrificio!.
Me basta saber que te quiero, y que te quiero tanto, que por tí, bien mío, seré capaz del mayor sacrificio.
Amor, abnegación, sacrificio, estos eran los móviles de mi cariño, nobilísimos sin duda, y que no han vuelto a conmover mi corazón.
Era sobrino de don Manuel en grado lejano, sus padres habían muerto, y el fabricante de sedas, en vista de su ingenio despierto, encantado por sus agudezas y recordando que lo sostuvo en la pila bautismal, hizo el inaudito sacrificio de recogerlo y darle carrera.
La otra criada de la casa, que la echaba de sensible y ejercía cerca de las señoritas las funciones de doncella, volvía la espalda al sacrificio y vigilaba las marmitas y cazuelas que hervían sobre los fogones del banco.
Te advierto que yo como siempre a las doce, y bastante sacrificio es esperar una hora.
No era ni podía ser el hombre por quien la mujer da su vida, encontrando espiritual goce en este sacrificio, era simplemente un ser cuya conservación y bienestar deseaba.
Repito que me quedo, ¡vaya! Si no hay en ello mérito alguno, ni sacrificio.
La viuda de Jáuregui no hacía gran sacrificio, y su determinación estaba calculada con habilidad, pues como una de las vecinas le dijera que Guillermina pensaba echar un guante al día siguiente para atender a las apremiantes necesidades de algunos inquilinos de la casa, doña Lupe pensó de esta suerte: Con quedarme a velar, cumplo, y eso del guante no va conmigo, porque en todo el día de mañana no aparezco por aquí, ni a media legua a la redonda.
Y créete que lo poco que hice tiene mérito, porque en mí es un sacrificio cualquier niñería de este género, mientras que en esa señora no lo es, por estar muy acostumbrada a revolverse entre enfermos y difuntos, como las hermanas de la caridad.
¿Qué es lo que más purifica a la criatura?, el sacrificio.
No ha habido sacrificio, o es tan insignificante, que no merece se hable de él.
Ríase usted de mí, si quiere, pero sepa que cuando veo a alguna persona que tiene la posibilidad de sacrificar algo, de arrancarse algo que duele, le tengo envidia Sí, yo envidio a los malos, porque envidio la ocasión, que me falta, de romper y tirar un mundo, y les miro y les digo: ‘Necios, tenéis en la mano la facultad del sacrificio y no la aprovecháis’.
Mataré, gozaré después de aquel amor inefable, infinito, que no he catado nunca y que ella me ofreció en cambio del sacrificio que le hice de mi razón, y luego nos consagraremos ella y yo a hacer penitencia y a pedir a Dios perdón de nuestra culpa.

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