Ejemplos con sacan

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mayor talento, y más firme convicción, aunque extraviada, inspiraron a Galdós en , pero sus declarados intentos de propaganda anti-católica por una parte, y por otra el exceso del simbolismo y de las abstracciones personificadas, la enturbian y obscurecen, y casi la sacan fuera de los límites del arte, convirtiéndola en un alegato librecultista, y a la heroína en pedante e insufrible disputadora.
Para las gentes amigas de clasificaciones, que una vez encasillan a un autor ya no lo sacan, por pereza mental, del alvéolo en que lo colocaron, yo seré siempre, escriba lo que escriba, el ilustre autor de LA BARRACA.
Es de saber que en no pocos pueblos de Andalucía hay multitud de imágenes benditas, que se sacan en procesión en las grandes festividades, y singularmente en Semana Santa.
Las damas principales de la corte, las que menos se prodigan, aquellas que los profanos sólo alcanzan a ver alguna noche, durante una hora, en el teatro Real, las flores de invernadero, las mortales, en fín, de quienes está uno por creer que las sacan del lecho a las dos de la tarde, las bañan, perfuman y visten, y las tienden sobre un sofá o sobre una carretela, donde siguen pensando en su hermosura.
Apresurémonos, sí, a dejar a nuestra espalda esos nauseabundos puestos, y fijemos la atención en otras donde se venden objetos más importantes, más limpios y más cuidados, objetos servibles, en fín, aunque , y ellos nos harán esperimentar la honda tristeza inherente al inventario de esta gran testamentaría que la muerte o la pobreza sacan en Madrid a pública subasta durante el equinoccio de setiembre,—cabalmente los mismos días en que el Oceano, fustigado por el , arroja a las playas a cada instante melancólicos restos de buques náufragos.
La tal taberna tiene para ella recuerdos que le sacan tiras del corazón Entra por la Concepción Jerónima, sube después por el callejón del Verdugo a la plaza de Provincia, ve los puestos de flores, y allí duda si tirar hacia Pontejos, a donde la empuja su pícara idea, o correrse hacia la calle de Toledo.
Estaba la pobre señora, con aquellos escrúpulos, como pez a quien sacan de su elemento, y aún le pasó por el magín la pavorosa idea: En fin que aquello se tenía que concluir.
Ahí tienes lo que las personas sacan de ser demasiado buenas.
Bobalicón, ¿no has caído en ello? ¡Eres tan bruto! ¿Pero di, no te has mirado al espejo alguna vez? ¿No se te ha ocurrido? Pareces lelo Pues te lo diré: para lo que tú sirves es para modelo de pintores ¿no entiendes? Pues ellos te ponen vestido de santo, o de caballero, o de Padre Eterno, y te sacan el retrato porque tienes la gran figura.
Conozco que soy a veces así un poco vivo y luego hay conversaciones que me sacan de tino, sin poderlo remediar.
Aquí los paisanos no le sacan a uno de dudas, ni le dicen categóricamente las distancias.
Ocúpanse, por dar color a su ociosidad, en labrar cosas de hierro, haciendo instrumentos con que facilitan sus hurtos, y así los verás siempre traer a vender por las calles, tenazas, barrenas, martillos, y ellas, trébedes y badiles: todas ellas son parteras, y en esto llevan ventaja a las nuestras, porque sin costa ni adherentes sacan sus partos a luz y lavan criaturas con agua fria en naciendo, y desde que nacen hasta que mueren se curten y muestran a sufrir las inclemencias y rigores del cielo, y así verás que todos son alentados, volteadores, corredores y bailadores: cásanse siempre entre ellos, porque no salgan sus malas costumbres a ser conocidas de otros: ellas guardan el decoro a sus maridos, y pocas hay que les ofendan con otros que no sean de su generacion: cuando piden limosna, mas la sacan con invenciones y chocarrerías que con devociones, y a título que no hay quien se fie dellas, no sirven, y dan en ser holgazanas, y pocas o ninguna vez he visto, si mal no me acuerdo, ninguna jitana al pié del altar comulgando, puesto que muchas veces he entrado en las iglesias: son sus pensamientos imaginar cómo han de engañar y dónde han de hurtar: confieren sus hurtos y el modo que tuvieron en hacellos: y así un dia contó un jitano delante de mí a otros un engaño y hurto que un dia habia hecho a un labrador: y fué que el jitano tenia un asno rabon, y en el pedazo de la cola que tenia sin cerdas le ingirió otra peluda, que parecia ser suya natural: sacóle al mercado, comprósele un labrador por diez ducados, y en habiéndosele vendido y cobrado el dinero, le dijo que si queria comprarle otro asno hermano del mismo, y tan bueno como el que llevaba, que se le venderia por mas buen precio.
—En sacar esa llave, dijo una doncella, se sacan las de toda la casa, porque es llave maestra.
—Así será verdad, replicó Vidriera, pero lo que ménos ha menester la farsa es personas bien nacidas, galanes sí, gentiles hombres y de espeditas lenguas: tambien sé decir dellos que en el sudor de su cara ganan su pan con inllevable trabajo, tomando continuo de memoria, hechos perpetuos jitanos de lugar en lugar, y de meson en venta, desvelándose en contentar a otros, porque en el gusto ajeno consiste su bien propio: tienen mas, que con su oficio no engañan a nadie, pues por momentos sacan su mercaduría a pública plaza, al juicio y a la vista de todos: el trabajo de los autores es increible, y su cuidado estraordinario, y han de ganar mucho para que al cabo del año no salgan tan empeñados, que les sea forzoso hacer pleito de acreedores, y con todo esto son necesarios en la república, como lo son las florestas, las alamedas y las vistas de recreacion, y como lo son las cosas que honestamente recrean.
Ándanla casi toda, y no hay pueblo ninguno de donde no salgan comidos y bebidos, como suele decirse, y con un real, por lo menos, en dineros, y al cabo de su viaje salen con más de cien escudos de sobra que, trocados en oro, o ya en el hueco de los bordones, o entre los remiendos de las esclavinas, o con la industria que ellos pueden, los sacan del reino y los pasan a sus tierras, a pesar de las guardas de los puestos y puertos donde se registran.
Algunos hay que procuran estas fees con buena intención, otros se sirven dellas acaso y de industria: que, viniendo a robar a tierra de cristianos, si a dicha se pierden o los cautivan, sacan sus firmas y dicen que por aquellos papeles se verá el propósito con que venían, el cual era de quedarse en tierra de cristianos, y que por eso venían en corso con los demás turcos.

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