Ejemplos con rompiendo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sí, yo consideraba que era un deber de conciencia obrar así, disminuir la suma de dolores y males, cuando pensaba en esta suma enorme, maldecía al sol que engendra en la tierra la vida y el sufrimiento, las estrellas que sólo son orbes de miseria, el mundo este, que es el presidio donde nuestra condena se cumple, y por fin, el amor, el amor que sostiene y conserva y perpetúa la desdicha, rompiendo, para eternizarla, el reposo sacro de la nada ¡La nada!, la nada era el puerto de salvación a que mi combatido espíritu quiso arribar.
Primeramente los santos, los propagandistas de la edad heroica del cristianismo, los obispos pobres como sus diocesanos, descalzos, fugitivos de la persecución romana y entregando al fin su cabeza al verdugo con el afán de dar nuevo prestigio a la doctrina por el sacrificio de la existencia: San Eugenio, Melando, Pelagio, Patruno y otros nombres que brillaban en el pasado, rompiendo apenas las nieblas de lo legendario.
Además, su hermano Esteban, rompiendo el mutismo frío en que se había encerrado desde la llegada de su hija, le aconsejaba prudencia.
Veía los jinetes de la Guardia civil rompiendo la marcha, los timbaleros de la ciudad vestidos de rojo, y las cruces de las parroquias agrupadas sin orden en torno de la manga de la catedral, enorme, pesadísima, como un globo cubierto de figuras bordadas.
De las vigas, como bambalinas grasientas, colgaban pabellones de longanizas y morcillas, o ristras de pequeños pimientos rojos y puntiagudos como dedos de diablo, y rompiendo la monotonía de tal decorado, algún jamón rojo y borlones majestuosos de chorizos.
Y el otro viejo, sin dejar de sonreír, pero rompiendo también a llorar, se arrojó en ellos murmurando:.
Mas la duquesa, que pescó al vuelo la frase y comprendió la económica idea de monsieur Alphonse, impidió que llegase a oídos de Currita, rompiendo a reír a carcajadas, todos la miraron con extrañeza.
Jacobo forcejeaba como el lobo cogido en la trampa para buscar una salida, y no hallándola, exclamó al fin, rompiendo el freno de las formas, último que suele romper el más inepto de los diplomáticos:.
Aquellas dos grandes figuras de aristócratas renegados como él, le sedujeron por completo, mas el peluquín del uno y la casaca del otro le venían grandes, y al querer amalgamar en sí mismo aquellas dos personalidades, rompiendo los lazos morales como el primero, y seduciendo a las multitudes como el segundo, resultó tan sólo un bribón infatuado.
Y tuvo una explosión de alegría formidable, rompiendo a reír violentamente y entrecortando su risa con profundos sollozos sin lágrimas.
Tan sólo vieron a don Casimiro Panojas, sonriente, apretándose con una mano el gaznate, rompiendo con la otra el rabo de un conejito de porcelana de Sajonia que, entre mil costosas baratijas, adornaba una mesa.
Después, rompiendo el gentío, aparecieron las cuatro doncellas sosteniendo el blanco y ligero altar sobre el cual iba el pobre , acostado en su ataúd, moviendo la cabeza con ligero vaivén, como si se despidiese de la barraca.
Las ranas cantaban a miles, como si saludasen a las primeras estrellas, contentas de no oir ya los tiros que interrumpían su croqueo y las obligaba a arrojarse medrosamente de cabeza, rompiendo el terso cristal de los estanques putrefactos.
Algunos carros cargados de hortalizas avanzaban lentamente rompiendo la corriente humana, y al sonar el pito del tranvía que pasaba por el centro de la plaza, la gente apartábase lentamente, abriendo paso al jamelgo que tiraba del charolado coche, atestado de pasajeros hasta las plataformas.
Las bandas militares atronaban las calles inmediatas con sus ruidosos pasodobles, y rompiendo el gentío pasaban los regimientos, con los uniformes cepillados y brillantes, moviendo airosamente al compás de la marcha los rojos pompones de gala y las bayonetas, doradas por los últimos resplandores del sol.
Yo te doy, pues, la enhorabuena por el tino que has mostrado rompiendo tan a tiempo los lazos que te unían a semejante Lucrecia Borgia, y te aconsejo que no contraigas ahí segundas nupcias, aunque la misma Semíramis te ofrezca su mano y Satanás se brinde a ser tu padrino.
Mi tíaañadió el clérigo, me ha contado los horrores de esta noche Mi hermano maltratado, herido, usted entrando en casa a deshora, y entrando para recoger su ropa y marcharse, rompiendo la armonía conyugal y dejándonos a todos en la mayor confusión.
¡Bendito Dios! exclamó Rafaela rompiendo a reír.
No había transcurrido una hora, cuando Juan despertó intranquilo, rompiendo a hablar de una manera algo descompuesta.
Este solía ser el periodo culminante de la disputa, que concluía dándole la señora a su sirviente una gran bofetada y rompiendo la otra a llorar Los disparates seguían, y al servir la mesa ponía los platos sobre ella sin considerar que no eran de hierro.
Esto, aunque dicho muy quedamente, fue oído de Izquierdo, que rompiendo a reír, soltó esta andanada: ¡Pues no dice este judío que hoy mata él! ¿En qué plaza, camaraíta?.
No señorareplicó Fortunata, rompiendo a llorar.
Mientras no hubo en su alma una fuerza poderosa, aquellos hábitos y la diátesis nerviosa formaron la costra o apariencia de su carácter, pero surgió dentro la energía, que estuvo luchando durante algún tiempo por mostrarse, rompiendo la corteza.
Allí se detuvo el insecto, y allí también Julián, con el corazón palpitante, con la vista nublada, y el espíritu, por vez primera después de largos años, trastornado y enteramente fuera de quicio, al choque de una conmoción tan honda y extraordinaria, que él mismo no hubiera podido explicarse cómo le invadía, avasallándole y sacándole de su natural ser y estado, rompiendo diques, saltando vallas, venciendo obstáculos, atropellando por todo, imponiéndose con la sobrehumana potencia de los sentimientos largo tiempo comprimidos y al fin dueños absolutos del alma porque rebosan de ella, porque la inundan y sumergen.
Los cristianos, de quien venian armadas las galeras, arrancando las branzas y rompiendo las cadenas, mezclados con los turcos, tambien se recogieron a la nave, y como iban subiendo por su costado, con la arcabucería de los navíos los iban tirando como al blanco, a los turcos no mas, que a los cristianos mandó Ricaredo que nadie los tirase.
Los cuales con el cura de la parroquia, que ansimismo con ellos estaba, rompiendo el órden de Estefanía, salieron a la sala.
Las labradoras estaban asimismo atónitas, viendo aquellos dos hombres tan diferentes hincados de rodillas, que no dejaban pasar adelante a su compañera, pero, rompiendo el silencio la detenida, toda desgraciada y mohína, dijo:.
Don Quijote, que los vio tan atentos a mirarle, sin que ninguno le hablase ni le preguntase nada, quiso aprovecharse de aquel silencio, y, rompiendo el suyo, alzó la voz y dijo:.
Y, diciendo y haciendo, arrebató de un pan que junto a sí tenía, y dio con él al cabrero en todo el rostro, con tanta furia, que le remachó las narices, mas el cabrero, que no sabía de burlas, viendo con cuántas veras le maltrataban, sin tener respeto a la alhombra, ni a los manteles, ni a todos aquellos que comiendo estaban, saltó sobre don Quijote, y, asiéndole del cuello con entrambas manos, no dudara de ahogalle, si Sancho Panza no llegara en aquel punto, y le asiera por las espaldas y diera con él encima de la mesa, quebrando platos, rompiendo tazas y derramando y esparciendo cuanto en ella estaba.
-Dulce esperanza mía, que, rompiendo imposibles y malezas, sigues firme la vía que tú mesma te finges y aderezas: no te desmaye el verte a cada paso junto al de tu muerte.

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