Ejemplos con respiración

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Por la tarde vino Duhamel, y se cercioró de que los revulsivos habían logrado aclarar un poco la voz de la enferma y facilitar su respiración congojosa.
El roce de su traje producía en ellas un ruido continuo, rápido, parecido a la respiración jadeante de alguien que la siguiera, y presa de pueril temor, volvía a veces el rostro atrás, riéndose al convencerse de su ilusión.
Encuentro ya la respiración muy corta.
La chiquillería escrofulosa que correteaba por el claustro era la que mejoraba de suerte con la enfermedad del pequeño, cada vez más débil, inmovilizado horas enteras, con una respiración casi imperceptible, sobre el regazo de la madre.
Gabriel pudo adormecerse, y así estuvo más de una hora, inmóvil en el sofá, cortándose varias veces su desigual respiración con el estertor de la tos cavernosa, que no llegaba a desvanecer su sueño.
De vez en cuando, abriéndose las mamparas cubiertas de anuncios religiosos, esparcíase en el ambiente cálido de la plaza una fresca bocanada de incienso, semejante a la respiración húmeda de un lugar subterráneo.
Por las rendijas de las puertas parecía escapar la respiración entrecortada y brutal del sueño aplastante después de una noche de caricias de fiera y caprichos amorosos de borracho.
Y el fantasma, envolviéndole el rostro con su respiración ardiente, dejaba caer sobre Batiste una mirada que parecía agujerearle los ojos y descendía y descendía hasta arañarle las entrañas.
No dormía, no: escuchaba los ronquidos de su mujer, acostada junto a él, y de sus hijos, abrumados por el cansancio, pero los oía cada vez más hondos, como si una fuerza misteriosa se llevase lejos, muy lejos, la barraca, y él, sin embargo, permaneciese allí, inerte, sin poder moverse por más esfuerzos que intentaba, viendo la cara de junto a la suya, sintiendo en su rostro la cálida respiración de su enemigo.
Por la puerta abierta y lóbrega llegaba como un lejano susurro la respiración cansada de la familia, todos caídos, como muertos de la batalla con el dolor.
Empezó a anochecer en el profundo barranco, de las charcas surgió un hálito hediondo, la respiración venenosa de la fiebre palúdica.
Pero ¿cuándo se cansaría Dios de enviar desgracias sobre ella? Primero la ruina del protector que sostenía el prestigio de la casa y la de su hijo, con cuya fortuna contaba para casos extraordinarios, e inmediatamente aquella enfermedad extraña, rápida como el rayo, que mataba por anticipado al pobre joven, pues le tenía inmóvil e insensible como un cadáver, sin otra vida que aquella respiración angustiosa que parecía asfixiar a los demás.
Las burguesas de exuberantes carnes y respiración angustiosa dejábanse caer en los mullidos sillones, fatigadas por tan largo plantón, mientras las niñas correteaban o volvían como distraídas a los balcones, para ver si en la obscura plaza, perfumada de incienso, permanecía aún el grupito de adoradores.
En las plazas poco transitadas nace alguna yerba entre el empedrado, y en el corazón de los que se despierta no sé qué hambre de amor y de vida, de gloria y de felicidad que hace dificultosa la respiración y largas las horas del anochecer.
Escuchar el rugido o el llanto de las olas, el zumbido de la población despierta y la respiración de la población dormida, el de los centinelas, el canto de las aves, el repique de júbilo de las campanas o su toque de agonía:.
Orden, orden, señorasarguyó Moreno a quien la risa cortaba la respiración.
Tenía el hueso de la nariz hundido y chafado, como si fuera de sustancia blanda y hubiese recibido un golpe, resultando de esto no sólo fealdad sino obstrucciones de respiración nasal, que eran sin duda la causa de que tuviera siempre la boca abierta.
A los veintitrés años tuvo una fiebre nerviosa que puso en peligro su vida, pero cuando salió de ella parecía un poco más fuerte, ya no era su respiración tan fatigosa ni sus corizas tan tenaces, y hasta los condenados raigones de sus muelas parecían más civilizados.
Fortunata se estremeció desde el cabello hasta los pies Su respiración fatigosa indicaba el afán de vencer las resistencias físicas que entorpecían la voz.
La cabeza se le había serenado, la respiración era fácil aunque corta, la debilidad crecía atrozmente en las extremidades.
Tuvo que ponerse rígido, porque desde el centro del cuerpo le subía por el pecho un bulto inmenso, una ola, algo que le cortaba la respiración.
No se hartaba de mirarla, y una obstrucción singular se le fijó en el pecho, cortándole la respiración.
Le dieron congojas tan fuertes, que se le acababa la respiración Noté también que su voz parecía salir del hueco de un cántaro muy hondo, y sonaba como lejos La cara la tenía muy arrebatada, y los ojos hundidos, pero muy brillantes.
Oyó la respiración de su marido, áspera a ratos, a ratos silbante y con diversos flauteados, como si el aire encontrase en aquel pecho obstrucciones gelatinosas y lengüetas metálicas.
Le temblaban mucho las manos, y de rato en rato le daban como ataques de asfixia, siendo su respiración muy difícil, y quejándose de irresistible calor.
Al sentir el mugido de la respiración de la capital en sus senos centrales, volviose asustada a su pacífica y silenciosa calle de Tabernillas.
Desde que entres en tu casa, le sentirás la respiración.
La cabeza dio contra el canto como una piedra que cae, y la torcida postura en que quedaba el cuerpo al caer doblándose con violencia, fue causa de que el resuello se le dificultara, produciéndose en los conductos de la respiración silbidos agudísimos, a los que siguió un estertor como de líquidos que hierven.
Acercose a ella y por su bronca respiración creyó entender que dormía profundamente.
Cuando cogió la hucha llena, el corazón le palpitaba y su respiración era difícil.

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