Ejemplos con resabio

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El fruto nanche es consumible cuando está maduro, presentando un sabor dulce y un color amarillo intenso, con un resabio levemente amargo.
Guarda gran similitud con las obras de la Cartuja del Aula Dei y las del Coreto del Pilar, así como un antecedente o quizás un resabio de la Regina Martirum.
Allí lo aguarda un grupo de jóvenes el último resabio de su otrora poderoso ejército quienes habrán de recibir medallas por sus servicios militares al Reich.
Esta era la hora de pedirle favores, seguro de alcanzarlos, y esta era la hora también en que Villamelón, arrastrado por un resabio de educación malísima que jamás pudieron quitarle ni su santa madre, ni su dulce esposa, hacía bolitas de miga de pan con la punta de los dedos y las disparaba a las narices de los comensales, con muestras del más cariñoso agasajo y el más tierno regocijo.
Lo compré maquinalmente, por efecto de un no sé qué mi resabio de compras movido del pensamiento que me dominaba.
Y por todas partes flores, arbustos tiernos, en las estaciones acacias gigantescas que extienden sus ramas sobre la vía, los hombres con zaragüelles y pañuelo liado a la cabeza, resabio morisco, las mujeres frescas y graciosas, vestidas de indiana y peinadas con rosquillas de pelo sobre las sienes.
Indudablemente había en su semblante hermoso, en sus ojos verdes animados por extraño resplandor felino, en su negra cabellera, en su cuerpo hercúleo, cierta expresión y aire de grandeza, un resabio o más bien recuerdo de las grandes razas que dominaron al mundo.
A Gonzalo le hacía mucha gracia este resabio de su contrincante, y una noche, mientras se ahogaba el pobre hombre «meeroodeeando» a obscuras en el huero caletre media docena de palabras al acaso, acercose el otro con gran sosiego a Verónica, y, en el tono menos gangoso que pudo, le dijo al oído con mucha formalidad:.
vuelto en sí perfectamente, aunque a otros siempre les queda algún resabio de lo que.
Yo les concedo a ustedes, se lo he concedido ya, que en determinadas ocasiones de la vida, en presencia de ciertas flaquezas y debilidades nuestras, aún con las mejores intenciones del mundo, se sonrían y nos miren del modo que tanto me carga a mí, puesto que damos motivos para ello pero el vicio, el resabio de ustedes, consiste en que de estos casos excepcionales hagan una regla general, y extiendan el imperio de sus olímpicos desdenes hasta mucho más allá de lo que es justificable, por nuestras culpas y pecados, invadiendo regiones, como las del entendimiento, que son la patria libérrima de todos.
Por ser lo que es y de quien es, no quiero aburrir al lector diciéndole en qué consiste, pero, en cambio, voy a hablarle de las suyas y de las de sus amigos y allegados, con la previa advertencia de que la palabra manía no ha de tener aquí la única significación de locura que le da la ciencia, yo la uso, además, en su acepción vulgar de extravagancia, resabio, etc.
mientras Maravillas, sentado en el último banco hacia el mar, solo, quietecito y sosegado, flagelaba con su eterna sonrisa de compasivo desdén, aquel cuadro de miserias humanas, fruto natural y lógico del lamentable resabio de ir a misa y creer en Dios.
Nuestro orgullo de raza vuelve a sublevarse aquí, y exhibe como protesta, contra ese resabio de la barbarie, al hombre civilizado.
Tienen todos los hombres a los principios una enfadosa dulzura de la niñez, una insuave crudeza de la mocedad, aquel resabio a los deleites, aquella inclinación a cosas poco graves, empleos juveniles, ocupaciones frívolas, y aunque tal vez en algunos, y bien raros, se anticipe la madurez, conócese que es antes de tiempo en lo desazonado.
ni qué ha de decirme usted a mí, ni qué han de decirme ellos, que yo no sepa sobre ese particular? ¡Si yo, yo, que hablo que hablo de ese resabio de casta, yo, que le conozco como a los dedos de la mano, y abomino de él, yo, yo mismo, escribiendo, aunque indigno, en un papelón de la corte, casi he sido madrileño, y he tenido comezones de mirar de alto abajo a las cosas de provincias! Tendrá ese mal algún fundamento remoto, como el que exponía Casallena, lo dará el clima, le producirán las costumbres.
Segundo: que aun en el caso de ser ciertos los risueños cálculos del presidente, la fe de un pueblo católico, las santas tradiciones, las exigencias del culto divino, el respeto al derecho de los demás y a la ley común, exigían que no se procediese tan de ligero en un asunto tan grave, siquiera porque no se dijese por algún malicioso que se obedecía a un resabio de partido más bien que al rigor de una apremiante necesidad.
Contaba con que su madre había de poner tachas a Luz tan pronto como conociera de qué tronco procedía, porque las tachas de este linaje eran la manía de la obcecada señora, pero en aquellas palabras, en aquella actitud, en la angustia bien visible de su padre, había mucho más que un resabio que se vence con la reflexión y la fuerza del cariño: había escollos infranqueables, simas negras en que ya se vela precipitado el pobre chico con la carga dulcísima de sus primaverales ilusiones.

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