Ejemplos con res

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

la variante de esta suerte consiste en citar al toro sentado en una silla y marcarle la salida al llegar al terreno y echando a un lado los brazos y parte superior del cuerpo, levantándose al humillar la res y dar frente al costado ante el que cuadra y se para, clavando las banderillas libre ya del derrote.
La implícita conclusión de Salustio es que tanto uno como el otro, tanto una actitud como la otra, son esenciales para la supervivencia de la Res publica: si César es quien resulta capaz de dar esplendor al Estado, Catón aparece como el depositario de los valores de la antigua tradición de los Quirites a los que Salustio no desea renunciar.
Los vecinos no podían pagar las multas que les imponía ICONA cuando una res se comía los tiernos plantones.
Es en la segunda mitad del siglo XVII cuando se menciona por primera vez entre los actos de la denominada función del Corpus el correr una res con una maroma o ensogada o buey enmaromado.
El otro medio consiste en salir de lejos por detrás de la res, que puede estar parada o levantada, llamarla al estar cerca y, desviándose algo al lado por donde se ha de hacer la suerte, para que el toro vea el bulto, hacer de modo que al volverse por completo se encuentre ya con los rehiletes clavados.
Los huesos del cerdo o de la res se desengrasan y se empapan en ácido o en cal, a fin de eliminar el calcio.
Es una res gorda, pero es uno de los amigos de Rocko, el personaje del comic y de la televisión de La Vida Moderna de Rocko.
¡Qué contraste Escobar y Serapio! El carnicero, tan rollizo y colorado que parecía una res desollada, era la incorporación más corpórea del cuerpo humano en lo que tiene de más material.
Bajo el sombraje hay una res desollada.
Habló de los egoístas y los miedosos y los críticos que siempre le salen al encuentro a toda obra cuando esta se halla en los sudores de la creación, y dijo: ¿Pero qué le hemos de hacer? ¡Sin los gusanos que fabrican la tierra no podrían hacerse palacios suntuosos! En la verdad hay que entrar con la camisa al codo como entra en la res el carnicero.
Había quien preparaba su banquete con un , una libra de , u otras despreciadas partes de la res vacuna, o bien con asadura, bofes de cerdo, sangre frita y desperdicios aún peores.
Me han engañadopensaba, me han llevado al casorio, como llevan una res al matadero, y cuando quise recordar, ya estaba degollada ¿Qué culpa tengo yo?.
¿En dónde estará la res? Tira por aquí, tira por allá, y nada.
Era Primitivo, salvo tal cual momentáneo acceso de brusca y selvática alegría, hombre taciturno, a cuya faz de bronce asomaban rara vez los sentimientos, y con todo eso, Julián se juzgaba blanco de hostilidad encubierta por parte del cazador, en rigor, ni hostilidad podía llamarse, más bien tenía algo de observación y acecho, la espera tranquila de una res, a quien, sin odiarla, se desea cazar cuanto antes.
Á lo cual replicó Lope que los carneros de Berbería ordinariamente tienen cinco cuartos, y que el quinto es la cola, y cuando los tales carneros se cuartean, tanto vale la cola como cualquier cuarto, y que a lo de ir la cola junto con la res que se vende viva y no se cuartea, que lo concedia, pero que la suya no fué vendida, sino jugada, y que nunca su intencion fué jugar la cola, y que al punto se la volviesen luego con todo lo a ella anejo y concerniente, que era desde la punta del celebro, con toda la osamenta del espinazo, donde ella tomaba principio y descendia, hasta parar en los últimos pelos della.
Digo pues, que yo me hallaba bien con el oficio de guardar ganado, por parecerme que comia el pan de mi sudor y trabajo, y que la ociosidad, raíz y madre de todos los vicios, no tenia que ver conmigo, a causa que si los dias holgaba, las noches no dormia, dándonos asaltos a menudo, y tocándonos al arma los lobos, y apénas me habian dicho los pastores, al lobo, Barcino, cuando acudia primero que los otros perros a la parte que me señalaban que estaba el lobo: corria los valles, escudriñaba los montes, desentrañaba las selvas, saltaba barrancos, cruzaba caminos, y a la mañana volvia al hato, sin haber hallado lobo ni rastro dél, anhelando, cansado, hecho pedazos y los piés abiertos de los garranchos, y hallaba en el hato, o ya una oveja muerta, o un carnero degollado y medio comido del lobo: desesperábame de ver de cuán poco servia mi mucho cuidado y diligencia, venia el señor del ganado, salian los pastores a recebirle con las pieles de la res muerta: culpaba a los pastores por negligentes, y mandaba castigar a los perros por perezosos: llovian sobre nosotros palos, y sobre ellos reprensiones, y así viéndome un dia castigado sin culpa, y que mi cuidado, lijereza y braveza no eran de provecho para coger el lobo, determiné de mudar estilo, no desviándome a buscarle, como tenia de costumbre, léjos del rebaño, sino estarme junto a él, que pues el lobo allí venia, allí seria mas cierta la presa: cada semana nos tocaban a rebato, y en una escurísima noche tuve yo vista para ver los lobos, de quien era imposible que el ganado se guardase: agachéme detras de una mata, pasaron los perros mis compañeros adelante, y desde allí oteé y vi que dos pastores asieron de un carnero de los mejores del aprisco, y le mataron de manera que verdaderamente pareció a la mañana que habia sido su verdugo el lobo: pasméme, quedé suspenso cuando vi que los pastores eran los lobos, y que despedazaban el ganado los mismos que le habian de guardar.

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