Ejemplos con representa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Versará el discurso sobre algún asunto importante para la provincia que usted representa.
Y ahora se me representa en el recuerdo la imagen de Belarmino, zapatero filósofo, que vivía también en Rúa Ruera, tipo casi fabuloso, al cual pertenece precisamente la anterior teoría sobre las palabras: La mesa, decía, se llama mesa porque nos da la gana, lo mismo podía llamarse silla, y porque nos da la gana llamamos a la mesa y a la silla del mismo modo cuando las llamamos muebles, pero lo mismo podían llamarse casas, y porque nos da la gana llamamos a los muebles y a las casas del mismo modo cuando los llamamos cosas.
Ariel, genio del aire, representa, en el simbolismo de la obra de Shakespeare, la parte noble y alada del espíritu.
El heno representa la vejez del año, como las rosas representan su juventud.
Y además hubo en él rasgo peculiar de su tarea y de su esfuerzo: de todos los hombres que han podido determinar a una colectividad, grande o pequeña, a realizar una obra común, un propósito general, quizás él sea el que representa en esa obra común una parte más grande por razón de su esfuerzo individual.
El Renacimiento representa el surgir a la vida de una sociedad nueva, con cultivos, industrias, ejércitos, conocimientos científicos, etc.
Y añádaledijo Butrón con toda la majestad olímpica que su misión allí requeríaque la señora condesa de Albornoz se reserva el derecho de protestar en todos los terrenos de semejante atropello Y dígale también que toda la aristocracia española y todas las gentes sensatas y honradas están a su lado para apoyarla y defender la causa santa que ella representa en estos momentos.
Mudemos la decoración, que no siempre el teatro representa un cementerio.
—Una hermosa extranjera, que en bailes y conciertos representa gloriosamente a su remoto país, le decía la otra noche a un legislador, no sé si senador o diputado:— ¡Oh, qué sol el de Madrid! ¡No comprendo cómo pasan Vds.
La ropa que cuelgo me representa siempre hombres ahorcados, o difuntos que salen del ataúd con la mortaja puesta, no importa que mientras está el quinqué encendido, antes de acostarme, la arregle así o asá, al fin toma esas hechuras extravagantes aun no bien apago la luz y enciendo la lamparilla.
—Del recogimiento, dijo Leocadia, no hay que tratarme, que tan recosida y tan honesta era yo como cuantas doncellas hallarse pudieran, y con todo eso hice lo que habeis oido: de que él la llevase, no hay duda, y de que ella no me haya agraviado, mirándolo sin pasion, yo lo confieso, mas el dolor que siento de los celos, me la representa en la memoria, bien así como espada que atravesada tengo por mitad de las entrañas, y no es mucho que como a instrumento que tanto me lastima, le procure arrancar dellas y hacerle pedazos: cuanto mas, que prudencia es apartar de nosotros las cosas que nos dañan, y es natural cosa aborrecer las que nos hacen mal y aquellas que nos estorban el bien.
Dió ocasion la historia de la Fregona ilustre, a que los poetas del dorado Tajo ejercitasen sus plumas en solenizar y en alabar la sin par hermosura de Costanza, la cual aun vive en compañía de su buen mozo de meson, y Carriazo ni mas ni ménos, con tres hijos, que sin tomar el estilo del padre, ni acordarse si hay almadrabas en el mundo, hoy están todos estudiando en Salamanca y su padre apénas ve algun asno de aguador, cuando se le representa y viene a la memoria el que tuvo en Toledo, y teme que cuando ménos se cate ha de remanecer en alguna sátira el daca la cola, asturiano, asturiano, daca la cola.
De lo que a mí me pesa es, que estoy tan cerca de mi acabamiento, que no tendré lugar de verlo: muchas veces he querido preguntar a mi cabron qué fin tendrá vuestro suceso, pero no me he atrevido, porque nunca a lo que le preguntamos responde a derechas, sino con razones torcidas y de muchos sentidos, así que, a este nuestro amo y señor no hay que preguntarle nada, porque con una verdad mezcla mil mentiras, y a lo que he colegido de sus respuestas, él no sabe nada de lo por venir ciertamente, sino por conjeturas: con todo esto, nos trae tan engañadas a las que somos brujas, que con hacernos mil burlas, no le podemos dejar: vamos a verle muy léjos de aquí a un gran campo, donde nos juntamos infinidad de gente, brujos y brujas, y allí nos da de comer desabridamente, y pasan otras cosas, que en verdad, y en Dios y en mi ánima, que no me atrevo a contarlas segun son de sucias y asquerosas, y no quiero ofender tus castas orejas: hay opinion que no vamos a estos convites sino con la fantasía, en la cual nos representa el demonio las imágenes de todas aquellas cosas que despues contamos que nos han sucedido: otros dicen que no, sino que verdaderamente vamos en cuerpo y en ánima, y entrambas opiniones tengo para mí que son verdaderas, puesto que nosotras no sabemos cuándo vamos de una o de otra manera, porque todo lo que nos pasa en la fantasía es tan intensamente, que no hay diferenciarlo de cuando vamos real y verdaderamente: algunas esperiencias desto han hecho los señores inquisidores con algunas de nosotras que han tenido presas, y pienso que han hallado ser verdad lo que digo.
Sucedió en este tiempo que una de las cabalgaduras en que venían los cuatro que llamaban se llegó a oler a Rocinante, que, melancólico y triste, con las orejas caídas, sostenía sin moverse a su estirado señor, y como, en fin, era de carne, aunque parecía de leño, no pudo dejar de resentirse y tornar a oler a quien le llegaba a hacer caricias, y así, no se hubo movido tanto cuanto, cuando se desviaron los juntos pies de don Quijote, y, resbalando de la silla, dieran con él en el suelo, a no quedar colgado del brazo: cosa que le causó tanto dolor que creyó o que la muñeca le cortaban, o que el brazo se le arrancaba, porque él quedó tan cerca del suelo que con los estremos de las puntas de los pies besaba la tierra, que era en su perjuicio, porque, como sentía lo poco que le faltaba para poner las plantas en la tierra, fatigábase y estirábase cuanto podía por alcanzar al suelo: bien así como los que están en el tormento de la garrucha, puestos a toca, no toca, que ellos mesmos son causa de acrecentar su dolor, con el ahínco que ponen en estirarse, engañados de la esperanza que se les representa, que con poco más que se estiren llegarán al suelo.
Pero lo que más me le quitó de las manos, y aun del pensamiento, de acabarle, fue un argumento que hice conmigo mesmo, sacado de las comedias que ahora se representa, diciendo: Si estas que ahora se usan, así las imaginadas como las de historia, todas o las más son conocidos disparates y cosas que no llevan pies ni cabeza, y, con todo eso, el vulgo las oye con gusto, y las tiene y las aprueba por buenas, estando tan lejos de serlo, y los autores que las componen y los actores que las representan dicen que así han de ser, porque así las quiere el vulgo, y no de otra manera, y que las que llevan traza y siguen la fábula como el arte pide, no sirven sino para cuatro discretos que las entienden, y todos los demás se quedan ayunos de entender su artificio, y que a ellos les está mejor ganar de comer con los muchos, que no opinión con los pocos, deste modo vendrá a ser un libro, al cabo de haberme quemado las cejas por guardar los preceptos referidos, y vendré a ser el sastre del cantillo.
Yo voy a despeñarme, a empozarme y a hundirme en el abismo que aquí se me representa, sólo porque conozca el mundo que si tú me favoreces, no habrá imposible a quien yo no acometa y acabe.
Esta verdadera historia que aquí a vuesas mercedes se representa es sacada al pie de la letra de las corónicas francesas y de los romances españoles que andan en boca de las gentes, y de los muchachos, por esas calles.
Todo lo cual se me representa a mí ahora en la memoria de manera que me está diciendo, persuadiendo y aun forzando que muestre con vosotros el efeto para que el cielo me arrojó al mundo, y me hizo profesar en él la orden de caballería que profeso, y el voto que en ella hice de favorecer a los menesterosos y opresos de los mayores.

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