Ejemplos con reliquia

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El Ayuntamiento accede a la petición, iniciando éste de inmediato, la construcción del Palacio Episcopal, que hoy constituye la mejor y única reliquia arquitectónica de la época colonial que existe en Monterrey.
La reliquia del cráneo de Aubert con el orificio donde el arcángel metió en él el dedo, todavía puede verse en la Iglesia de Saint-Gervais-Saint-Protais en Avranches.
noto que el alto grado de fusión entre los preservados arcos neurales y sus respectivos centros, la buena fusión entre los cuerpos de las vértebras sacras, arcos neurales sacros, es evidencia que el ejemplar es un adulto, por lo tanto, el cuerpo pequeño no es una reliquia de la ontogenia.
La Danza de la Muerte de Verges es una verdadera reliquia, ya que es la única que por tradición ha sobrevivido al paso del tiempo y desde la época medieval ha llegado a nuestros días de manera viva y sin interrupción.
Manuscrito de la Biblioteca Nacional: No le echan mala lavativa a cierto Juan lanas unos frailes que galantean a su mujer y le ponen un taleguillo al cuello a manera de reliquia para que se cure y calle.
Manuscrito de Ayala: Intentan unos frailes curar a un pobre Marcos, colgándole al cuello una reliquia y echándole lavativas por fuerza.
Dicke, Philip James Edwin Peebles, Peter Roll y David Todd Wilkinson lo interpretaron como una reliquia del Big Bang.
Vehículo de transporte que sólo aparece en modo multijugador y no se puede pilotear, tiene una aparición en el mapa multijugador Reliquia, a diferencia del Pelican, éste es diseñado para transportar vehículos y blindajes.
Afirmaba entonces que este le llevó a la iglesia de San Pedro de Antioquía, y allí le había mostrado la reliquia de la Lanza Sagrada, que atravesó el costado de Cristo en la cruz.
El primer fin de semana de septiembre tiene lugar la Reliquia.
, cubriendo de vidrio alguna reliquia desconocida.
Marge le muestra a Lisa una frazada hecha con retazos de telas, lo cual es una reliquia familiar.
Dicha reliquia le será entregada a Franco, que la llevará hasta su muerte.
Posteriormente la reliquia es colocada sobre un trono que, portado a hombros por los hermanos de la Cofradía del Santo Entierro de Cristo, participará en la Procesión General del Santo Entierro de Cristo.
La delegación de Australia se manifestó contra el mantenimiento de los sistemas jurídicos tradicionales indígenas, y consideró que debe haber solamente una ley para todos los australianos y no debemos mantener como reliquia prácticas legales que no son aceptables en el mundo moderno.
La pieza estrella del Tesoro es la estatua relicario de Sainte Foy, la que está en el origen de la prosperidad de la abadía, y cuya reliquia fue robada en su día en la ciudad de Agen.
Ahora, otros hombres de mar disfrutaban de tal honor, y él, viejo y cegato, aguardaba entre el público de la procesión para lanzarse sobre la enorme reliquia, pasando sus ropas por la madera.
Este incidente quedó satisfactoriamente arreglado para ambos servidores de la patria, polvo hoy uno y luz en el recuerdo, y reliquia viva el otro, escapada al peligro del naufragio y de la muerte.
Arrepintióse al punto, había oído ella que las cosas santas no deben tirarse, sino quemarse, y volviólo a recoger todo de la misma manera para no tocar la reliquia, y fue a echarla entonces en una chimenea encendida que ardía en un ángulo.
Con los mismos papeles que encerraban la auténtica y la cláusula testamentaria, cogió la reliquia de fray Alonso, y sin tocarla, con un gesto que lo mismo expresaba la repugnancia que el miedo, el asco que el respeto, arrojólo todo en una preciosa cestilla destinada a recibir papeles para la basura.
Con una brusca sacudida echó fuera, sin tocarla, la reliquia, y puso después en su lugar el retrato.
En el otro papel hallábase copiada esta cláusula del testamento de doña Leonor Manrique de la Cerda, repartiendo entre sus parientes un hábito de su primo hermano, el venerable padre fray Alonso de Luján, religioso capuchino: Mi señora, la duquesa del Infantado, escoja la pieza que le pareciere, y otra se dé al conde de Salvatierra, y otra al conde de Montijo, y otra a mi sobrina doña Catalina, marquesa de Paracuéllar, y el cordón se dé al conde de Salinas, mi sobrino, que lo tenga y venere como cordón y reliquia de un tan venerable y santo varón como yo lo he tenido, y una cogulla que yo tengo del dicho padre fray Alonso mando también a mi señora duquesa, y le suplico la dé cuando a su excelencia le pareciere al conde del Cid, y la pieza que su excelencia escogiere, la dé al duque de Béjar, de cuya casa era muy devoto el dicho padre fray Alonso.
Y pensando en esto, el tío Frasquito quedóse largo rato inmóvil, mirando atentamente la suela del zapato, como si interrogase a la Esfinge Encogióse al fin de hombros: después de todo, aunque la reliquia resultase apócrifa y tuviera que ver con la cadina lo que sus calzones de él con los del gran Turco, nada se perdía en ello ¡Mayores había visto él correr por el mundo!.
París entero correría a postrarse ante aquel exótico zapato y él sería entonces el sumo sacerdote que mostrase la reliquia a la turba de noveleros.
Digo que todos los pensamientos que he dicho, y muchos mas, me causaron ver los diferentes tratos y ejercicios que mis pastores y todos los demas de aquella marina tenian, de aquellos que habia oido leer que tenian los pastores de los libros, porque si los mios cantaban, no eran canciones acordadas y bien compuestas, sino un , y otras cosas semejantes, y esto no al son de churumbelas, rabeles o gaitas, sino al que hacia el dar un cayado con otro o al de algunas tejuelas puestas entre los dedos, y no con voces delicadas, sonoras y admirables, sino con voces roncas, que solas o juntas parecia, no que cantaban, sino que gritaban o gruñian: lo mas del dia se les pasaba espulgándose o remendándose sus abarcas: ni entre ellos se nombraban Amarilis, Fílidas, Galateas y Dianas, ni habia Lisardos, Lausos, Jacintos ni Riselos, todos eran Antones, Domingos, Pablos o Llorentes, por donde vine a entender lo que pienso que deben de creer todos, que todos aquellos libros son cosas soñadas y bien escritas para entretenimiento de los ociosos, y no verdad alguna: que a serlo, entre mis pastores hubiera alguna reliquia de aquella felicísima vida y de aquellos amenos prados, espaciosas selvas, sagrados montes, hermosos jardines, arroyos claros y cristalinas fuentes, y de aquellos tan honestos cuanto bien declarados requiebros, y de aquel desmayarse aquí el pastor, allí la pastora, acullá resonar la zampoña del uno, acá el caramillo del otro.
Vino el dia con muestras de mayor tormenta que la pasada, y hallámos que el bajel habia virado un gran trecho, habiéndose desviado de las peñas un buen espacio, y llegádose a una punta de la isla, viéndose tan a pique de doblarla turcos y cristianos con nueva esperanza y fuerzas nuevas, al cabo de seis horas doblámos la punta, y hallámos mas blando el mar y mas sosegado, de modo que mas fácilmente nos aprovechámos de los remos, y abrigados con la isla tuvieron lugar los turcos de saltar en tierra para ir a ver si habia quedado alguna reliquia de la galeota que la noche ántes dió en las peñas, mas aun no quiso el cielo concederme el alivio que esperaba tener de ver en mis brazos el cuerpo de Leonisa, que aunque muerto y despedazado holgara de verle, por romper aquel imposible que mi estrella me puso de juntarme con él como mis buenos deseos merecian, y así rogué a un renegado que queria desembarcarse, que le buscase y viese si la mar lo habia arrojado a la orilla, pero, como ya he dicho, todo esto me negó el cielo, pues al mismo instante tornó a embravecerse el viento de manera que el amparo de la isla no fué de algun provecho: viendo esto Fetala, no quiso contrastar contra la fortuna que tanto le perseguia, y así mandó poner el trinquete al árbol y hacer un poco de vela, volvió la proa a la mar y la popa al viento, y tomando él mismo el cargo del timon, se dejó correr por el ancho mar, seguro que ningun impedimento le estorbaria su camino: iban los remos igualados en la crujía, y toda la gente sentada por los bancos y ballesteras, sin que en toda la galeota se descubriese otra persona que la del cómitre, que por mas seguridad suya se hizo atar fuertemente al estanterol: volaba el bajel con tanta ligereza que en tres dias y tres noches, pasando a la vista de Trápana, de Melazo y de Palermo, embocó por el Faro de Mesina, con maravilloso espanto de los que iban dentro y de aquellos que desde la tierra los miraban.
—Pues así es, replicó el paje, que quieres, Preciosa, que yo sea pobre por fuerza, no deseches el alma que en ese papel te envío, y vuélveme el escudo, que como le toques con la mano, le tendré por reliquia miéntras la vida me durare.
Dígolo respondió porque estos palos de agora más fueron por la pendencia que entre los dos trabó el diablo la otra noche, que por lo que dije contra mi señora Dulcinea, a quien amo y reverencio como a una reliquia, aunque en ella no lo haya, sólo por ser cosa de vuestra merced.
Arremetía como un león irritado, pero salíale al encuentro un tapaboca de la zapatilla de la espada del licenciado, que en mitad de su furia le detenía, y se la hacía besar como si fuera reliquia, aunque no con tanta devoción como las reliquias deben y suelen besarse.
Que esta reliquia guardo para el duro trance que me amenaza mi porfía, que en tu mismo rigor se fortalece.

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