Ejemplos con rabadilla

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los machos de los Dryoscopus erizan las plumas sueltas de la rabadilla y el bajovientre para parecer casi como una pelota.
El vértice de la cabeza, la nuca, la espalda, la rabadilla, las alas y la cola son grises.
La espalda, la rabadilla, las alas y la cola son grises.
La parte superior de la cabeza y la nuca son azul-violáceas, la espalda y la rabadilla son de color verde oscuro iridiscente, la garganta y el pecho son blanco-grisáceos, el vientre es rojo al igual que la base de la cola adyacente, generalmente los machos poseen pecho de plumaje blanco y vientre rojo, llamado tocororo macho, no así las hembras que poseen el pecho y el vientre de color rojo.
En Letanía de la orquídea Muriel, su protagonista, se despierta una mañana con una hinchazón en la rabadilla, de la cual brota una orquídea tropical.
En la rabadilla y las cobertoras sobre la cola el color es azul.
El pecho, la nuca y la rabadilla son de color anaranjado parduzco, el lomo es verde-olivo, el vientre amarillento a continuación del pecho se vuelve grisáceo, igual que debajo de la cola.
Cuando inverna en los países del sur, es castaño con algunas plumas azules dispersas, más abundantes en la rabadilla.
Dorsalmente es gris castaño oscuro excepto blanco en la frente, la nuca y en una banda ancha en la rabadilla y la base de la cola.
Las partes dorsales de alas y la espalda son de color gris oscuro y en la coronilla se vuelve negra, la rabadilla es amarilla.
Los gatos dormían en el centro del círculo, con la rabadilla vuelta a la lumbre.
Pero, áun así y todo, ¡qué naturalidad, qué frescura salvaje, qué gracia bucólica había en aquella errónea y trasnochada , referente a toda una ! ¡Ah! yo me enorgullezco de haber aprendido algo en semejantes condiciones, de haber tenido tantas ideas falsas, de haber estado en tantos errores! Figúraseme, cuando pienso en ellos, como que he vivido en dos planetas o en dos siglos muy apartados el uno del otro, que he estado en dos mundos, que he existido dos veces, como acontecerá al que cambia de religión o al que se casa en segundas nupcias! Por lo demás, permítaseme decir desde ultra-tumba, que me parece mucho más poético aquel modo de ser, en que no sabían las gentes por dónde andaban, ni lo que ocurría más allá del anillo de su horizonte, que este otro en que cualquier mocosuelo es capaz de decirle a uno cuántos lunares tiene en la rabadilla el Primer Ministro del celeste Imperio.
Señá Mariana, ¿ha visto que nos hemos traído el sofá en la rabadilla? ¡Ja, ja, ja!.
-¡Que cante el ! -dijo el chalán, que estaba envuelto desde el pescuezo a la rabadilla en un ceñidor encarnado, por entre cuyos pliegues asomaba el puño de uno de aquellos célebres alfileres de Albacete que tanto dan que hacer a la Justicia.
En su conflicto, imaginose el pobrete que esa puerta comunicaría a otra habitación, y lanzose por ella, a tiempo que le alcanzaba en la rabadilla un soberano puntapié.
-¡Que cante el Trágala! -dijo el chalán, que estaba envuelto desde el pescuezo a la rabadilla en un ceñidor encarnado, por entre cuyos pliegues asomaba el puño de uno de aquellos célebres alfileres de Albacete que tanto dan que hacer a la Justicia.
-respondió ben-Munuza, de cuyas recias manos, cruzadas sobre la rabadilla, pendía, balanceándose, la barra de hierro a la manera de la cola de un tigre.
Mi mano había asido de la rabadilla un gallo o pollo, despertando todo el gallinero de Mariano Rosas, que huyendo de la helada, sin duda, se había guarecido en nuestra morada, tomando posesión de mi lecho.

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