Ejemplos con querencia

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tras Floribella vino El Señor de la Querencia y ahora en Hijos del Monte donde encarna al más pequeño de clan, Lucas del Monte.
Además, es parte del elenco de la teleserie nocturna de TVN El señor de la querencia.
Muy influenciado por Platón, Plutarco realiza un acercamiento moral a la poesía, como útil al servicio educativo, y elude cualquier aproximación estética a la misma, hasta el punto de llegar a verla como una posible rival de la filosofía en la querencia de la juventud.
Tan sólo ha conseguido mantener población desde hace décadas Sigüenza, el resto de poblaciones han ido sufriendo un paulatino descenso de población llegando incluso algunas a despoblarse, como son los casos de Querencia o Sayona.
Se hace con reses aplomadas, en su querencia y sin pies.
Es la más difícil de ejecutar y necesita toros nobles y boyantes o que tengan muchos pies y vayan diectos a la querencia.
Esta voluntad de transformación lleva a los krausistas a experimentar una doble querencia hacia temas de filosofía práctica y pedagogía.
Tiene tres hermanos, una de ellas es Antonia Santa María, actriz que ha trabajado en telenovelas como Brujas y El señor de la querencia.
Ese mismo año contrajo matrimonio con Jane Bowen, una querencia de su poblado con quien procreó dos hijos.
Progresivamente, Daddy Maza va abandonando su querencia por el rap americano y va adentrándose de lleno en la esfera del ragga y el dancehall, con devoción por luminarias como Beenie Man, Red Fox, Shaggy, Cutty Ranks, Ninjaman, Pinchers o Shabba Ranks, entre muchos otros.
No se trata de un hecho científico comprobable e inapelable, pero a decir de muchos ensayistas, literatos y críticos, el castellano tiene cierta querencia por el ritmo octosilábico, que suena especialmente cercano y se adapta fácilmente al habla y al oído de los castellanoparlantes.
Trayendo un estilo nuevo para esa epoca, debutan en el desaparecido Patio de Tango y en La Querencia.
El potro andaluz, instigado por la querencia de la cuadra, dejó deshacerse en el viento, con un bravo resoplido, el último copo blanco de espuma.
Fué por entonces cuando Martínez, antiguo oficial de Belarmino, abrió, en la Rúa Ruera, hacia la cual parecían sentir querencia todos los zapateros, un establecimiento de calzado mecánico, La Solidez , con género de Mallorca, de Almansa, de Barcelona, y anunciaba una remesa de los Estados Unidos.
Aunque al principio la jaca se rebeló un poco, puesta ya en la carretera, con la querencia de la cuadra de Sarrió, donde estaba generalmente, anduvo bastante bien.
Sobrecogidos los que recibieron terribles golpes, desalentados los que veían la inutilidad de su bravura, corrieron todos en querencia de lugares seguros.
Pero no las han traído, sino que han venido ellas de su y por querencia natural.
La querencia de la comodidad, estimulada por la pereza, le llevó también a desechar el poncho, sustituyéndolo por un chaquetón pardo que le dio Leoncio, muy holgado y de abrigo.
A estos les tiraba más la sociedad de sus compañeros que la de personas de superior clase, y se fueron al amor de la hoguera, donde asaron batatas y se regalaron con café y charla sabrosa, hasta que el sueño les llevó a la querencia de sus camastros.
Milagro fue que escapara, pero aquello se arregló cortando y salando otras cabezas, y con la paz volvió Gonzalo a la querencia del señor Sultán, lloviendo sobre él riquezas y honores.
La mamá mostrábase con él amable y cariñosa como jamás la había visto, tenía arranques de lirismo casero, se enternecía reuniendo toda la familia en la mesa, y él, por no contrariarla, permanecía en Burjasot, víctima de las contradicciones de su carácter, tan pronto atraído por la querencia a la cocina, como pensando en Tónica con la dulce nostalgia del enamorado.
Adoraba a Tónica, criatura endeble y graciosa, tal vez por la fuerza del contraste, pero cuando estaba en su casa no podía librarse de la querencia a la cocina, como decía Rafael, y allá iba a echar su párrafo, sin pasar nunca de ahí, pues Juanito era casto.
Y como el muchacho, por su parte, le tenía gran afecto a don Eugenio y cierta querencia a , que era donde habían transcurrido los primeros años de su vida, de aquí que Juanito, a los trece años, entrase en la tienda como aprendiz distinguido, con la ventaja de comer y dormir en su casa.
Me consta que la muchacha tiene la querencia de las tablas, vamos, que se pirra por el teatro.
Maximiliano no le instaba a que comiera, pues aquella actitud de su mujer tomábala él por querencia de privaciones, por iniciación del aniquilamiento, o apetito de muerte y liberación.
Y no era sólo la pena de ver desaparecer para siempre a una persona hacia la cual sentía amor, afición, querencia increíble, era además una necesidad de desahogar su corazón por penas atrasadas y que sin duda no estaban bien lloradas todavía.
Érales difícil a las tres mujeres andar aprisa, por la mucha gente que venía calle abajo, caminando presurosa con la querencia del hogar próximo.
No hay para qué hacer esa diligencia, señor respondió Sancho: vuestra merced temple su cólera, que, según me parece, ya el Diablo ha dejado el rucio, y vuelve a la querencia.
En efeto, el barbero vino en todo aquello que el cura quiso, y, trocando la invención, el cura le fue informando el modo que había de tener y las palabras que había de decir a don Quijote para moverle y forzarle a que con él se viniese, y dejase la querencia del lugar que había escogido para su vana penitencia.
Con este pensamiento guió a Rocinante hacia su aldea, el cual, casi conociendo la querencia, con tanta gana comenzó a caminar, que parecía que no ponía los pies en el suelo.

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