Ejemplos con pureza

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¿Verdad que ves pasar por la cuesta roja de la Fuente vieja los borriquillos de las lavanderas, cansados, cojos, tristes en la inmensa pureza que une tierra y cielo en un solo cristal de esplendor?.
Ahora de nuevo, trescientos años después, el poeta español que sabe más de ternura, pureza y elegancia sentimental, ha pasado su mano delicada sobre el lomo peludo de la pobre bestia esclava, y a la caricia de su mano y de su mirada ha surgido Platero a la vida inmortal.
De manera que vuestra pureza se acredita mediante la facilidad con que inventáis actos impuros, vuestra religiosidad se cifra en la aptitud maliciosa para imaginar el pecado.
Ya he escrito en otras ocasiones que Pereda aborrece de muerte los idilios y las fingidas Arcadias, y tiene horror instintivo a los idealismos falsos, optimistas, bonachones y empalagosos, pero esto no quita que haya en sus cuadros idealidad y pureza, toda la que en sí tienen las costumbres rústicas.
El del , que por la pureza clásica de sus líneas recuerda el famoso lienzo de de Leopoldo Robert, se aparta de él hondamente por el ardor del colorido y por la embriaguez naturalista que le convierte en acabadísimo tipo de geórgica moderna.
Era preciso, para entenderla, observar que la salud poderosa del cuerpo le había conservado la pureza del espíritu.
Desprendíase de toda la persona de aquella niña dormida aroma inexplicable de pureza y frescura, un tufo de honradez que trascendía a leguas.
Solo los que persiguen en vano la pureza, saben lo que regocija y exalta el hallarla.
El fervor de los cruzados encendía en aquellos breves instantes de heroica dicha su alma buena, y su deleite, que le inundaba de una luz parecida a la de los astros, era solo comparable a la vasta amargura con que reconocía, a poco que en el mundo no encuentran auxilio, sino cuando convienen a algún interés que las vicia, las obras de pureza.
Yo vengo aquí, hoy que crece en nuestro suelo el manzanillo enfermo del pesimismo, y en que diríase que se está pudriendo y desmigajando por momentos el alma nacional, a evocar su memoria sagrada, y al evocarla, a pedir a vosotros todosy en vosotros a todos mis conciudadanos, menos política aleve, menos intriga sutil, menos ambiciones, menos complicidades, menos emboscadas tenebrosas: y más piedad para los yerros y ofensas, y más respeto para todos los preceptos constitucionales, y más rectitud para rechazar a los que sean capaces de invitar al deshonor y al crimen, y más pureza para defender los principios patrios, y más voluntad para no codearse con los viles, y más valor para sacarlos por el cuello y ponerlos adonde el sol los queme y los destruya.
Seremos dos almas, dos pensamientos que se acariciarán sin dejar rastro de su pasión, con una pureza como nunca la imaginaron los poetas.
Por mantener lo que llaman la pureza del alma habrían renegado de la familia.
El arzobispo Montano, que vive con su mujer, indignado por la murmuración, pone carbones encendidos entre sus vestiduras sagradas mientras dice la misa y no se quema, demostrando con este milagro la pureza de su vida.
Pepeta sacó de un envoltorio las últimas galas del muertecito: un hábito de gasa tejida con hebras de plata, unas sandalias, una guirnalda de flores, todo blanco, de rizada nieve, como la luz del alba, cuya pureza simbolizaba la del pobrecito.
Doña Luz se convenció de que doña Manolita no había tenido intención de deslustrar en lo más mínimo la pureza de sus relaciones amistosas con el P.
La mesa blanca, de inmaculada pureza, sustentaba, formando columna, las cajitas de áspera película conteniendo el harinoso turrón, los cajones de peladillas y las uvas puntiagudas, hábilmente conservadas, lustrosas y transparentes, como de cera, y con un delicado color de ámbar.
Pero aquellos que hace cinco lustros eran jóvenes, esos dirán que los mozos de entonces eran más felices que los de ahora, que aquella juventud aparentemente melancólica, plañidera y sentimental, valía más por la pureza del sentimiento y la hidalguía del corazón, que ésta de los actuales tiempos, tan alegre al parecer, y en realidad tan triste y desconsoladora, precozmente envejecida y prematuramente codiciosa.
Piadoso obsequio, dulce recuerdo de aquel Viernes de Dolores venturoso y feliz en que mi alma tenía la pureza de las azucenas, en que los cielos y la tierra me sonreían, cuando en el templo alfombrado de amapolas, entre el humo de los incensarios, a los acordes solemnes del órgano, delante de un altar, resplandeciente, me acerqué trémulo, anonadado, a recibir el Pan Eucarístico.
—¡Ya me quisieras ahora, infame! Yo te hallé siempre pura y hermosa, pero tú me abandonaste por otros espejos más dorados, que marchitaron tu pureza y hermosura.
La tez era una preciosidad por su pureza mate y su transparencia y tono de marfil recién labrado, la boca, un poco grande, pero fresca y tan mona en la risa como en el enojo ¡Y luego unos dientes! Tengo los dientesdecía ella mostrándoselos, como pedacitos de leche cuajada.
Cumplamos tú y yo la ley de morir cuando nos creamos llegados al punto de caramelo de la pureza.
Ahora que no vive, la contemplo libre de las transformaciones que el mundo y el contacto del mal le imprimían, ahora no temo la infidelidad, que es un rozamiento con las fuerzas de la Naturaleza que pasan junto a nosotros, ahora no temo las traiciones, que son proyección de sombra por cuerpos opacos que se acercan, ahora todo es libertad, luz, desaparecieron las asquerosidades de la realidad, y vivo con mi ídolo en mi idea, y nos adoramos con pureza y santidad sublimes en el tálamo incorruptible de mi pensamiento.
Vicioso y discreto, sibarita y hombre de talento, aspirando a la erudición de todos los goces y con bastante buen gusto para espiritualizar las cosas materiales, no podía contentarse con gustar la belleza comprada o conquistada, la gracia, el donaire, la extravagancia, quería gustar también la virtud, no precisamente vencida, que deja de serlo, sino la pura, que en su pureza misma tenía para él su picante.
Santa Cruz no estaba en el caso de que le mortificara la curiosidad, porque Jacinta era la pureza misma.
Miraba Julián las huellas de la incuria de su antecesor, y sin querer acusarle, ni tratarle en sus adentros de cochino, el caso es que tanta porquería y rusticidad le infundía grandes deseos de primor y limpieza, una aspiración a la pulcritud en la vida como a la pureza en el alma.
Julián abría mucho los ojos, deseando que por ellos le entrase de sopetón toda la ciencia rústica, a fin de entender bien las explicaciones relativas a la calidad del terreno o el desarrollo del arbolado, pero, acostumbrado a la vida claustral del Seminario y de la metrópoli compostelana, la naturaleza le parecía difícil de comprender, y casi le infundía temor por la vital impetuosidad que sentía palpitar en ella, en el espesor de los matorrales, en el áspero vigor de los troncos, en la fertilidad de los frutales, en la picante pureza del aire libre.
Hay bromas de bromas, y a mí me parecen delicadas para un sacerdote las que tocan a la honestidad y a la pureza.
Seguía el relato de la mística noche nupcial, de la conversión de Valeriano, del ángel que velaba a Cecilia para guardar su pureza, con el desenlace glorioso y épico del martirio.
—No sé qué te diga, Ricardo, replicó Leonisa, ni qué salida se tome al laberinto donde, como dices, nuestra corta ventura nos tiene puestos: solo sé decir que es menester usar en esto lo que de nuestra condicion no se puede esperar, que es el fingimiento y engaño, y así digo que de tí daré a Halima algunas razones que ántes la entretengan que desesperen: tú de mí podrás decir al cadí lo que para seguridad de mi honor y de su engaño vieres que mas convenga, y pues yo pongo mi honor en tus manos, bien puedes creer dél que le tengo con la entereza y verdad que podia poner en duda tantos caminos como he andado y tantos combates como he sufrido: el hablarnos será fácil, y a mí será de grandísimo gusto el hacello, con presupuesto que jamas me has de tratar cosa que a tu declarada pretension pertenezca, que en la hora que tal hicieres, en la misma me despediré de verte, porque no quiero que pienses que es de tan pocos quilates mi valor, que ha de hacer con él la cautividad lo que la libertad no pudo: como el oro tengo de ser con el favor del cielo, que miéntras mas se acrisola, queda con mas pureza y mas limpio: conténtate con que he dicho que no me dará como solia fastidio tu vista, porque te hago saber, Ricardo, que siempre te tuve por desabrido y arrogante, y que presumias de tí algo mas de lo que debias: confieso tambien que me engañaba, y que podria ser que hacer ahora la esperiencia me pusiese la verdad delante de los ojos el desengaño, y estando desengañada, fuese con ser honesta mas humana: véte con Dios, que temo no nos haya escuchado Halima, la cual entiende algo de la lengua cristiana, o a lo ménos de aquella mezcla de lenguas que se usa, con que todos nos entendemos.
¿Y la limpieza de Esperanza, su flor cándida, su pureza, su doncellez no tocada, así la habia yo de aventurar y vender, sin mas ni mas, cebada de esa cadenilla? ¿Estoy yo tan sin juicio que me tengo de encandilar de sus resplandores, ni atar con sus eslabones, ni prender con sus ligamentos? ¡Por el siglo del que pudre, que tal no será! Usted se vuelva a poner su cadena, señor caballero, y mírenos con mejores ojos, y entienda que, aunque mujeres solas, somos principales, y que esta niña está como su madre la parió, sin que haya persona alguna en el mundo que pueda decir otra cosa, y si contra esta verdad le hubiesen dicho alguna mentira, todo el mundo se engaña, y al tiempo y la esperiencia doy por testigos.

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