Ejemplos con profundas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Las olas, como furiosos toros azules, topaban entre espumarajos de rabia contra la peña, abriendo cóncavas oquedades, cuevas profundas que se prolongaban hacia lo alto en forma de grietas verticales.
Un pensador ilustre, que comparaba al esclavo de las sociedades antiguas con una partícula no digerida por el organismo social, podría quizá tener una comparación semejante para caracterizar la situación de ese fuerte colono de procedencia germánica, que establecido en los Estados del centro y del Far-West conserva intacta en su naturaleza, en su sociabilidad, en sus costumbres, la impresión del genio alemán, que en muchas de sus condiciones características más profundas y enérgicas debe ser considerado una verdadera antítesis del genio americano.
Las aguas profundas habían cincelado estos adornos pétreos con extraños arabescos que hacían pensar en el arte de otro planeta.
Recordaba la carita sonrosada dos años antes, y miraba con asombro un rostro de juventud ajada, huesoso, los pómulos salientes, las ojeras profundas, y unos ojos de escasas cejas, sin pestañas, con las pupilas todavía hermosas, pero empañadas por vidriosa opacidad.
Y al dar estos consejos feroces guiñaba sus ojos, que en el fondo de las profundas órbitas parecían estrellas moribundas próximas a extinguirse.
Tras ellas apareció un viejo apergaminado, amarillento, con los ojos hundidos en las profundas órbitas y la boca circundada por una aureola de arrugas.
¿Quién sino yo podía comprenderla en este lugar, entre gente zafia y villana? ¿Quién ordenar y aclarar sus vagos ensueños? ¿Quién interpretar los enigmas? ¿Quién señalarle el blanco adonde importaba dirigir oraciones y suspiros, para que no fuesen como mal disparadas saetas que se pierden en el aire y acaban por dar en tierra, sin llegar a herir dicho blanco? ¿Quién acabar de abrir a su razón, ansiosa de verdad, el recinto misterioso de las más sublimes doctrinas? ¿Quién declararla el por qué y el cómo de las cosas, hasta donde es posible saberlo? ¿Quién servir de guía a su espíritu en sus vuelos audaces, cuando subía por cima de todo lo natural y creado, anhelante de tocar a la inaccesible, eterna e inexhausta fuente de donde mana? En suma, yo me lisonjeé de ser su maestro, su amigo, el depositario de sus ideas, el que oyese, moderase y avivase o templase a su placer las palpitaciones profundas de su corazón entusiasta.
Y es la verdad que, durante esta fantasmagoría, pasa ante mis ojos la vida entera, formo mil novelas en la imaginación, hago la crítica de todos los afectos, de todas las personas, de todas las virtudes, de todos los vicios, desentraño cuestiones muy profundas de moral, de filosofía, de gobierno, de arte, de economía.
Costumbres más francas, atrevimientos felices, asociaciones más cultas, investigaciones más profundas, especulaciones menos temerosas de la Inquisición o del despotismo, osadías científicas, iban depositando en lenguas extrañas palabras y giros que no se implantaban al mismo tiempo en nuestro idioma.

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