Ejemplos con privilegiados

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La fallida proletarización no significa que los trabajadores calificados conserven nichos privilegiados.
Nos encontramos aquí con unos de esos seres privilegiados que son capaces de hacer las cosas que realmente gustan y transformarlas además en un medio de vida productivo y satisfactorio.
Entre los privilegiados estaban el Maestro Sora Bulq aunque este solo tenía pocos conocimiento del Vaapad ya que al poco tiempo de empezar a estudiarlo caería al Lado Oscuro y el Maestro Quinlan Vos que aprendió lo que sabia de Sora Bulq, también se acercaría al Lado Oscuro.
Natación, tenis, montar a caballo, senderismo, o cicloturísmo, son algunas de las actividades que se practican con profusión disfrutando a la vez de sus paisajes y su clima privilegiados.
Situada en la que actualmente se denomina calle Oficios, la madraza se encontraba en uno de los sitios privilegiados de la ciudad, junto a la Mezquita Mayor y la Alcaicería, la zona más noble del comercio.
Fue uno de los testigos privilegiados del Juramento de Eorl, puesto que acompañó a su padre ante la Tumba de Elendil cuando se realizó la sesión de los territorios de Calenardhon a los Éothéod.
Carismatico líder sindical, cívico, campesino y estudiantil, artesano, deportista, poeta y músico cantautor, gozaba de una impresionante aguerrida pasión y afinidad con los sectores populares menos privilegiados, míticas son las anecdotas que se generan a partir de su memoria.
Si lo último, entonces los filósofos eran, evidentemente, seres privilegiados, que habían llegado a la verdad absoluta por medio de la revelación directa.
El anti-igualitarismo de Nietzscheque tan profundo surco señala en la que podríamos llamar nuestra moderna , ha llevado a su poderosa reivindicación de los derechos que él considera implícitos en las superioridades humanas, un abominable, un reaccionario espíritu, puesto que, negando toda fraternidad, toda piedad, pone en el corazón del a quien endiosa un menosprecio satánico para los desheredados y los débiles, legitima en los privilegiados de la voluntad y de la fuerza el ministerio del verdugo, y con lógica resolución llega, en último término, a afirmar que la sociedad no existe para sí sino para sus elegidos.
Sus hermanos mayores figuraban en la oficialidad de los regimientos privilegiados.
Al hacer esto no vacilaba en sacrificar su antigua fe, todas las creencias acariciadas hasta la víspera ¡Y él, que era uno de los privilegiados de la suerte, que poseía tantas cosas tentadoras necesitadas de defensa, entregado a la duda y la crítica!.
¡Qué enorme!, ¡todo qué enorme! Y esto mirando solamente los barrios privilegiados, el castillo central del buque, con sus recovecos, escaleras, baños, gabinetes de aseo y tubos de calor y de frío.
Al venir tiempos de paz y seguridad, los progresos de la arquitectura naval fueron rebajando los castillos esculpidos como altares, con mascarones, tritones y ondinas, pero la popa continuó siendo el lugar de honor, el aposento de los privilegiados.
Los privilegiados encuentran satisfechas sus necesidades sin abandonar este barrio lujoso, y ni por curiosidad bajan las escaleras que conducen a los barrios pobres Pero hay que reconocer que en éstos el vecindario es sucio y hay en ellos un hedor de rancho agrio.
A manejar la lengua hablada y escrita les enseñan, como único modo de vivir, en pueblos en que las artes delicadas que nacen del cultivo del idioma no tienen el número suficiente, no ya de consumidores, de apreciadores siquiera, que recompensen, con el precio justo de estos trabajos exquisitos, la labor intelectual de nuestros espíritus privilegiados.
Se diluyen, se expanden las cualidades de los privilegiados a la masa.
Los privilegiados empleaban la religión como un escudo.
Agarrándose al tronco estaban seguros de poseer las ramas: educando a los privilegiados en el santo temor de Dios, mantenían el espíritu religioso en las instituciones directoras, en los legisladores, los magistrados, los militares, afirmando el porvenir más sólidamente que si buscaban al populacho ignorante y tornadizo, siempre dispuesto a dejarse engañar por absurdas propagandas.
No es verdad: para ser ricos, para entrar en el grupo de los privilegiados, para ser tres individuos más de esa minoría odiosa que goza el bienestar esclavizando a los humanos.
Mejor hubiese sido para él no asomar al mundo, permanecer en el limbo de los privilegiados que no llegan a formarse.
Dejemos a los privilegiados fomentar su decadencia con los vástagos de sus vicios.
Todo es para los privilegiados del mundo: los brazos del padre y el sexo de la hija.
La pobre Lucy era la obrera debilitada por la explotación, envenenada desde su nacimiento por la miseria, tú eres la hija del pueblo atraída fuera del hogar por el encanto del bienestar de los privilegiados, seducida, no por el amor, sino por el capricho de los felices, la doncella llevada en sacrificio al Minotauro, cuyos restos se arrojan después al estercolero.
¡Y quién sabe si aun esos pocos privilegiados no se sienten mordidos por el demonio de la vanidad, y al extremar los ascetismos de su vida, piensan en la gloria de verse en los altares! El sacerdote que logra dominar la carne cae en la avaricia, que es el vicio eclesiástico por excelencia.
Vistióse sencillamente, siempre con aquel prolijo cuidado de los detalles pequeños que desprecian los talentos vulgares y tienen en mucho los privilegiados y prácticos: una modesta falda de seda negra, un abriguito de terciopelo con pieles y la mantilla recogida por completo sobre los hombros, chiffonné, con mucha gracia, cubriendo las blondas del velo parte del rostro, pero dejando ver perfectamente los rojos pelitos, contraseña suya característica, que cuidó muy bien de dejar a la vista con cálculo prudentísimo, para que en caso de oscuridad o de duda pudieran todos reconocerla.

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