Ejemplos con prez

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Dre, Snoop Dogg, Fat Joe, Dead Prez y Mic Geronimo.
Y cuando en climas remotosNuevos laureles conquistes,recuerda que tus devotos por donde quiera que existes te acompañan con sus votos,que es de México tu gloria,que tu genio aquí nació,que conserva tu memoriay sigue atento tu historiaque prez y orgullo te dio.
La meditación Infelix Ego se convierte en la base del Miserere de Josquin des Prez.
En él vi el último representante vivo de aquellas ilustres familias de armeros de Madrid, que tanta honra y prez dieron a su industria en el siglo XVIII.
La ventura de poseer a su nené adorada, la prez de defender su vida, le distraían de los trágicos acontecimientos recientes.
De aquí no me levantaré, ¡oh valeroso y esforzado caballero!, fasta que la vuestra bondad y cortesía me otorgue un don, el cual redundará en honra y prez de vuestra persona, y en pro de la más desconsolada y agraviada doncella que el sol ha visto.
Por cierto, señor arzobispo Turpín, que es gran mengua de los que nos llamamos doce Pares dejar, tan sin más ni más, llevar la vitoria deste torneo a los caballeros cortesanos, habiendo nosotros los aventureros ganado el prez en los tres días antecedentes.
Mas que esto se ejecutó contra el voto de la mayor parte, lo manifestaron bien pronto, concurriendo de las ciudades a recoger el cuerpo y darle sepultura, adornando con armas y despojos su sepulcro por prez de su valor y de la dignidad de general.
Conste así en honra y prez de mis pacíficos paisanos, por más que sean disputadores incansables.
Honra y prez para estos apóstoles de las bellas letras.
Mas Catón, no sólo siendo cónsul tuvo la primacía por la mano y por el consejo en la guerra de España, sino que no siendo más que tribuno en Termópilas, bajo el mando de otro cónsul, tuvo el prez de la victoria, abriendo a los Romanos ancha entrada contra Antíoco, y poniéndole a éste la guerra a la espalda, cuando no miraba sino adelante, porque aquella victoria, que fue la más brillante hazaña de Catón, lanzó al Asia de la Grecia y se la dio allanada después a Escipión.
No obstante tenerse la idea de que sus progenitores fueron desconocidos, el mismo Catón alaba a su padre como hombre de valor y ejercitado en la milicia, y refiere de su bisabuelo que muchas veces alcanzó el prez del valor, y que, habiendo perdido en diferentes batallas cinco caballos ejercitados en la guerra, fue del pueblo honrado por su valor y fortaleza.
Deliberando, pues, éstos, propuso Teogitón de Mégara que el prez había de darse a otra ciudad si no querían que se encendiese una guerra civil, y como a esta propuesta se hubiese puesto en pie Cleócrito de Corinto, por lo pronto hizo creer que iba a pedir aquel premio para los Corintios, porque después de Esparta y Atenas era Corinto una de las ciudades de más fama: pero hizo a favor de los de Platea una admirable propuesta, que agradó a todos, porque aconsejó que para quitar toda contienda se diera el prez a los Plateenses, por cuya preferencia nadie había de incomodarse, así fue que al pronto otorgó Aristides por los Atenienses, y en seguida Pausanias por los Lacedemonios.
Después de estos sucesos no convenían los Atenienses en conceder el prez del valor a los Lacedemonios, ni les permitían levantar trofeo, habiendo estado en muy poco el que de pronto se arruinase toda aquella dicha de los Griegos, estando como estaban sobre las armas, a no haber sido que Aristides, exhortando y persuadiendo a sus colegas, y especialmente a Leócrates y Mirónides, alcanzó y obtuvo de ellos que se dejara la decisión a los otros Griegos.
Al botín comúnmente le llaman despojos, pero a los de esta clase les dicen con especial denominación opimos, y se refiere que en los comentarios de Numa Pompilio se hace mención de opimos primeros, segundos y terceros, mandando que los primeros que se tomaban se consagrasen a Júpiter Feretrio, los segundos, a Marte, y los terceros, a Quirino, y que por prez del valor recibían el primero trescientos ases, doscientos el segundo, ciento el tercero, acerca de las cuales cosas prevalece además la opinión de que entre aquellos sólo son honoríficos los que se toman los primeros en batalla campal, dando muerte el un general al otro, mas baste ya de este punto.
Pues todas las victorias olímpicas y píticas juntas no creo que hubiese quien las comparase con uno de los combates de Pelópidas, el cual, habiendo reñido muchas lides, vencedor en todas, y habiendo pasado la mayor parte de su vida en el honor y la gloria, últimamente en su décimatercia beotarquia, después de haber alcanzado el prez del valor sobre muerte de un tirano, dio su vida por la libertad de la Tesalia.
Venían en pos inmediatamente cuatrocientas coronas de oro, que las ciudades habían enviado con embajadas a Emilio por prez de la victoria.
abrasad, porque en prez del mal penoso.
antes de hacerse la distribución a los demás, y separadamente por prez del valor le regaló un caballo enjaezado.
Pero los Lacedemonios se lo llevaron a Esparta, y dieron a Euribíades el prez de valor, y a aquel el de sabiduría, que fue una corona de olivo, regaláronle además, de los carros de la ciudad, el mejor, y enviaron trescientos jóvenes que le acompañasen hasta la frontera.
De las ciudades, dice Herodoto que se adjudicó el prez a la de Egina, y a Temístocles, aunque de mala gana por la envidia, se lo concedieron todos, pues sucedió que retirados al Istmo, yendo a dar su voto los generales desde el ara, cada uno se dio a sí mismo el primer lugar en cuanto a valor, y el segundo a Temístocles.
'''La segunda y más osada ordenación de Licurgo fue el repartimiento del terreno, porque siendo terrible la desigualdad y diferencia, por la cual muchos pobres necesitados sobrecargaban la ciudad, y la riqueza se acumulaba en muy pocos, se propuso desterrar la insolencia, la envidia, la corrupción, el regalo, y principalmente los dos mayores y más antiguos males que todos éstos: la riqueza y la pobreza, para lo que les persuadió que, presentando el país todo como vacío, se repartiese de nuevo, y todos viviesen entre sí uniformes e igualmente arraigados, dando el prez de preferencia a sola la virtud, como que de uno a otro no hay más diferencia o desigualdad que la que induce la justa reprensión de lo torpe y la alabanza de lo honesto, y diciendo y haciendo, distribuyó a los del campo el terreno de Laconia en treinta mil suertes, y el que caía hacia la ciudad de Esparta en nueve mil''', porque éstas fueron las suertes de los Espartanos.
Y fue prez de valor para el general que por su persona dio muerte al otro general la dedicación de los despojos, dicha que sólo cupo a tres generales romanos, siendo el primero Rómulo, que derribó muerto a Acrón Ceninete, el segundo, Cornelio Coso, que dio muerte a Tolumnio el Tirreno, y el último, Claudio Marcelo, que venció a Britomarto, rey de los Galos.
Fueron los Abantes los primeros que así se trasquilaron: no por haberlo aprendido de los Árabes, como creen algunos, ni por imitar a los de Misia, sino a causa de que eran guerreros amigos de combatir de cerca, e inclinados más que otros algunos a venir a las manos con los contrarios, según que en estos versos lo atestigua también Arquíloco: No en el tender del arco, o de las hondas en el crujir frecuente, se señalan, sino en el campo, cuando el crudo Marte para herir con el hierro más se ensaña: que en esta lucha los gloriosos hijos de la Eubea prez ilustre alcanzan: trasquílanse, por tanto, para no dar a los enemigos el asidero de los cabellos.
Como quiera, ya que no es posible cambiar el corazón de los hombres, serán dignos de gloria y prez los oradores esclarecidos que emplean en defensa de la verdad y de la justicia las mismas armas que otros usan en pro del error y del crimen.
Prez a vosotros, oh divinos seres de Kas espléndidos, celestiales Señores de las cosas, qué siempre existiréis y viviréis, y cuyo doble periodo de ilimitado número de años es la eternidad: a vuestra presencia llegué.
Caballeros de nuestra prez no eran para tratados como quería el conde de Lemus a quien respeto, pues que ya el supremo juez le habrá juzgado.
¡Hasta del novio se dijo que era «un varón, honra, prez y esperanza de su preclaro linaje»!.
Es la prez del valle.

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