Ejemplos con preste

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Aunque el blues no es un género que se preste adecuadamente a las progresiones del rock progresivo, no pocos grupos cultivaron con buena fortuna.
Con carácter general y según el tipo de función pública a realizar u organismo en el que se preste servicio, existen varios tipos de empleados al servicio de la Administración Pública:.
Sin embargo, el estado de la infraestructura y superestructura es lo suficientemente bueno como para que en esta línea se preste un servicio de calidad.
Finalmente, Lisa va a una agencia de publicidad, y un ejecutivo le sugiere que los anuncios dejarán de estar vivos cuando no se les preste atención, al igual que lo que pasa con las campañas publicitarias.
En Europa, circulaban rumores de que Kuchlug era el mítico Preste Juan, y que estaba combatiendo a los musulmanes en el este.
Dejando de lado el aburrido juego, Bart, más tarde, ve que Milhouse tenía Bonestorm y lo visita, esperando que se lo preste, pero el niño lo echa de su casa.
sea digno de su antecesor y esperamos también que la afición candasina le preste el mismo apoyo económico y el entusiasmo que prestaba a su antiguo y querido equipo.
Entre otros méritos, Soler tiene el premio Nacional de las Artes Alfonso IV, miembro de la Academia de Artes y Letras de Portugal, del Instituto Preste Joao de Etiopía, de la Academia Portuguesa Ex-Libris y Doctor Honoris Causa de Bellas Artes por la Universidad de São Paulo.
Así como confesamos que Nuestro Señor Jesucristo y Santiago, su apóstol, prohíben a los Cristianos el juramento vano y temerario, también juzgamos que la religión Cristiana no prohíbe que se preste juramento a requerimiento del magistrado y en causa de fe y caridad, con tal que se haga según la doctrina del profeta, en justicia, juicio y verdad.
Entre ellos destaca La Preste, que gracias a sus fuentes termales se ha desarrollado considerablemente a partir del siglo XIX.
¡Aunque sea el preste Juan de las Indias! ¡Yo no hago esas tonterías!.
Señores: soy un sátrapa, tengo ya más riquezas que el preste Juan de las Indias, Creso y Montezuma juntos.
Luego la llamaron del Mollete, porque todos los días, después de la misa mayor, el preste, con acólitos y pertigueros, se presentaba en ella a bendecir los panes de media libra o molletes que se repartían entre los pobres.
No encuentro quién nos preste, pero estoy dispuesto a firmar lo que usted quiera, dando en garantía el huerto.
Comprendo que tal cosa se dijera cuando sólo se conocían siete planetas y siete metales, cuatro Partes del mundo y cuatro elementos, pero repetirlo hoy, en pleno siglo , sería un absurdo tan grande como echarse a buscar al Preste Juan de las Indias.
Yo la acompañaré a usted Tengo que ir a ver a Narciso para que me preste unos apuntes.
¡Ah!, no tener valor para decirle esto ¿Pero cómo?, ¡si no hay palabra que se preste a decirlo!.
Trinidad Muley, el Cura de Santa María, el Preste de la Procesion, revestido con capa pluvial de tisú de oro y plata, hecha como de molde para lucir sobre su ámplia y majestuosa figura.
—Buen remedio, dijo Loaysa, procurad vos tomar las llaves a vuestro amo, y yo os daré un pedazo de cera, donde las imprimiréis de manera que queden señaladas las guardas en la cera, que por la aficion que os he tomado, yo haré que un cerrajero, amigo mio, haga las llaves, y así podré entrar dentro de noche y enseñaros mejor que al Preste Juan de las Indias, porque veo ser gran lástima que se pierda una tal voz como la vuestra, faltándole el arrimo de la guitarra: que quiero que sepais, hermano Luis, que la mejor voz del mundo pierde de sus quilates, cuando no se acompaña con el instrumento, ahora sea de guitarra, o clavicímbano, de órganos o de arpa, pero el que mas a vuestra voz le conviene, es el instrumento de la guitarra, por ser el mas mañero y ménos costoso de los instrumentos.
—Allá irás, mentecato, trovador de Júdas, que pulgas te coman los ojos, y ¿quién diablos te enseñó a cantar a una fregona cosas de esferas y de cielos, llamándola lúnes, mártes y ruedas de fortuna? Dijérasla, noramala para tí y para quien le hubiera parecido bien tu trova, que es tiesa como un espárrago, entonada como un plumaje, blanca como una leche, honesta como un fraile novicio, melindrosa y zahareña como una mula de alquiler, y mas dura que un pedazo de argamasa, que como esto le dijeras, ella lo entendiera, y se holgara, pero llamarla embajador, y red, y moble, y alteza, y bajeza, mas es para decirlo a un niño de la doctrina, que a una fregona: verdaderamente que hay poetas en el mundo, que escriben trovas que no hay diablo que las entienda, yo a lo ménos aunque soy Barrabas, estas que ha cantado este músico, de ninguna manera las entiendo: miren qué hará Costancica, pero ella lo hace mejor, que se está en su cama haciendo burla del mismo Preste Juan de las Indias: este músico a lo ménos no es de los del hijo del corregidor, que aquellos son muchos, y una vez que otra se dejan entender, pero este, voto a tal, que me deja mohino.
Pues, ¿qué hermosura puede haber, o qué proporción de partes con el todo y del todo con las partes, en un libro o fábula donde un mozo de diez y seis años da una cuchillada a un gigante como una torre, y le divide en dos mitades, como si fuera de alfeñique, y que, cuando nos quieren pintar una batalla, después de haber dicho que hay de la parte de los enemigos un millón de competientes, como sea contra ellos el señor del libro, forzosamente, mal que nos pese, habemos de entender que el tal caballero alcanzó la vitoria por solo el valor de su fuerte brazo? Pues, ¿qué diremos de la facilidad con que una reina o emperatriz heredera se conduce en los brazos de un andante y no conocido caballero? ¿Qué ingenio, si no es del todo bárbaro e inculto, podrá contentarse leyendo que una gran torre llena de caballeros va por la mar adelante, como nave con próspero viento, y hoy anochece en Lombardía, y mañana amanezca en tierras del Preste Juan de las Indias, o en otras que ni las descubrió Tolomeo ni las vio Marco Polo? Y, si a esto se me respondiese que los que tales libros componen los escriben como cosas de mentira, y que así, no están obligados a mirar en delicadezas ni verdades, responderles hía yo que tanto la mentira es mejor cuanto más parece verdadera, y tanto más agrada cuanto tiene más de lo dudoso y posible.
En teniendo gobierno dijo Sancho, enviaré por él por la posta, y te enviaré dineros, que no me faltarán, pues nunca falta quien se los preste a los gobernadores cuando no los tienen, y vístele de modo que disimule lo que es y parezca lo que ha de ser.

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