Ejemplos con preguntáis

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Si preguntáis a la Filosofía de qué materia es el cielo y el sol, ¿qué os responderá ella sino de hierro o, con Anaxágoras, de piedra o tal estofa según nuestra costumbre?,.
Os preguntáis asombrados: ¿Cómo ha ocurrido que estos judíos a quienes considerábamos cobardes, que fueron durante siglos víctimas de matanzas colectivas, se hayan levantado contra nuestra dominación, asesten golpes a nuestras tropas, se rían de nuestras órdenes y, hallándose a la sombra del patíbulo, desprecien a la muerte?.
Si me preguntáis por sus bellezas, a pesar de conocerlas yo, os envío a APOLO, único juez en este punto, y preguntadle si el autor del QUIJOTE ha quemado incienso en sus inmortales aras.
Si me preguntáis por los obstáculos que superó, servíos escucharme un momento, y lo sabréis.
Pero si me preguntáis por el Dios personal inventado por las religiones a semejanza del hombre, que saca el mundo de la nada, dirige nuestras acciones, guarda las almas clasificándolas por sus méritos y comisiona hijos para que bajen a la tierra y la rediman, buscadlo en esa inmensidad, ved dónde oculta su pequeñez.
ciertos días del año, al tiempo de vestiros, reparáis en que el chaleco no pesa lo suficiente, y os preguntáis con asombro: , acuden a vuestra imaginación tan pocas cosas dignas de aprecio, que apenas halláis haber disfrutado placeres o adquirido mercancías equivalentes a tres reales de vellón.
Preguntáis que si soy un malvado o un desgraciado: y contesto que ya que os alcanza la responsabilidad de lo segundo, a vos también os tocará sin duda la triste gloria de lo primero.
Sí, dije yo, y, queriendo comenzar a decirle mi suceso, y de dónde veníamos y quién éramos, uno de los cristianos que con nosotros venían conoció al jinete que nos había hecho la pregunta, y dijo, sin dejarme a mí decir más palabra: ¡Gracias sean dadas a Dios, señores, que a tan buena parte nos ha conducido!, porque, si yo no me engaño, la tierra que pisamos es la de Vélez Málaga, si ya los años de mi cautiverio no me han quitado de la memoria el acordarme que vos, señor, que nos preguntáis quién somos, sois Pedro de Bustamante, tío mío.
-¿Sois vos quien preguntáis por mí? - dijo el mosquetero.
y vos me preguntáis con lengua bien perversa.
-¡Siendo marino y marsellés preguntáis adónde vamos! -le dijo.
-¡Cobardes! Vais dos contra uno, a quien debéis acometer a traición, y todavía preguntáis:.
-¡Oh, qué bueno es eso! Sois tan afortunado, que pusistes aquí los pies y preguntáis qué es lo que hacemos.
Llaman también a esto orgullo, «hediondo orgullo» le llamó Leopardi, y nos preguntan que quiénes somos, vi¬les gusanos de la tierra, para pretender inmortalidad, ¿en gracia a qué? ¿Para qué? ¿Con qué derecho? ¿En gracia a qué?, preguntáis, ¿y en gracia a qué vivimos? ¿Para qué?, ¿y para qué somos? ¿Con qué derecho? ¿Y con qué dere¬cho somos? Tan gratuito es existir, como seguir exis¬tiendo siempre.
-¡Ay, desdichada señora! -dijo uno de ellos-, ¡y como habéis estado sin sentido, pues eso preguntáis!.
Y si preguntáis entonces, ¿a nosotros qué nos queda?.
¿Por qué lo preguntáis?.
preguntáis por mi hija.
Me preguntáis quién me ha obligado a hablar.
-¡Cómo!, ¿de qué año? ¿Me preguntáis de qué año?.
” Incomodado Bruto al oírlo: “¿Por qué me preguntáis ¡oh Casca!- le replicó-, y no hacéis lo que os parezca?” Y teniendo esta respuesta por una aprobación en cuanto a aquellos desventurados, los sacaron de allí y les dieron muerte.
Si le preguntáis al otro por qué no acaba de ajustarse con la.
lo que ven gustar a otros y alaban lo que oyeron alabar, y si les preguntáis en qué está lo.
-¡Me preguntáis quién soy! -respondió Gil comprendiendo todo esto-.
-¿Y vos me lo preguntáis, Excelencia? ¡Quién puede ser sino.
-Sí, y ya que me preguntáis su hombre, os lo diré: se llama de Villefort.
Ahora volvamos al primer punto: me preguntáis por qué os he pedido esta audiencia: os lo diré en dos palabras.
¿Me preguntáis quién es la condesa G.
Pero lo que me decís, señora, lo que me preguntáis, no es el resultado de una pregunta caprichosa, puesto que hace dos años me habéis hecho preguntas idénticas y me habéis dicho que esa historia de Mitrídates os tenía hacía tiempo preocupada.
-Sí, excelencia, pero si preguntáis eso para tener un balcón, os acordáis de ello muy tarde.

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