Ejemplos con precio

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La verdad es que ser diputado a ese precio.
Aumentó, por fin, el precio del arrendamiento de las tierras.
Se acercó a un caballote fuerte y de pelo brillante, que no pensaba comprar, adivinando su alto precio.
Un labrador habitante en otro distrito de la huerta, hombre que las echaba de guapo y nunca tenía bastante tierra, sintióse tentado por el bajo precio del arrendamiento y apechugó con unos campos que a todos inspiraban miedo.
Don Acisclo buscaba al punto en Málaga comerciante que se allanase a dar el dinero, y resultaba que nadie quería darle sino cobrándose en aceite, dos meses o poco más después, y tomando la arroba de dicho líquido a dos reales menos del precio corriente.
Discutían con gravedad el precio y la clase de las telas, y tan grande era la simpatía, que si aquel grandullón de enormes barbas osaba decir una palabra un poco alegre, la beatita sonreía con toda su alma, mostrando una dentadura igual y brillante.
¡Vaya un modo de tragar, hijos míos! En una fonda estarían ya siendo objeto de críticas, y el dueño pondría mala cara al ver cómo ganaban el precio del cubierto, las niñas se harían las interesantes, comiendo poco para no parecer feas, y él mismo tragaría a disgusto creyendo que se burlaban de su modo de mascar.
El precio del traspaso ya lo iría pagando Antonio poco a poco, y ellos levantarían el vuelo inmediatamente para ir a formar un nido en una gran casa cerca del Mercado, una finca soberbia, con ancho portal, gran patio, cuadras profundas, y en el piso superior magníficas habitaciones, inmuebles que el difunto había adquirido por poco dinero, prestando usurariamente a un conde tronado.
Cuando era preciso se calaba el chacó, martirizaba el pecho con el asfixiante correaje, y servía a la nación y a la libertad, yendo a pasar la noche en el Principal, donde comía melones en verano, se calentaba al brasero en invierno, en la santa y pacífica compañía de algunos otros comerciantes del Mercado, que, olvidándose de la marcialidad de su uniforme, pasaban las horas de la guardia hablando de las fábricas de Alcoy o del precio del azúcar y de la seda, todo esto sin perjuicio de faltar a la ordenanza, abandonando el puesto con frecuencia para dar un vistazo a sus casas.
Ganaba cuanto quería, parecía un muchacho con su trajecito claro, corbata roja y el enorme cigarro, al que conservaba la sortija de papel, para que todo el mundo se enterase de su precio.
¡Y estas cosas se decían en el rincón de un café, al lado de un parroquiano que leía y de otro que hablaba del precio de la carne! En una de las mesas próximas había un grupo de individuos que tenían facha de matuteros o cosa tal.
Al precio que tienen aquí las libras, vale más expedir oro, y por mi parte, me he de llevar todo el que pueda.
¿Sabes qué imagino, Sancho? Que esta famosa pieza deste encantado yelmo, por algún estraño acidente, debió de venir a manos de quien no supo conocer ni estimar su valor, y, sin saber lo que hacía, viéndola de oro purísimo, debió de fundir la otra mitad para aprovecharse del precio, y de la otra mitad hizo ésta, que parece bacía de barbero, como tú dices.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba