Ejemplos con podrido

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se comen el alimento que no pueden comer todavía las lombrices por no estar podrido y los excrementos de las larvas sirven de alimento fácilmente digerible para la lombrices.
Ninguno, sin embargo, era más peligroso que el Gran Sauce: tenía el corazón podrido, pero una fuerza todavía verde, y era astuto, y ordenaba los vientos, y su canto y su pensamiento corrían entre los árboles de ambos lados del río.
La amapa, naranjo podrido, Parahancornia amapa, es una especie botánica de planta con flor de la familia de las Apocynaceae.
Lo antiguo y podrido, la monarquía, ha caído.
La mayoría de las estructuras orgánicas de estos fallidos EVAs se han podrido, dejando nada más que una cabeza con armadura conectada a una columna vertebral, comúnmente con un número incompleto de órganos.
El otro sobrenombre, Nebulosa del Huevo Podrido, alude a la gran cantidad de compuestos sulfurosos presentes en ella, lo que produciría un desagradable olor si se pudiera estar allí para comprobarlo.
Por otro lado, en la planta de energía nuclear de Springfield, Homer tiene un envase de yogurt vencido y podrido.
Y lo que está podrido es huevo.
Dichas circunstancias pueden ocasionar fuertes daños en las superficies, como rayaduras profundas, huecos, surcos en las junturas, manchado, podrido, humedecido, levantado, cuchareado, despegado, etc.
Sus letras lo corroboran, sin aportar nada nuevo, simplemente lo típico, y oliendo a producto prefabricado y podrido.
Muchos historiadores consideran que los problemas políticos internos debilitaron económicamente y militarmente a Roma, y que ello permitió a sus enemigos externos derribar un edificio podrido.
La expresión es lo más libre y lo más suelta que puede darse: el autor ha agotado los infinitos recursos del vocabulario , crudo, pintoresco, desgarrado, apestando a y a pescado podrido, pero todo esto, ¡con qué arte y con qué soberano conocimiento de las condiciones de la lengua, a la cual se puede vencer y domar por halagos, pero no forzar brutalmente como vil concubina!.
¡Estoy podrido de dinero!dijo el capitán.
¡Estoy podrido de dinero!repitió como si se quejase.
El día era bonancible, el mar liso y tranquilo, pero el galeón estaba tan desencuadernado y podrido, que apenas navegó una hora se fue a pique instantáneamente a la vista de la ciudad, ahogándose todos sus tripulantes.
Las cruces de madera se habían podrido.
La secretaría, el despacho del presidente, la sala de ensayos de la orquesta, eran amplias y desnudas cuadras, con el pavimento de madera podrido y roto, y las paredes blanqueadas.
Nació en plena corrupción colonial, cuando era Cuba mártir, el vertedero de todo lo podrido, el refugio de todos los estorbos, de todos los hambrientos y desocupados de España, cuando era nuestra tierra, el criadero de una milicia viciosa y enfermiza, robada a la Agricultura y a la Industria de su país, cuando era esta ciudad, jardín de América hoy, corral blando y holgado de Capitanes Generales infecundos, logreros e imperiosos, cuando la bandera roja y gualda flotaba sobre nuestra casa y a su sombra los cubanos estaban condenados a perpetua cobardía y los españoles autorizados para enriquecerse y engordar sus vicios insolentes, cuando el criollo moría en la miseria y el peninsular paseaba satisfecho en el carruaje comprado con el oro que manaba del crimen, cuando había más cárceles que escuelas, y el látigo infamante chasqueaba sobre las espaldas de los hombres de una raza tan necesitada de justicia como la nuestra, cuando el cubano que no se sometía a servir de celestino al pisaverde madrileño que lo solicitara, iba a purgar su osadía en el presidio, cuando el talento de los nativos dormía echado bajo la bota del déspota ceñudo, y la capa torera sobre los hombros y la cinta de hule en el sombrero, eran los únicos pasaportes de honor y las únicas cédulas de vida, verdaderas.
Las incesantes lluvias habían podrido aquellas habitaciones, reblandeciendo la madera, deshilachando sus fibras como si toda ella fuese a convertirse en gusanos.
Mas este algo podrido, esta charca hedionda, desbordada siempre por la desvergüenza propia y la cobardía ajena, mezclándose con el agua pura y comunicándole en apariencia sus impurezas, habíala ella estancado en casa de la Albornoz, y al quedar deslindados los campos, la lógica de los números metió la mano inexorable del gran mundo y sacó tan sólo catorce mujeres perdidas, por ciento veinte mujeres honradas.
Currita quiso descorrer uno de ellos, tirando violentamente del cordón de seda que a lo largo de la pared bajaba desde lo alto, mas la cortina rechinó sin descorrerse, y podrido sin duda el cordón, rompióse por arriba, cayendo sobre Currita enroscado, cual si fuese una larga y delgada serpiente.
Despidióse al fin el tío Frasquito de Jacobo con las mayores muestras de cariño, y no bien se vio a solas en su cuarto, comenzó a examinar la babucha por todos lados, acabando por meter dentro las narices Retirólas, sin embargo, al punto, haciendo un gesto de disgusto: no encontraba allí aquel suave perfume de Smirna, mezcla de áloe y de incienso, que se figuraba él había de dejar dondequiera que se posase el pie de una odalisca: lejos de eso, olía mal, muy maly el tío Frasquito fruncía la boca y arrugaba las narices, olía a una cosa rara, así como mezcla de cuero sin adobar y engrudo medio podrido.
A los treinta había visto, como Salomón, , pero no comprendía, como él, que todo fuese vanidad y aflicción de espíritu, sino que lloraba como Alejandro, porque no había otro mundo de goces que disfrutar, y seco su corazón, embotada su inteligencia por el prematuro desarrollo de sus pasiones, arruinada su casa por locas prodigalidades, era un fruto podrido que no había madurado nunca, un hombre en la flor de la vida a quien faltaba el objeto de la vida, un ruinoso despojo del placer y la impiedad, que no interrogaba como Hamlet lo eterno, sino que se arrastraba por todos los rincones de lo terreno, buscando un charco de placeres desconocidos en que zambullirse y revolcarse y gozar.
Tenía pintada en su cara la ansiedad más terrible, su piel era como la cáscara de un limón podrido, sus ojos de espectro, y cuando se acercaba a la mesa de los espiritistas, parecía uno de aquellos seres muertos hace miles de años, que vienen ahora por estos barrios, llamados por el toque de la pata de un velador.
—¿No veis cuál se ha quedado el jitanico podrido de hurtar? apostaré yo que hace melindres, y que niega el hurto con habérsele cogido en las manos: que bien haya quien no os echa en galeras a todos, mirad si estuviera mejor este bellaco en ellas, sirviendo a su Majestad, que no andarse bailando de lugar en lugar, y hurtando de venta en monte: a fe de soldado, que estoy por darle una bofetada que le derribe a mis piés.
No dijo Ricote, que se halló presente a esta plática hay que esperar en favores ni en dádivas, porque con el gran don Bernardino de Velasco, conde de Salazar, a quien dio Su Majestad cargo de nuestra expulsión, no valen ruegos, no promesas, no dádivas, no lástimas, porque, aunque es verdad que él mezcla la misericordia con la justicia, como él vee que todo el cuerpo de nuestra nación está contaminado y podrido, usa con él antes del cauterio que abrasa que del ungüento que molifica, y así, con prudencia, con sagacidad, con diligencia y con miedos que pone, ha llevado sobre sus fuertes hombros a debida ejecución el peso desta gran máquina, sin que nuestras industrias, estratagemas, solicitudes y fraudes hayan podido deslumbrar sus ojos de Argos, que contino tiene alerta, porque no se le quede ni encubra ninguno de los nuestros, que, como raíz escondida, que con el tiempo venga después a brotar, y a echar frutos venenosos en España, ya limpia, ya desembarazada de los temores en que nuestra muchedumbre la tenía.
Reincorporóse y redújose el renegado con la Iglesia, y, de miembro podrido, volvió limpio y sano con la penitencia y el arrepentimiento.
Y, diciendo esto, sacó del pecho un crucifijo de metal, y con muchas lágrimas juró por el Dios que aquella imagen representaba, en quien él, aunque pecador y malo, bien y fielmente creía, de guardarnos lealtad y secreto en todo cuanto quisiésemos descubrirle, porque le parecía, y casi adevinaba que, por medio de aquella que aquel papel había escrito, había él y todos nosotros de tener libertad, y verse él en lo que tanto deseaba, que era reducirse al gremio de la Santa Iglesia, su madre, de quien como miembro podrido estaba dividido y apartado por su ignorancia y pecado.
Hízolo con mucha presteza Sancho, y, aunque la maleta venía cerrada con una cadena y su candado, por lo roto y podrido della vio lo que en ella había, que eran cuatro camisas de delgada holanda y otras cosas de lienzo, no menos curiosas que limpias, y en un pañizuelo halló un buen montoncillo de escudos de oro, y, así como los vio, dijo:.
Señor, ¿quiere vuestra merced darme licencia que departa un poco con él? Que, después que me puso aquel áspero mandamiento del silencio, se me han podrido más de cuatro cosas en el estómago, y una sola que ahora tengo en el pico de la lengua no querría que se mal lograse.

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