Ejemplos con placentero

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Quienes habitan en el Reino Material no viven en los extremos del placer o el dolor, y no son gobernados por los deseos de aquello que es placentero a los sentidos, como lo son los seres de K madh tu.
Durante el tiempo en que Fischer estuvo viendo en Budapest se vieron con frecuencia, y analizaron partidas continuamente, algo que ambos encuentran muy placentero.
La casa, situada al sur del puente Ying y detrás del río de la ciudad, goza de amplias vistas a la calle Guanquian y proporciona a los visitantes un descanso placentero.
En este caso se considera que erotismo es todo aquello que vuelve la carne deseable, la muestra en su esplendor o florecimiento, inspira una impresión de salud, de belleza, de juego placentero, mientras que la obscenidad devalúa la carne, que así se asocia con la suciedad, las imperfecciones, los chistes escatológicos, las palabras sucias.
Una receta de Eneko Atxa se alza con el premio de cocina saludable por su equilibrio alimenticio a la par que placentero.
Velozmente, ambos amigos crean un camino para escapar, y vuelan lejos a un mundo más placentero.
Un compañero más placentero, más afable o agradable de lo que él era sería difícil, sino imposible, de encontrar.
Sus logias ofrecían un lugar placentero y a la sombra para entretenerse, conversar o la ejecución musical, actividades que se pueden ver celebradas en las decoraciones de la villa como, por ejemplo, en villa Caldogno.
El Lago Paraná mí también con sus cristalinas aguas, y sus playas aptas para un descanso placentero.
Se creía que el orgasmo femenino no tenía otra función obvia más que la de ser placentero, aunque evicencia reciente sugiere que pudo haber evolucionado como una ventaja discriminatoria con respecto a la selección de pareja Psychology Today, The Orgasm Wars,.
Estaba alegre porque Rhett había confesado que la amaba y por haber vivido el sexo más placentero de su vida, y por ello deseaba verlo pronto, con la ansiedad de una mujer enamorada.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, fueron hechas diversas mejoras a la obra pública del pueblo, que se convirtió, a pesar de sus vecinas fábricas de carbón, en un placentero lugar para vivir.
Philippe Manoury golpe la combinación adecuada entre somero y profundo, melódico y disonante, placentero y estridente, estasis y progreso, simplicidad y complejidad.
Tiene no sólo, como pocos, el don de enseñar filosofía, sino también la rara virtud de enseñar a filosofar y la de permitir a sus intelocutores degustar la aventura de hacerlo con todo lo que de enigmático, placentero y emocionante tiene el acercarse filosóficamente a la verdad, develando, contemplando y celebrando sus misterios.
Esta especie pacífica, nocturnal es un pez de acuario popular debido a su temperamento placentero y naturaleza curiosa.
En su biografía, él admitió que Xanadu era una pésima película, pero fue muy placentero tener la oportunidad de trabajar junto a Olivia Newton-John.
La palabra tiene también etimologías con el urdu Pansand que significa placentero.
Hacia el final de su epístola, Horacio introduce una reflexión téorica sobre el poeta como artista a través de tres oposiciones o alternativas dialécticas de las que se desprenden dos posturas ya clásicas sobre el arte y su función: privilegio del contenido para enseñar algo provechoso o privilegio de la forma para conseguir un efecto placentero en el receptor.
Su tío era de carácter adusto y los trabajadores tan rudos que no era posible conversar con ellos de nada placentero.
El contacto de Angustias había impregnado mis nervios ya para siempre: la sensación estaba de continuo sobre mí, me erizaba el vello con un calofrío placentero.
Entonces enteró a su yerno de cuanto le ocurría, y Arturo, que se había propuesto brillar en el ancho campo de la política a expensas de su suegro, halló más conveniente, si no más placentero, pedir a éste un atril en su escritorio y ayudarle con todas sus fuerzas a levantar el edificio que parecía desmoronarse.
En sus diversos altos y paradas, que disponía siempre aquel de los seis caciques más conocedor del terreno electoral que iba a pisarse, no encontró siempre don Simón un albergue tan placentero como el del hidalgo, ni muchos tipos que se le parecieran en la nobleza del carácter.
Sentía, sin embargo, dentro de sí mismo, aunque muy poco pronunciada, una afición especial: la política, y el temor de perderla de vista, era lo único que le hacía poco placentero el recuerdo de su pueblo.
El agua nace en un montecillo propincuo, corre por subterráneos atanores de barro, surte de un limpio caño, cae transparente con un placentero murmurio en la ancha pila.
Se puso seria con afectación, hizo un leve mohín de desdén con los labios, y se fué derecha al comedor, ocultando el cosquilleo placentero que aquel requiebro tan espontáneo la había causado.
¡Qué grande obra sería la de deshacer esta mescolanza que repugna, que envenena, que liberta el vicio de toda sanción social que le marque la frente como con una señal de infamia, y lo contenga, ya que no con el temor de Dios, con la vergüenza al menos y con el respeto humano, que familiariza con el escándalo hasta a las conciencias más rectas, y destruye la poderosa barrera de horror y de extrañeza que debe separar al bueno del escandaloso, y comenzando por hacer a este tolerable, acaba por hacerle pasar por imitable! ¡Qué grande obra haría quien con el mismo espíritu de caridad cristiana con que se fundan asilos para huérfanos y casas de refugio para doncellas en peligro, fundase para mujeres y hombres , en que sin riesgo alguno de mal ejemplo pudiese encontrar la juventud las justas, legítimas y aun necesarias distracciones propias de sus años, hallar sin desvergonzada levadura ese trato señoril y digno a la vez que alegre y placentero, que afina y suaviza las inclinaciones del hombre, fortalece y alecciona las de la mujer, y fomenta el trato mutuo y el mutuo conocimiento de que brotan castas simpatías, germen de puros y tranquilos amores, que sirven de base solidísima a matrimonios felices y meditados, de que nacen luego familias cristianas y ejemplares! Y la caridad, la caridad derivada del cielo, única santa y legítima, que todo lo ve con sus ojos de lince, que todo lo abarca con su actividad insaciable, que todo lo precave con su perspicacia amorosa, y no deja dolor sin alivio, ni pena sin consuelo, ni llaga sin remedio, ¿no se ha fijado nunca en esta úlcera ensangrentada? ¿Acaso es más digna de lástima la pobre labriega, la infeliz criada de servicio que el abandono precipita en un lodazal de escaleras abajo y salva la caridad en una casa de refugio, que la encopetada señorita, la rica heredera que un abandono distinto, sólo en la forma, precipita del mismo modo en otro lodazal de salones adentro? ¡Y pensar que no es tan difícil el remedio como a primera vista parece, que bastaría quizá que una mujer de prestigio y de energía, cerrando los oídos a indecorosos respetos humanos y a culpables condescendencias sociales, fundase, por el amor de Dios, un , lanzando a los cuatro vientos de la alta sociedad madrileña, por toda esquela de convite, esta estupenda noticia: La marquesa tal, o la duquesa cual, se queda todas las noches en casa, para las señoras honradas y los caballeros decentes !.
Este interpretó la seña como una muestra de reconciliación, y sonrió satisfecho, dulce y placentero, mientras Currita, inclinándose a su oído, le dijo muy bajo:.
Discurría la gente por las aceras en animado movimiento, brillaban los cristales de los escaparates y los de los balcones, cruzaban los carruajes hacia el paseo estremeciendo el pavimento, y despidiendo de sus ruedas vivos y gratos reflejos, un piano mecánico alzaba sus sones en medio de la calle tocando el brindis de , una vendedora de violetas cruzaba con el cestillo en la mano, dejando tras si el ambiente perfumado, escuchábanse las risas de los niños que jugaban en el balcón de un entresuelo, veíase la linda cabecita rubia de una joven que desde otro balcón mucho más alto exploraba la calle, evitando los rayos del sol con la pantalla de su mano nacarada Todo era grato y placentero, todo palpitaba, todo cantaba, todo resplandecía.
¡Sentir luego la irradiación del bien en sí, y contemplarse uno en aquel todo etéreo y sustancial, infinitamente perfecto y sano, hermoso, transparente y placentero!.
No seas bárbaro, Primitivomurmuró el marqués entre placentero y grave.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba