Ejemplos con personilla

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Le harían trabajar de la mañana a la noche, y aun de noche, como él había hecho trabajar a sus oficiales en épocas de prosperidad económica, antes de que aquella personilla exigente que llevaba alojada dentro de la cabeza, o sea el Inteleto, hubiera dado imperiosa cuenta de sí, distrayéndole del negocio.
En ellos cautiva la augusta personilla por cierto aspecto inocente y travieso, cándido y malicioso que le imprime una gracia superior a toda ponderación: para aumentar el encanto parece, además, que existe indudable relación entre su edad y el riente paisaje que le rodea.
¿Crees que esta personilla se va a quedar sin corsé, y que estos pies van a salir a ganarlo, y que este cuerpo ha para tumbarse en un catre ? ¿Crees que voy a domesticar al pagándole en carne? Si no tenías dinero, podías haberte dando contra el mostrador, poniendo bizmas a la vieja, que un vencejo.
Indudablemente no gustaba de ver a quien veía, y en presencia de aquella humilde personilla condenada parecía tener miedo.
Dios te guíe, Sancho, y te gobierne en tu gobierno, y a mí me saque del escrúpulo que me queda que has de dar con toda la ínsula patas arriba, cosa que pudiera yo escusar con descubrir al duque quién eres, diciéndole que toda esa gordura y esa personilla que tienes no es otra cosa que un costal lleno de refranes y de malicias.
Era don Cayetano un viejecillo de setenta y seis años, vivaracho, alegre, flaco, seco, de color de cuero viejo, arrugado como un pergamino al fuego, y el conjunto de su personilla recordaba, sin que se supiera a punto fijo por qué, la silueta de un buitre de tamaño natural, aunque, según otros, más se parecía a una urraca, o a un tordo encogido y despeluznado.
Y digo bien, porque si el que algunas veces llevaba en el estomaguillo pudiera salir fuera, ocupara más que la misma personilla.
Y como aquella salud a media asta que gastaba el infeliz era cosa ficticia, al llegar la edad en que otros empiezan a echar panza y a tomar las buenas carnes y el aspecto con que han de llegar a la vejez, Primitivo, comido por el despecho, los desengaños y la bilis, empezó a descomponerse, a encogerse y doblarse, a convertirse en una raíz cuadrada de su propia personilla.
La otra noche decía, que por una mujer de su gusto y por lograr el cariño de esa mujer, sería capaz de tirar toda su fortuna y de echar a pique su yacht, cuando el dinero se acabara, con la mujer y con su roja personilla, dentro, por supuesto, del yacht.
Don serafín, lisonjeado por las ruidosas muestras de aprobación de sus subalternos, soltó aún tres o cuatro inofensivas cuchufletas, cuando de pronto el preso que no había apartado un instante del rostro sonriente del vicedirector la mirada acerada y dura de sus grandes ojos azules, dio un salto de tigre hacia adelante, y de un vigoroso puñetazo asestado en la mitad del pecho envió la obesa personilla de don Serafín a cuatro pasos de distancia, donde tropezó y cayó de espaldas dentro de un pequeño estanque que había en el centro del patio.
Contra el tío ya sabía de tiempo atrás qué armas emplear, echar la casa por la ventana, gastar mucho en el regalo de su propia personilla.
Bismarck respiró: no iba con su personilla aquel disparo, apuntaba el carca hacia la calle, asomado a una ventana.
Amaranto sabe bien la amargura de ver su ajuar de titiritero en medio del arroyo, conoce la bárbara cacería que sobre su personilla realizan mensualmente el panadero, el tendero, el carbonero.
De una personilla hacía un gigante, y convertía las monerías en madureces, de un.

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