Ejemplos con pegada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los restos de su máscara Hollow son una mandíbula pegada a su mandíbula de forma humana.
Cuenta otra historia, hallada en El Fénix del Amor, que a las orillas del río Lerma, al norte de Michoacán, en la estancia de La Huerta, entre los pueblos de Yurécuaro y Aramutarillo, en la víspera de nochebuena, dos hombres, Juan de Aparicio Segura y Juan de la Cruz, encontraron en un leño de tepame la imagen de un Señor Crucificado, después de quitarle la corteza, con la única diferencia de que traía la barba pegada al pecho.
Cerrando la portezuela, sentose en un ángulo, pegada la frente al vidrio, frío como el hielo y empañado por el rocío de la noche.
Y el hombre de rígida moral, que anatematizaba el año anterior la conducta de su hijo con Laurier, teniéndola por la más nociva de las calaveradas, sintió cierto despecho al contemplar a Margarita pegada a su marido, hablándole con amoroso interés.
Ojeda conocía bien las líneas de este cuerpo: era ella, pegada a él, bajo las cubiertas de la cama, empequeñecida, humilde por el dolor de una desesperación silenciosa.
El primero que se soltó fué don Segis, que vivía en una casita de dos balcones, pegada al convento de las Agustinas.
Una ola de indignación, que se formó en su pecho, subió a los labios y exclamó:¡Qué infame! ¡qué infame!Siguió sentada en la silla y con la sien pegada al cristal, aturdida, llena de confusión y vergüenza como si ella fuese la culpable.
Y el revolucionario describía al joven enfermo: su cuerpo delgado fortalecido artificialmente por la higiene y la gimnasia, sus ojos empañados y macilentos en el fondo de profundas ojeras, y la mandíbula inferior colgante y como muerta, sin esa energía que la mantiene pegada al cráneo.
Bebió el , y pasó la botella al zapatero, que estuvo mucho tiempo con la boca pegada al gollete.
No dormía, sin embargo, todo el mundo en la casa, a las once y media abrióse con gran sigilo la puertecilla del jardín pegada por dentro al invernadero, y salió a la calle cautelosamente un bulto negro, que cerró por fuera y se alejó rápidamente, guardándose la llave.
Y los otros, o sea Amparo y Andresito, estaban en un balcón, mirando a la calle con la nariz pegada al vidrio y protegidos por los cortinajes.
¡Una santa!, ¡una santa! repitió Ido, con la barba pegada al pecho y echando al Delfín una mirada que en otra cara habría sido feroz.
Fuertemente asida con ambas manos a los hierros, la cara pegada a estos, alargando la boca para ser mejor oída, decía con voz plañidera:.
Chonito caminaba con la nariz pegada al suelo, sus ijares se estremecían de impaciencia, de cuando en cuando se volvía para cerciorarse de que le acompañaba el cazador.
¿Qué te podría decir del adorno de su persona? ¿Qué de su gallardo entendimiento? ¿Qué de otras cosas ocultas, que, por guardar la fe que debo a mi señora Dulcinea del Toboso, dejaré pasar intactas y en silencio? Sólo te quiero decir que, envidioso el cielo de tanto bien como la ventura me había puesto en las manos, o quizá, y esto es lo más cierto, que, como tengo dicho, es encantado este castillo, al tiempo que yo estaba con ella en dulcísimos y amorosísimos coloquios, sin que yo la viese ni supiese por dónde venía, vino una mano pegada a algún brazo de algún descomunal gigante y asentóme una puñada en las quijadas, tal, que las tengo todas bañadas en sangre, y después me molió de tal suerte que estoy peor que ayer cuando los gallegos, que, por demasías de Rocinante, nos hicieron el agravio que sabes.

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