Ejemplos con ordinarios

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los sacerdotes de la prelatura se ordenan especialmente para servir a los demás fieles de la Prelatura y para trabajar en los apostolados del Opus Dei: Por justicia, se dedican a las labores propias de la Obra, pero secundan a la vez, con veneración y cariño, a través de los Directores de la Prelatura, los apostolados que prefieran los Ordinarios de los lugares.
Organización de los Colegios episcopales, aseguraban que su organización chocaba con la primacía del papado y coartaba en libertad de decisión a los ordinarios en sus diócesis.
No eran los ordinarios dientes piramidales de la mayoría de los tiburones.
Lo más preocupante de todo era que quedaba demostrado que este monstruo podía construirse desde cero con vehículos de construcción ordinarios en muy poco tiempo.
Cada uno lleva una nota personal donde apunta sus gastos ordinarios y las cantidades que retira con este fin.
Esos alemanes, por mucho que hagan, serán siempre unos ordinarios.
A quién se encargarían los juegos de sábanas de batista, a quién los ordinarios, quién haría las camisas, dónde se comprarían los manteles, etc.
De modo que de aquellos lances de honor, lo único positivo eran los bastonazos o puñadas que los contendientes se daban previamente, sin perjuicio de que las cosas siguiesen sus trámites ordinarios.
Ofrecían igual aspecto que los carromatos de los ordinarios de los pueblos, cargados de los más diversos objetos.
Muchas veces, el campanero corría a la torre para hacer los toques ordinarios, pero su sitio vacío lo ocupaba un viejo manchador del órgano y gentes de la sacristía, que subían atraídas por lo que se hablaba de esta reunión entre el personal menudo de la Primada.
Ella se tenía la culpa, por no hacer caso de mamá, que decía que los de eran unos ordinarios.
También recibía Jáuregui, por Navidad, remesas de mantecadas de Astorga, y a su casa iban a cobrar y a dejar fondos todos los ordinarios de la maragatería.
Ya iba a la plaza de la Cebada en busca de alguna hortaliza temprana, ya a la Cava Baja a entenderse con los ordinarios que traían encargos, o bien a Maravillas, donde vivían la planchadora y la encajera de la casa.
Gustavito hacía cada artículo de crítica y cada estudio sobre los Orígenes de tal o cual cosa, que era una bendición, y en tanto él y Villalonga ¿en qué pasaban el tiempo?, ¿en qué?, en adquirir hábitos ordinarios y en tratarse con zánganos de coleta.
Y, con todo esto, se disolvió el concurso, y cada cual tornó a sus quehaceres ordinarios, despidiéndose unos de otros hasta la tarde, en la Rifa , no obstante el escaso interes que ya les ofrecia la fiesta.
—Pues has de saber, Andres, replicó Preciosa, que el que hizo aquel soneto es ese mozo mordido que dejamos en la choza, y en ninguna manera me engaño, porque me habló en Madrid dos o tres veces, y aun me dió un romance muy bueno: allí andaba a mi parecer como paje, mas no de los ordinarios, sino de los favorecidos de algun príncipe: y en verdad te digo, Andres, que el mozo es discreto y bien razonado, y sobremanera honesto, y no sé qué pueda imaginar desta su venida y en tal traje.
Señora mía, sabrá la vuestra grandeza que todas o las más cosas que a mí me suceden van fuera de los términos ordinarios de las que a los otros caballeros andantes acontecen, o ya sean encaminadas por el querer inescrutable de los hados, o ya vengan encaminadas por la malicia de algún encantador invidioso, y, como es cosa ya averiguada que todos o los más caballeros andantes y famosos, uno tenga gracia de no poder ser encantado, otro de ser de tan impenetrables carnes que no pueda ser herido, como lo fue el famoso Roldán, uno de los doce Pares de Francia, de quien se cuenta que no podía ser ferido sino por la planta del pie izquierdo, y que esto había de ser con la punta de un alfiler gordo, y no con otra suerte de arma alguna, y así, cuando Bernardo del Carpio le mató en Roncesvalles, viendo que no le podía llagar con fierro, le levantó del suelo entre los brazos y le ahogó, acordándose entonces de la muerte que dio Hércules a Anteón, aquel feroz gigante que decían ser hijo de la Tierra.
No repares en eso, Sancho, que, como estas cosas y estas volaterías van fuera de los cursos ordinarios, de mil leguas verás y oirás lo que quisieres.

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