Ejemplos con ocurrido

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Si te avienes con lo ocurrido, y consientes en el matrimonio.
Eso no se me había ocurrido a mí.
¿Y si resultase que no hay tal timador ni tal robo, sino dos amigos, y que uno, del todo libre y con la mejor voluntad, le da la cartera al otro? ¿No se te ha ocurrido esto?.
Se me ha ocurrido, señora, lo que se le habrá ocurrido a toda persona pura y religiosa: que se han ido solos un hombre y una mujer, y que, en consecuencia, el hombre ha deshonrado a la mujer.
Yo no sé de ningún gran poeta español a quien se le haya ocurrido ungirse con el óleo denso y aromoso de la poesía cristiana.
¿Le ha ocurrido algo al Tirabeque? ¿Una bronca? ¿Una pendencia? No quiero ver nada.
Y cuenta que no sentimos lo ocurrido en ella por la gloria del , corrido allí como una liebre, pues por muchas que sean sus presunciones, no debe, en su estulticia ingénita, aspirar a mayores triunfos, sino por el prestigio del Parlamento y por la dignidad del Ministerio, que acogió bajo su amparo un asunto que pasó los límites de lo grotesco.
En cuanto a la nación, en cuanto a la moralidad, en cuanto a lo ocurrido adentro, ¡como si habláramos de la China! Ya nadie se acordaba de esas.
Éste, muy afecto siempre a estudiar en el libro de su experiencia, recordando lo ocurrido en la villa con las intemperancias de su mujer, trató de que, en lo posible, no se reprodujera en la ciudad.
Y tranquilo ya sobre este punto, Simón refirió a su mujer cuanto había ocurrido en la junta que acababa de celebrarse en la Casa de Ayuntamiento recargando un poquillo los colores, a fin de que resultasen más justificado su enojo y de más efecto sus , que repitió al pie de la letra.
La niña, después de sollozar un rato, refirió, punto por punto, cuanto la había ocurrido.
Pues para hacerse uno santoreplicó el dentista, con aire avieso, pensando que la objeción que ahora se le había ocurrido era irrefutableno es menester inventar un idioma distinto e ininteligible.
Mientras su mujer le ayudaba a cambiar de ropas y preparaba la cama, Batiste le contó lo ocurrido.
¡Vamos: los hombres que son hombres deben mostrarse razonables! Él tenía la culpa de todo lo ocurrido.
Adivinaba lo ocurrido allá lejos, se lo decía el corazón: acababa de morir.
Lo que importaba era que nadie se mezclase en lo ocurrido allá abajo.
Las mujeres, sabedoras de lo ocurrido gracias a la pasmosa rapidez con que en la huerta se transmiten las noticias, salían al camino para ver de cerca al bravo marido de Pepeta y compadecerle como a un héroe sacrificado por el interés de todos.
Lo ocurrido la enseñaría a no pasear por gusto en la huerta.
¡Cómo gritó de angustia la madre al verla entrar y cómo protestó luego al enterarse de lo ocurrido! Aquellas gentes eran peores que judíos.
Comió sin apetito, contando a su mujer lo ocurrido en el tribunal.
Iba a casa de sus amos a contarles lo ocurrido, la mala voluntad de aquella gente, empeñada en amargar su existencia, y una hora después, ya más calmado por las buenas palabras de los señores, emprendió el camino hacia su casa.
Tiempo quedaba para hablar de lo ocurrido, ahora, a cenar.
¡Otro a quien han engañado! , decían los dependientes desde sus mostradores, adivinando lo ocurrido, y nunca faltaba un comerciante generoso que, por ser de la tierra y recordando los principios de su carrera, tomase bajo su protección al abandonado y lo metiese en su casa, aunque no le faltase.
¡Mi pobre perrita! ¡Animal! ¡la has muerto!gritó Amparito, como si hubiese ocurrido una desgracia.
¡Bailad tranquilos, granujas alegres e insolentes, mirad la , burgueses bondadosos, reíd como gallinas cacareadoras, mujercillas que celebráis las contorsiones de los monigotes! Todos ignoráis que el volcán ruge a pocos pasos de vosotros, no sabéis que hay un hombre que prepara la más horrible de las tragedias, y mañana, cuando salga en los periódicos la extensa relación de lo ocurrido, no podréis imaginaros que la fiera en figura humana que mató al rival, a la novia y hasta a la mamá, si es que se decide a bajar, era el joven dulce y simpático que, pálido como un muerto, estaba hecho un poste cerca del cafetín.
Al reunir y ordenar sus recuerdos, no se daba cuenta de cómo había ocurrido su transformación.
Lo mismo le había ocurrido a ella con el doctor.
El mismo banquero confesaba que esta vez se había equivocado, aunque no por ello dejaba de sonreír, asegurando que lo mismo que había ocurrido una alza contra todas sus previsiones, podía sobrevenir una baja, pues no todos los tiempos son iguales.
Al día siguiente hizo averiguaciones para conocer con exactitud lo ocurrido, y los calaverillas de la Bolsa, que sabían lo de la riña, le enteraron con una exactitud cruel.

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