Ejemplos con obrita

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

También actuaría en otra obrita teatral, Cortocircuito, con el fin de recaudar fondos para una biblioteca escolar.
También publicó una obrita satírica: Dr.
Se nota a lo largo de este ensayo la batalla interior que llevaba Montalvo, quien, a todas luces, quiere presentarse humilde y disculparse: se refiere a su obra como una osadía y también como nuestra obrita.
Es una obrita del Padre Bresciani traducida y arreglada por otros Padres no menos sabios de la Compañía.
Es una obrita admirable que el Tract Society distribuye con mucha actividad, y espera que en pocos años no dejará un católico sobre la haz de la tierra.
los grandes méritos de la obrita.
Ganóme esta obrita más favor con el vulgo, e hízose pronto más popular y famosa, que cuantas escritas llevaba, por la circunstancia de que, no necesitándose dama para su representación, la pusieron en escena todos los aficionados en liceos, casinos y demás sociedades más o menos literarias que por entonces comenzaron a surgir, y permítame el lector que con vanidad le recuerde que sé de cierto que miles de personas, que han sido y son hoy conocidos personajes, han hecho el papel de alguno de los cuatro de mi ''Puñal del'' ''godo'': y no ha muchas noches dieron una dedada de miel a mi amor propio mi paisano Núñez de Arce, Sellés y otros que valen y son hoy más de lo que yo antaño valía y era, revelándome alegremente que habían de estudiantes representado a Theudia y a D.
Esta obrita, caro lector, cara lectora, no es un exiemplario, a manera de las antiguallas narrativas medievales europeas, como podría interpretarse por su título de apariencia moralizante, sino sólo un puñado vital y cotidiano de cronicuentos-ejemplos, o mejor designado, si te parece aceptable así decirlo, cronicuentario, de lo que aún suele suceder.
Y aquí hay una curiosa obrita sobre la influencia de los oficios en la forma de las manos, con litografías de manos de pizarreros, marineros, cortadores de corcho, cajistas de imprenta, tejedores y talladores de diamantes.
Wordsworth no vio en Endimión más que una linda obrita pagana, y Shelley, con su aversión a la realidad, fue sordo al mensaje de Wordsworth, cuya forma lo repelía, y Byron, gran apasionado, humano e incompleto, no pudo apreciar ni al poeta de las nubes, tampoco al poeta del lago, ni al maravilloso Keats.
Últimamente ha publicado una pequeña obrita, la menor sin duda de las de su género, titulada ''Ideas sobre la declamación''.
Yo no sé qué efecto tendrá mi simple relación en mis futuros lectores, sólo sé que, si la mitad de las lágrimas que involuntariamente he derramado al escribirla corriesen de sus ojos al leerla, esta obrita no caería prontamente en olvido, como temo que será su suerte.
Desde entonces he sentido un vivo deseo de probar si el cielo me concedería, en el corto espacio que me puede quedar de vida, la satisfacción de dejar siquiera una obrita a España en que sus hijos hallasen tal cual entretenimiento unido con algún provecho.
Obrita para corregir á los niños.
¡Vaya una obrita! Se había de llamar El condenado por confiado, y era cosa sublime: un señor de horca y cuchillo que se hacía fraile, y después de hecho fraile se enamoraba de una monja.
¡Cuánta filosofía en pocos minutos! A los postres de la tal cena, en que el único apóstol comensal era un Judas, sin saberlo, a los postres, ya recordaba yo mi obrita del teatro como una desgracia lejana, de poética perspectiva.
Quizá haya un momento en que, desembarazado de las preocupaciones que han precipitado la redacción de esta obrita, vuelva a refundirla en un plan nuevo, desnudándola de toda digresión accidental, y apoyándola en numerosos documentos oficiales, a que sólo hago ahora una ligera referencia.
Como la Historia no entra en esta obrita sino como uno de tantos objetos que no deben pasarse por alto cuando se trata de la investigación de la verdad, fuera inoportuno extenderse demasiado en señalar reglas para su estudio, esto, por sí solo, reclamaría un libro de no pequeño volumen, y no conviene gastar un espacio que bien se ha menester para otras cocas.
Y que, por último, vuestra luminosidad muy resplandeciente amonesta, y en caso necesario manda y condena, a todo erudito que sepa deletrear, a que luego que los carteles, los ciegos y la trompa de la fama anuncien la irrupción polimetri-encomiástica que tenemos prevenida a la jura del nuevo príncipe, acudan a las librerías acostumbradas, y cada cual se provea a lo menos de un ejemplar de cada obrita, para que por este medio, al paso que ellos se orientan y se instruyen, podamos nosotros subvenir a nuestras urgentes necesidades.

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