Ejemplos con obradores

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Villafeliche tiene igualmente tradición como centro de alfarería popular, en la época de la pólvora la alfarería trabajaba en hacer basijas para envasar la pólvora , igualmente tuvo su importancia con la cerámica vidriada con los colores azules de esta cerámica existen piezas importantes y colecciones interesantes , por el siglo XIX resurgio de nuevo la alfarería por la zona se cree donde en el siglo XVI estaban asentados los obradores zona de San Roque , en estos obradores se fabricaban los cántaros , botijos , terrizas , orzas , cazuelas , pucheros , todo tipo de utensilios para uso doméstico , otra zona también con obradores fue la entrada al pueblo, barrio de Sán Antón , a los dos lados de la calle se ubicaban los obradores, todavía se conserva la alfarería del Tío Puchericos donde se conservan todos los enseres necesarios para la fabricación de cerámica, horno árabe balsas para fabricar el barro , tornos , ectt.
Los dulces peñarandinos, hoy divulgados a través de su producción industrial y de los obradores extendidos por la provincia, siguen en la mesa cotidiana al son del calendario festivo es estacional: las flores y los huesillos, en Carnavales, los bartolillos, en Cuaresma, los buñuelos de viento y los huesillos de santo, por Todos los Santos, y las rosquillas de anís, en toda época.
La fachada de las Platerías debe su nombre a los obradores de plata que existían en el lugar.
Parece que en sus primeros años de vida ayudaría a sus padres en la panadería, donde cuentan que se inició en el arte del moldeado, pues aprovechaba los restos de masa, para realizar pequeñas figuritas, teniendo por testigo a los amasadores que hacían estas funciones en los obradores.
Destacan dos cuencas fragmentados de vidrio polícromado de una variedad muy escasa conocida como vidrio mosaico o millefiori, propia de los obradores orientales de la primera mitad del siglo I d.
Es un postre tradicional y conocido en toda España, ya que antiguamente los obradores de Almazán fueron proveedores de la Casa Real.
Las modistillas, al salir de los obradores, y las señoras, de vuelta de los almacenes, lo atravesaban para ganar terreno.
Lo hay en esas fondas silenciosas, con comedores que se abren de tarde en tarde, solemnemente, cuando por acaso llega un huésped, en esos cafés solitarios donde los mozos miran perplejos y espantados cuando se pide un pistaje exótico, en esos obradores de sastrería que al pasar se ven por los balcones bajos y en que un viejo maestro, con su calva, se inclina sobre la mesa, y cuatro o seis mozuelas canturrean, en esas herrerías que repiquetean sonoras, en esos conventos con las celosías de madera ennegrecidas por los años, en esas persianas que se mueven discretamente cuando se oyen resonar pasos en la calleja desierta, en esas comadres que van a los hornos con sus mandiles rojos y verdes, o en esos anacalos que van a recoger el pan a las casas, en esas viejas que os detienen para quitaros un hilo blanco que lleváis a la espalda, en esos pregones de una enjalma que se ha perdido o de un vino que se vende barato, en esos niños que se dirigen con sus carteras a la escuela y se entretienen un momento jugando en una esquina, en esas devotas con sus negras mantillas que sacan una enorme llave y desaparecen por los zaguanes oscuros.
De aquí se sigue desamparar estas cabezas de familia sus talleres, en los años que ejercen cargos de la cofradía, comerse los caudales de esta, acostumbrarse a abandonar sutrabajo y el cuidado de los obradores, y distraerse finalmente en comilonas, o en otras disipaciones: muy opuestas a los principios de la moral cristiana, a la utilidad pública o de sus familias, y a la sobriedad, que es tan necesaria en los artesanos.
Y como el traje es tan parecido, no se desdeñan de tratar con ellos, y de ahí procede perderse muchos, contrayendo la misma vida licenciosa y holgazana, huyendo de los obradores y talleres de sus maestros, para aprender el fácil y descansado arte de la tuna, y todo género de bellaquerías.
Los padres, parientes, o tutores no han de poder tampoco sacarlos de los obradores de sus maestros en días de trabajo, ni dispensarles arbitrios de holgar, a título de una compasión mal entendida, que les sería en adelante muy dañosa.
Hechas estas cosas, y reunidos con Melón y sus asociados, enviaron al Ática a llamar a aquellos desterrados que allí quedaron, y en la ciudad excitaban a la libertad a los habitantes, armando a los que encontraban, para lo que quitaban de los pórticos las armas traídas en triunfo y se metían por los obradores de los lanceros y espaderos que allí había.
Por que se les inutilizan las industrias y oficios, que habían aprendido, los obradores, los utensilios, y los parroquianos, que les empleaban, y ya no tienen otro modo, de que vivir.

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