Ejemplos con naturalidad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Es el precursor de la escuela sevillana, un toreo ejecutado con naturalidad y gracia, no exento de profundidad.
Además, se han respetado los desniveles del terreno, con una pequeña colina en su parte norte, lo que da más naturalidad a esta intervención paisajística.
De esta forma se evitan perdidas y cambios en los aromas y sabores propios de los procesos de concentración, consiguiéndose así un mejor equilibro y naturalidad.
Todavía es muy buen mozo, declaró Lucía con naturalidad.
Por el espíritu suspicaz de Miranda no cruzó ni sombra de recelo entonces, y dijo con naturalidad:.
¡Qué bien amanecía en aquel Daubigny! ¡Con qué naturalidad pastaban aquellos carneros de Jacque, tasados en mil francos cada uno!doce tenía el cuadro.
Luciaañadió con naturalidad y sin la menor expresión de amargura, usted dispensa mi falta de tino, ¿no es cierto?.
La primera tarde que encontró en el café de la Cannebière a su contertulio el viejo capitán, fué encaminando la conversación hábilmente hasta poder formular con naturalidad la pregunta que llevaba en su pensamiento: ¿Qué había sido de aquella Freya Talberg que tanto preocupaba a los periódicos antes de salir él para Salónica?.
Mas como no se había dado jamás el caso de que Gabino Maza asintiese por más de diez minutos a lo que en su presencia se hablase, tomó pretexto de una sencillísima indicación, hecha por don Feliciano Gómez, con la perfecta naturalidad y modestia que caracterizaban los discursos de este distinguido comerciante, para caer sobre él de un modo tan violento como injustificado.
Cuando Pablito cesó, le preguntó con deliciosa naturalidad:.
Habló con gran naturalidad y como cosa corriente, de las relaciones ilícitas que sostenía la mayoría de las damas aristocráticas de Madrid.
Y allí, a la suave sombra, contaba Pedro maravillas y glorias europeas a Ana, que le oía con cariñoa Adela, que hacía como si no le interesasen, a Lucía, que pensaba con amorosa cólera en Juan, en Juan, que no debía venir, porque estaba allí Sol, en Juan, que debía venir puesto que estaba Lucíay a Sol contaba también aquellas historias, quien sin desagrado ni emoción las escuchaba y con sus hábitos de niña huérfana, azorada a veces de la súbita rudeza que templaba Lucía luego con arrebatos afectuosos, solo se sentía dueña de sí cerca de quien la necesitaba, y ni con Adela, que parecía esquivarla, ni con la misma Lucía, aunque esto le pesaba mucho, tenía ya la naturalidad y abandono que con Ana, con Ana a quien aquellos aires perfumados y calurosos habían vuelto, si no el color al rostro, cierta facilidad a los movimientos y unos como asomos de vida.
Cuando la dama dejó de hablar, sacó el padre Cifuentes a relucir la tabaquera de cuerno, con su heraldo obligado, el pañuelo a cuadros azules y verdes, y con la mayor naturalidad del mundo dijo resueltamente:.
La Villasis se detuvo un momento, y sin el menor alarde de esplendidez, con la sencilla naturalidad de quien ofrece una cosa insignificante, añadió en seguida:.
¡Eso es otra cosa!replicó con fresquísima naturalidad la duquesa.
¿No me la habías visto?dijo con mucha naturalidad Currita.
Isabel Mazacán, sobre todo, parecía querer comérselo, y por dos o tres veces, mientras le tuvo en el palco lanzó al de Currita una mirada que parecía decirle: ¡Rabia de firme! Él acogía todos aquellos homenajes con la exquisita naturalidad, el desembarazo distinguidísimo del elegante de raza que se reconoce de moda, del del día cuyos saludos se mendigan, sus frases se repiten, sus trajes se copian, sus toses y estornudos se numeran y comentan.
Mas entre todos aquellos monumentos de altas estimaciones, era el más curioso una hermosa fotografía de la reina de Inglaterra, colocada con afectada naturalidad sobre la chimenea en un pequeño caballete de plata oxidada, cuyas molduras tapaban, en parte, la honrosa dedicatoria.
Jaime Pimentel, al notar la soltura y naturalidad de sus distinguidos modales, y al oír su acento y las pocas y atinadas palabras que le dirigió, las cuales ni pecaron de frías y secas, ni se extremaron por lo galantes, sino que se encerraron dentro de los límites de la más respetuosa discreción.
Así es que sólo quería agradar de puro bondadosa: por donde resultaban en ella una naturalidad, una modestia y un olvido aparente de su propio mérito, que encantaban y pasmaban.
Las niñas tenían preparados sus trajes de manola , y un sinnúmero de veces se habían ensayado ante el espejo para aprender a colocarse con naturalidad y buen gusto la blanca mantilla de blonda.
Escribía como hablaba, con mucha naturalidad y sencillez, sin rebuscar frases ni atildamientos, siguiendo el orden lógico de las ideas, ajena a la calculada afectación, que hace del estilo epistolar una cosa insoportable y ridícula.
Pero, áun así y todo, ¡qué naturalidad, qué frescura salvaje, qué gracia bucólica había en aquella errónea y trasnochada , referente a toda una ! ¡Ah! yo me enorgullezco de haber aprendido algo en semejantes condiciones, de haber tenido tantas ideas falsas, de haber estado en tantos errores! Figúraseme, cuando pienso en ellos, como que he vivido en dos planetas o en dos siglos muy apartados el uno del otro, que he estado en dos mundos, que he existido dos veces, como acontecerá al que cambia de religión o al que se casa en segundas nupcias! Por lo demás, permítaseme decir desde ultra-tumba, que me parece mucho más poético aquel modo de ser, en que no sabían las gentes por dónde andaban, ni lo que ocurría más allá del anillo de su horizonte, que este otro en que cualquier mocosuelo es capaz de decirle a uno cuántos lunares tiene en la rabadilla el Primer Ministro del celeste Imperio.
Esto lo decía con tanta naturalidad, que Guillermina, por un instante, no supo si indignarse o tomarlo a risa.
¿Piensa usted ir a verla?le preguntó después el chico con la mayor naturalidad.
Dices bien, una cosa es enamorarse de la muerte, y otra cumplir nuestras obligaciones mientras no llega el momentodijo doña Lupe con naturalidad.
Poco a poco iban siendo menos los ratos de extravío, y se pasaba largas horas completamente despejado y tratando de cualquier asunto con discreta naturalidad.
Baldomero de la calle cuando ya se iban a sentar a la mesa, y dijo con la mayor naturalidad del mundo que le había caído la lotería.
Lo era hasta en el modo de ayudar a Nucha a bajarse de la borrica, en la naturalidad galante con que le ofreció no el brazo, sino, a la antigua usanza, dos dedos de la mano izquierda para que en ellos apoyase la palma de su diestra la señora de Ulloa.
Por supuestorespondió Primitivo con la mayor naturalidad del mundo.

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