Ejemplos con muestres

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Adúlale un poquito, que le gusta, y si trabajases algún día en su despacho particular, no te muestres cansado, aunque te tenga diez o doce horas con la pluma en la mano, que le entusiasman los incansables, como él.
Patricio cuando juntos entraron en la capilla-, no desmayes, no muestres dolor, porque soy digno de envidia, no de lástima.
Hémosle dicho tus buenas habilidades, y deseamos que las muestres y nos saques verdaderos, y así, te ruego por tu vida que te sientes y cantes el romance de tus amores que te compuso el beneficiado tu tío, que en el pueblo ha parecido muy bien.
Ahora bien, yo te perdono, con que te emiendes, y con que no te muestres de aquí adelante tan amigo de tu interés, sino que procures ensanchar el corazón, y te alientes y animes a esperar el cumplimiento de mis promesas, que, aunque se tarda, no se imposibilita.
No te muestres, aunque por ventura lo seas lo cual yo no creo, codicioso, mujeriego ni glotón, porque, en sabiendo el pueblo y los que te tratan tu inclinación determinada, por allí te darán batería, hasta derribarte en el profundo de la perdición.
Resciba tanta gracia, que le conozcas e hables e muestres buena cara.
Te conjuro, apremio y mando que luego incontinente muestres a estos señores algunas de las tus maravillosas maravillas, para que se regocijen y tomen placer sin escándalo alguno! Ea, que ya veo que.
Porque si lo vno o lo otro no abastasse, qualquiera remedio otro darías sin temor, pues te pido le muestres, quedando libre mi honrra.
A osadas, que me dixo ella a mí lo cierto: nunca, hermana, traygas ni muestres más pena por el mal ni muerte de otro, que él hiziera por ti.
Y hasta dejó el tazón en la bandeja sin romperlo, y pronunció con palabra muy elocuente la fórmula de cortesía que entre la gente bien educada se pronuncia cuando se ha aceptado algo de comer o de beber: ¡Ojalá dure siempre, la hospitalidad de esta casal y Fuerza-de-los-Corazones le contestó, encantada: ¡que tu vida dure otro tanto! Y después de regalarle con un festín excelente, le dijo: ¡Ahora ¡oh Califa! ha llegado el momento de que muestres toda tu inteligencia y tus méritos! ¡Por tanto, escúchame bien, y no olvides lo que escuches!.
Te aconsejo que no te muestres, si no quieres dar de cabeza en la cárcel y sufrir una de azotes de padre y muy señor mío, porque el de Chinchón ha husmeado también que lo de Bohórquez y demás es de mohatra, y que si algo te llamas es Pedro Chamijo, mondo y lirondo, sin arrequives ni hidalguías.
Pues bien, escucha mi encargo: a punto has llegado en que muestres que eres en la realidad, siendo en el nombre hijo.
Ya que esto se va cumpliendo tan bonitamente, fuerza es, hijo, que me prestes tu ayuda, y no te muestres remiso ni provoques mi indignación, sino que cedas y lo hagas, persuadiéndote que el más santo de los mandamientos es obedecer a los padres.
-A que, tratándose también ahora de descubrir el fondo de nuestras conciencias, muestres un poco del afán en que entonces me aventajabas, para saber en cuál de los dos reside el hielo que apagó la hoguera de aquella pasión que parecía consumirnos a entrambos, quién de nosotros es más culpable de este alejamiento en que vivimos, quién se complace en ello, o quién lo deplora, cuál es el remedio que se necesita, o si no queda ninguno para que cese esta situación insoportable.
Como la bruja es muy corta de vista dijo Gretel cuando ella te pida que le muestres uno de sus dedos para sentir si ya estas rellenito, tu lo que vas a sacar por entre los barrotes de la jaula es este huesito de pollo, de forma tal que la bruja sienta lo huesudo de tu mano y decidía esperar un tiempo más y ambos estuvieron de acuerdo con la idea.
Porque, aunque su fundamento de verdad sea para ti el más firme y seguro, nada se opone a que remuevas, airees y retemples tu convicción, y la encares con nuevos aspectos de la realidad, y muestres su fortaleza en nuevas batallas, y la lleves contigo a explorar tierras del pensamiento, mares de la incredulidad y de la duda, que ella puede someter a su imperio engrandeciéndose, ni a que, corroborándola dentro de ella misma, te afanes por hacer más fuerte y armónica la conexión de las partes que la componen.

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