Ejemplos con medo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Seguido cuenta las ocurrencias, cuando Ciro era niño, de la estancia y vuelta en la corte junto a su abuelo Astiages, quien fue el último rey medo.
La oposición de estos dos grupos de dialectos es aparente ya en los tiempos iranios antiguos, con la oposición entre el persa antiguo y el medo.
Un destacado idioma iranio antiguo de este grupo es el medo, un destacado idioma iranio medio en este grupo es el parto.
Darío el Medo según el libro bíblico de Daniel fue el sucesor en el trono del rey caldeo Belsasar cuando las fuerzas de Ciro el persa conquistaron Babilonia.
Se dice de Darío el Medo que fue hecho rey sobre el reino de los caldeos, pero no se dice rey de Persia, la forma regular empleada para referirse al rey Ciro.
Es posible que los descendientes de la aristocracia persa utilizasen el persa antiguo, un dialecto iranio de la rama suroccidental, emparentada con el medo, perteneciente a la noroccidental.
El libro sagrado de los persas es el Zend Avesta, atribuido a Zoroastro, un filósofo medo, que vivió en el siglo VI antes de Cristo.
Se ha realizado investigación por varios autores, que los antecesores beluchis se remontan a la época del Imperio Medo, cuando las tribus beluchis o las tribus kurdas fueron enviadas a proteger las fronteras del Imperio medo en las regiones de Makrán y Torán.
Los comandantes de este ejército eran el almirante medo Datis y el sobrino de Darío, Artafernes, cuyo padre había patrocinado el ataque sobre Naxos diez años antes.
Pero Medea, con quien ya se había reconciliado, acudió en su ayuda con su hijo Medo, que derrotó a Perses y devolvió el trono a su abuelo.
Cuando éste murió en un combate naval en el Ponto Euxino, Medo unió su reino al de la Cólquida, creando así el Imperio Medo.
Los medos conquistaron Elam a los asirios, y la dinastía Aqueménida, otra dinastía iraní que gobernó la anterior tierra elamita de Anshan, tomó Susa y conquistó el Imperio Medo, para establecer el primer Imperio Persa.
Tales ilusiones se formaban los bárbaros, pero luego que de cerca cerraron con ellos los bravos atenienses, hicieron prodigios de valor dignos de inmortal memoria, siendo entre todos los griegos los primeros de quienes se tenga noticia que usaron embestir de carrera para acometer al enemigo, y los primeros que osaron fijar los ojos en los uniformes del medo y contemplar de cerca a los soldados que los vestían, pues hasta aquel tiempo sólo oír el nombre de medos espantaba a los griegos.
Viendo, pues, cuán poco adelantaba Mardonio al frente de su armada, quitóle el cargo de general y nombró de nuevo dos jefes para ella, el uno Datis, de nación medo, el otro Artafernes, su sobrino, hijo del virrey Artafernes.
De esta mala estrella, según creo, provendría que Demarato se declarase tan contrario a Cleomenes, así antes cuando se retiró desde Eleusina con sus tropas, como entonces cuando Cleomenes se dirigía contra los eginetas declarados partidarios del medo.
Si es verdad que los muertos resucitan así, aun del medo Astiages podéis recelar no se os alce con el imperio, antes suyo, pero si las cosas de los muertos continúan en ir como han ido hasta ahora, estad bien seguro que no se levantará del sepulcro para subir al trono vuestro Esmerdis.
Ciro, muy satisfecho con el consejo, y desistiendo de su primer enojo, dijo a Creso que se conformaba con él, y llamando al efecto al medo Mázares, le mandó que intimase a los lidios cuanto le había sugerido Creso, que fuesen tratados como esclavos todos los demás que habían servido en la expedición contra Sardes, y que de todos modos le presentasen vivo delante de sí al mismo Páctyas.
En esta llanura, viendo Ciro a los lidios formados en orden de batalla, y temiendo mucho a la caballería enemiga, se valió de cierto ardid que el medo Harpago le sugirió.
¿Pues qué, nosotros los persas hemos de ser vasallos de un medo, súbditos de un mago, siervos de un criminal infame y con las orejas cortadas? Bien podéis acordaros los que conmigo os hallasteis presentes al último discurso del enfermo y moribundo Cambises, no dirá de los encargos y mandas que nos hizo, sino de las horrendas maldiciones de que nos cargó, si después de su muerte no procurábamos recobrar el imperio usurpado.

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