Ejemplos con martirio

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y así llegó el quinto año de seminario, nueve meses de martirio, y salí nuevamente de vacaciones.
Siete años de triple martirio, no ya en el corazón, como los años anteriores, sino en la carne y en la conciencia.
Martirio del corazón, martirio de la carne y martirio de la conciencia, acaso más desesperado que todos.
De esta suerte, el marido ignora por qué la maternidad es sacramento, martirio y santificación.
Más de tres años de martirio llevaba la mujer de Simón al encontrarnos con ella de nuevo, no porque se fijase en que en la villa se hacía con ella lo que ella había hecho con los demás en la aldea, ni porque suspirara por volver a recuperar su pequeño trono abandonado, no, en fin, porque le atormentasen la memoria los atinados consejos del anciano señor cura, sino porque deseaba un campo más ancho en que explayarse, otro mundo más revuelto en que campar por lo que se era y no por lo que se había sido.
supondrá, lo que verdaderamente valían las órdenes religiosas en México, comprendí, con dolor, que habían acabado ya los bellos tiempos en que el convento era el plantel de heroicos misioneros que a riesgo de su vida se lanzaban a regiones remotas a llevar con la palabra cristiana la luz de la civilización, y en que el fraile era el apóstol laborioso que iba a la misión lejana a ceñirse la corona de las victorias evangélicas, reduciendo al cristianismo a los pueblos salvajes, o la del martirio, en cumplimiento de los preceptos de Jesús.
La aureola del martirio vale más que entrar en un calabozo siendo un hombre y salir hecho un pingajo.
Buscaba la paz y el silencio, y le rodeaba en pequeñas proporciones el mismo ambiente de proselitismo y ciegos entusiasmos que en su época de martirio.
El prestigio del martirio vino a hacer más ardoroso el fervor de aquella gente.
Los musulmanes no dan martirio y respetan las creencias de los vencidos.
En la parte interior de la puerta del Mollete, el horrendo martirio del niño de La Guardia, la leyenda nacida a la vez en varios pueblos católicos al calor del odio antisemita: el sacrificio del niño cristiano por judíos de torva catadura, que lo roban de su casa y lo crucifican para arrancarle el corazón y beber su sangre.
La imagen de la acequia que a poca distancia arrastraba su caudal murmurante para otros, era para él un martirio.
¿De qué sacrificio, de qué obra estupenda de caridad, de qué proeza de amor, de qué devoción, abnegación y martirio no será capaz el alma unida con Dios, y que se vuelve a las criaturas, y las contempla en Dios mismo, como si fuesen algo del ser y de la sustancia del objeto amado? Lejos, pues, de creer que esta unión del alma con Dios la hace inerte e inútil para los demás seres, creo que la habilita y alienta para tomar en el manantial caudaloso del amor del cielo los torrentes de caridad que vierte luego en la tierra.
Había estado en diversas tierras de gentiles, difundiendo la luz del Evangelio, había pasado apenas creíbles trabajos, había arrostrado graves peligros, y aun había estado dos veces a punto de alcanzar una muerte tan cruel como gloriosa, no salvando la vida sino después de sufrir prolongado martirio.
Y aquí principia el poema del alma: aquí principia la tragedia del corazón: aquí principia el martirio de la.
Indicó a doña Lupe que le librara de este martirio poniendo a Nicolás en otra habitación.
Que mi locura, de la que con la ayuda de Dios he sanado, se me cuente como martirio, pues mis extravíos, ¿qué han sido más que la expresión exterior de las horribles agonías de mi alma? Y para que no quede a nadie ni el menor escrúpulo respecto a mi estado de perfecta cordura, declaro que quiero a mi mujer lo mismo que el día en que la conocí, adoro en ella lo ideal, lo eterno, y la veo, no como era, sino tal y como yo la soñaba y la veía en mi alma, la veo adornada de los atributos más hermosos de la divinidad, reflejándose en ella como en un espejo, la adoro, porque no tendríamos medio de sentir el amor de Dios, si Dios no nos lo diera a conocer figurando que sus atributos se transmiten a un ser de nuestra raza.
Desde que di con la tan rebuscada fórmula, paréceme que soy otro Antes mi vida era un martirio, ahora no me cambio por nadie.
Durante el largo martirio de las teclas, las exclamaciones de admiración no cesaban.
No pensó en dormir aquella noche, y anhelaba que viniese el día para marcharse, porque el sentir la voz doliente de su marido producíale atroz martirio.
Instalose el joven con no poco trabajo en la bigotera, porque las faldas de su futura esposa y la ropa talar del clérigo estorbaban lo que no es decible la entrada y la salida, y si el trayecto fuera más largo, el martirio de aquellas seis piernas que no sabían cómo colocarse habría sido muy grande.
Hasta las doce duró aquel martirio.
Sí, volveremos Pero que lo laven ¡pobre niño! Debe de estar en un martirio horrible con ese emplasto en la cara.
Seguía el relato de la mística noche nupcial, de la conversión de Valeriano, del ángel que velaba a Cecilia para guardar su pureza, con el desenlace glorioso y épico del martirio.
En aquella casa es indudable que andaban muchas cosas desquiciadas, otras torcidas y fuera de camino, el capellán asistía al drama, temía un desenlace trágico, sobre todo desde la famosa señal en las muñecas, que no le salía de la acalorada imaginación, mostrábase taciturno, su color sonrosado se trocaba en amarillez de cera, rezaba más aún que de costumbre, ayunaba, decía la misa con el alma elevada, como la diría en tiempos de martirio, deseaba ofrecer la existencia por el bienestar de la señorita, pero, a no ser en uno de sus momentos de arrechucho puramente nervioso, no podía, no sabía, no acertaba a dar un paso, a adoptar una medidaaunque ésta fuese tan fácil y hacedera como escribir cuatro renglones a don Manuel Pardo de la Lage, informándole de lo que ocurría a su hija.
Clotaldo buscaba modos que pudiesen dar ánimo a su mucho temor, y no los hallaba sino en la mucha confianza que en Dios tenia y en la prudencia de Isabela, a quien encomendó mucho que por todas las vias que pudiese escusase el condenallos por católicos, que puesto que estaban prontos con el espíritu a recebir martirio, todavía la carne enferma rehusaba su amarga carrera.
Tres flores he dado ya, y otras tantas las ha usted vendido, y tres veces he pasado insufrible martirio.
Ten paciencia, hijo, y da gusto a estos señores, y muchas gracias al cielo por haber puesto tal virtud en tu persona, que con el martirio della desencantes los encantados y resucites los muertos.

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