Ejemplos con lustroso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se los puede distinguir porque en general Xylocopa tiene el abdomen lustroso desprovisto de pelos mientras que Bombus suele estar cubierto de vellosidad en todo el cuerpo.
Debido a su densidad y dureza, el cocobolo puede pulirse para quedar lustroso con un acabado cristalino.
Difícil aserrado y clavado, pero ofrece excelente superficies de cepillado y pulido, con brillo lustroso natural.
Su brillo es mediano y algo lustroso, carece de olor y tiene textura mediana y heterogénea, grano derecho y veteado, suave con líneas castañas.
Su follaje verde lustroso que torna a amarillo intenso en otoño, le confiere marcados valores decorativos, además de brindar una sombra buena y fresca.
° El Guardia Civil, lo mismo en la capital de Monarquía que en el despoblado más solitario, no deberá salir nunca de la casa-cuartel sin haberse afeitado, lo cual hará lo menos tres veces por semana, llevará siempre el pelo corto, la cara y las manos lavadas, las uñas bien cortadas y limpias, el vestuario muy aseado y el calzado perfectamente lustroso.
las cuatro especies del género Campephaga exhiben dimorfismo sexual, con machos que tienen plumaje negro lustroso y carúnculas de color rojo y amarillo brillante, y las hembras con plumaje verde olivo más amortiguado.
Son predominantemente grisáceas con blanco y negro, aunque los Pericrocotus son brillantemente coloridos en rojo, amarillo y negro, y Coracina azurea de África central es azul lustroso por todo el dorso.
Presentan un color es verde oscuro lustroso en el anverso y más claro en el reverso.
Fruto en aquenio, mazudo blanquecino y pubérulo al principio pero se vuelve negro, lustroso y con rayas blancas al madurar.
- Caimito: árbol de fruto comestible, la piel de la fruta es de un negro lustroso, su pulpa amarilla es de sabor agradable.
Hojas alternas, elípticas a aovadas, margen ligeramente revoluto, haz verde lustroso, envés glauco y piloso, nervadura notoria.
El pelo del lomo es suave de color uniforme y lustroso, pardo, grisáceo o castaño amarillento.
Dos rosas asomaban sobre sus orejas, y bajo el ala de su fieltro, echado atrás y adornado con una cinta a flores, escapábanse en rizado flequillo las ondulaciones de su cabello, lustroso de pomada.
Mirando melancólicamente a la urraca y su lustroso plumaje dominicano, por asociación de imágenes se le ocurrió que el Padre Alesón podía sacarle del apuro, y fué a pedirle que le prestase un libro de poesías y algún discurso.
La sotana de merino lustroso, como barnizado, el vivo del alzacuello, una pinceladita de morado ardiente, casi carmín, el afeitado de bigote y barba, color violeta y azulenco pálidos, el resto del rostro, rojo vehemente y bruñido, los ojos, profundos y negros.
¿Cómo podían ser los mismos caballos fuertes y de pelo lustroso que él había visto en los desfiles de París a principios del mes anterior? Una campaña de veinte días los había envejecido y agotado.
Después pasó a todo vapor, con rumbo al Báltico, un navío ruso, blanco y lustroso desde las cofas a la línea de flotación.
Las varas estaban ocupadas por un buey blanco, lustroso, con cuernos enormes y muy abiertos, un animal semejante a los que figuraban en las ceremonias religiosas de los antiguos.
Hablaba con ternura infantil de , un gato obeso y lustroso, y de dos canarios que había confiado a la portera.
Lo ves, Ana, lo ves, ya Juan no vieney se levantó Lucía, fue a uno de los jarrones de mármol colocados entre cada dos columnas, de las que de un lado y otro adornaban el sombreado patio, arrancó sin piedad de su tallo lustroso una camelia blanca, y volvió silenciosa a su mecedora, royéndole las hojas con los dientes.
Al fin se detuvo ante un rocín blanco, no muy gordo ni lustroso, con algunas rozaduras en las piernas y cierto aire de cansancio, una bestia de trabajo que, no obstante su aspecto de abrumamiento, parecía fuerte y animosa.
Tenía la hoja arrugada, y el tono verde, antes tan lustroso, era ahora de una amarilla transparencia.
Abrióse una portezuela del mostrador y entró en la tienda la esposa de don Antonio, una mujer voluminosa, con la obesidad blanducha y el cutis lustroso que produce una vida de encierro e inercia y que le ciaban cierto aire monjil.
Y al decir esto, señalaba a un pillete mandadero, inmóvil a corta distancia, con un capón gordo y lustroso en los brazos.
Robustos, cargados de espalda, con la cabeza inclinada como signo de perpetua esclavitud y miseria, vélaseles pasar lentamente con su traje de paño burdo, estrecho pañizuelo arrollado a las sienes, y entre éste y el abierto cuello de la camisa el rostro rojizo, agrietado y lustroso, con espesas cejas y ojillos de inocente malicia.
Cerca de la ventana, sobre un tapete empalidecido, dos butaques medellineros, de cuero resobado y lustroso, y un gran sillón, incomparable para dormir la siesta.
Venía vestido con los trapitos de cristianar, peinado en la peluquería, con una raya muy bien sacada desde la frente a la nuca, y las mechas negras chorreando olorosa grasa, las botas nuevas y sombrero de copa muy lustroso.
Hundiose en los abismos del ayer la levita antigua, con toda su mugre, testimonio lustroso de luengos años de cesantía y de arrastrar las mangas por las mesas de las redacciones.
Era una hermosísima y apacible tarde, en que la Primavera, vestida de andaluza, llenaba el cielo de esplendores y sonrisas, de cálidos besos el sosegado ambiente y de fragantes rosas los huertos y balcones de la Ciudad, el lustroso peinado de las doncellas y las manos de sus felices o desgraciados amadores.

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