Ejemplos con libran

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La media de la mayoría ronda las cuatro estrellas y media pero no por ello se libran de la crítica de los espectadores mas descontentos que plasman, muy a menudo, sus quejas en los comentarios que la página permite dejar de cada capítulo.
Con frecuencia, las guerras subsidiarias se libran en el contexto de conflictos violentos o soterrados a gran escala.
Se libran dos batallas en el Cerro de las Campanas, entre los liberales y las tropas de los conservadores en conjunto con un contigente frances que se quedó en México por solidaridad con el emperador.
Las ciudades se libran de arrendatarios y funcionarios.
También tiene enfrentamientos con barras limeñas que vienen cuando sus equipos juegan en Arequipa, de los cuales se libran varios enfrentamientos.
El Plano no está afectado por este elemento fruto de la erosión, por lo demás, las otras zonas de las Bardenas no se libran de ellos.
La mayor parte de los señores norteños son asesinados o tomados como prisioneros en lo que pasa a conocerse como la Boda Roja, pero dos de ellos se libran: lady Maege Mormont y lord Galbart Glover, que Robb había enviado a La atalaya de aguasgrises para forjar una alianza con lord Howland Reed y así poder llevar a cabo su plan de atacar foso Cailin.
Las terribles batallas que los diversos bandos libran en otras partes para conseguir la victoria y el poder no apasionaban en modo alguno los ánimos.
En la Iglesia son contadísimos los que se libran de las pasiones humanas.
Pero las personas que como usted se elevan tanto por la meditación y la abstracción, que se libran de las flaquezas humanas por su fortaleza, son mucho más perfectas.
Sí, os libran del pecado original, de acuerdo.
Monina, que poco antes enredara junto a su madre, había sido condenada al destierro de la cama, ostracismo casi siempre acompañado de lágrimas, del cual no se libran los pequeños cuando los grandes tienen algo grave que tratar.
— Pues en mi país —interrumpió el teniente— se venden unos pergaminos que nos libran del plomo y del hierro.
¿Qué espera un marido, ni un padre, ni un hermano, y hablando más comúnmente, un galán, de una dama, si se ve aborrecida, y falta de lo que ha menester, y tras eso, poco agasajada y estimada, sino una desdicha? ¡Oh, válgame Dios, y qué confiados son hoy los hombres, pues no temen que lo que una mujer desesperada hará, no lo hará el demonio! Piensan que por velarlas y celarlas se libran y las apartan de travesuras, y se engañan.
Pero las personas que como usted se elevan tanto por la meditación y la abstracción, que se libran de las flaquezas humanas por su fortaleza, son mucho más perfectas.
Los hombres de más talento no se libran de pagar su tributo a la vulgaridad.
La vida metódica y sin afanes, la paz de la conciencia, el ejercicio saludable, le conservan entero y enjuto, sin achaques de los que a su edad pocos se libran, aunque es algo aprensivo, y tan friolero que anda de capa todo el año, de Agosto a Julio.
Pues respecto de Rómulo, porque deliberando sobre las cosas públicas se suscitase alguna diferencia, nadie tendría esto por suficiente motivo para tal acaloramiento, mas a Teseo le sacaron de tino contra el hijo cosas de que muy pocos se libran: el amor, los celos y las calumnias de su mujer, y lo que es más decisivo todavía, en Rómulo la cólera se propasó a obras, y a una acción que tuvo fin infausto, y la ira de Teseo llegó sí a expresiones, a blasfemias y a imprecaciones propias de un anciano, pero en lo demás parece que aquel joven sucumbió a su suerte, por tanto, cualquiera votaría a favor de Teseo.
—Basta —dijo Critilo— que aun los montes no se libran de la mudanza, expuestos al.
Agradécelo a los servicios con que de huéspedes nos trataste, que ellos son los que a ti y a cuatro de tus hijos os libran de mis manos: sólo te condeno a perder ese solo por quien muestras tanto cariño y predilección.
Lo que era de temer, sucede al cabo: la fiebre se propaga, hácese peste asoladora, y no se libran de ella ni los que tienen el juicio más aplomado, caen hasta los cervantistas de buena casta, y caen sobre el Quijote y sobre la memoria de su autor, como antes cayera el servum pecus, y allí se están cual si hubieran jurado, en el paroxismo de su manía, gastar en la empresa hasta el último soplo de la vida, porque cada cual cree encontrar en aquellas páginas inmortales lo que más se acomoda a sus deseos y aficiones.
Allí se concentra todo el botín conquistado en las batallas que los jefes del interior libran incesantemente.

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