Ejemplos con libertó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Muere en la pobreza, sombra del hombre que libertó gran parte del continente.
Sólo otra en el porvenir podía igualarla: si el hombre libertó su cuerpo en tiempos remotos, le falta ahora la gran revolución del espíritu.
Por fortuna, doña Manolita presintió por instinto aquella situación difícil, y libertó de ella pronto a su amiga, presentándose otra vez en el saloncito.
Mi padre me libertó del servicio y casi arrastrando llevome a Castrillo, pero cuando cerró el ojo volví a las andadas, y alistándome en el regimiento de caballería de España, estuve en la guerra del Rosellón.
Y es lo bueno que es pública fama por todos estos contornos que los que nos saltearon son de unos galeotes que dicen que libertó, casi en este mesmo sitio, un hombre tan valiente que, a pesar del comisario y de las guardas, los soltó a todos, y, sin duda alguna, él debía de estar fuera de juicio, o debe de ser tan grande bellaco como ellos, o algún hombre sin alma y sin conciencia, pues quiso soltar al lobo entre las ovejas, a la raposa entre las gallinas, a la mosca entre la miel, quiso defraudar la justicia, ir contra su rey y señor natural, pues fue contra sus justos mandamientos.
E inmediatamente Abdalah el pescador libertó de la red al habitante del mar.
uno de ellos, trató de asesinar un Congreso, otro, libertó a los esclavos, y.
aquél, era una alma de filósofo, que libertó al país de la tutela del Papa,.
indios me aprehendieron, me «empelotaron» y el señor Intendente me libertó!.
Cómo aquel mancebo recibido en la compañía por Hemo, afamado ladrón, fue descubierto ser Lepolemo, esposo de la doncella, el cual la libertó con su buena industria y llevó a su tierra.
-San Martín, general argentino, libertó nuestra patria del yugo español.
Desde que os marchasteis, después que os libertó del tumulto el.
ésta le conocía y le estaba agradecida desde la noche en que libertó a Elvira de los brazos de su.
Lo que llevaba yo escondido de alegría y de sentimientos cordiales, se libertó de su consuetudinario calabozo y mi verdadera naturaleza se espandió libre, borbotante, vívida.
La posición erecta le libertó las manos de tener que.
Expuesta a caer en manos de tal pretendiente andaba yo, en mi desventura, pidiendo antes morir que acercarme a tales bodas, cuando al cabo de tiempo, con harto consuelo mío, vino el ilustre hijo de Zeus y Alcmena, cerró con él en singular combate, y por fin me libertó.
Con violento ademán, se libertó de mi brazo, y en su movimiento medroso y brusco dejó caer y rodar por las baldosas el mate, que se rompió con sordo ruido, mientras la bombilla de plata saltaba repicando con notas argentinas.
En seguida se acercó al jefe de la guardia cristiana, y le quitó las llaves de las cadenas con que estaban sujetos los diez soldados musulmanes, y los libertó también.
He pedido entonces detalles, y me los han dado, diciendo: ¡Es que Jader, hijo de Omar, ha vuelto de viaje y construyó este palacio! ¡Trajo consigo numerosos esclavos y muchos criados jóvenes! ¡Y viene cargado de riquezas y colmado de dinero! ¡Y libertó del calabozo a sus hermanos! ¡Y ahora está sentado en su palacio como un sultán!.
Por tanto, habiendo quitado Arato, luego que libertó a esta ciudad, todos los retratos de los tiranos, en cuanto al de Arístrato, que vivió en la era de Filipo, estuvo indeciso mucho tiempo, porque fue pintado Arístrato por todos los de la escuela de Melanto al lado de un carro que conducía una victoria, habiendo puesto también la mano Apeles en aquella pintura, según refiere el geógrafo Polemón.
Pasando con esta intención a Corcira, donde estaba la armada, cedió el mando a Cicerón, que había gozado de la autoridad consular, no habiendo él sido más que pretor, pero como Cicerón no lo admitiese y se diese la vela para Italia, viendo a Pompeyo el Menor decidido a castigar con un arrojo y una osadía muy fuera de sazón a los que los abandonaban, y que el primero en quien iba a poner las manos era Cicerón, lo amonestó en secreto, y logró templarle, con lo que a Cicerón seguramente lo libertó de la muerte y a los demás les proporcionó seguridad.
Hizo éste con gran dificultad y trabajo todo lo demás de su marcha, pues no sólo no encontraba quien le suministrara provisiones, sino que era despreciado de todos por la derrota que poco antes había sufrido, pero luego que tomó a Gonfos, ciudad de Tesalia, además de tener con qué mantener sobradamente su ejército, le libertó del contagio por un modo bien extraño, y fue que encontraron abundancia de vino, y bebiendo largamente, así en comilonas como en las marchas, con la embriaguez domaron y ahuyentaron la enfermedad, mudando la disposición de los cuerpos.
Pareció tan arreglado y humano este dictamen, y fue pronunciado con tal vehemencia, que no sólo los que votaron después, sino aun muchos de los que habían hablado antes, reformando sus opiniones, se pasaron a él, hasta que a Catón, y a Cátulo les llegó su vez, porque éstos lo contradijeron con esfuerzo, y dando Catón en su discurso valor y cuerpo a la sospecha contra César, y altercando resueltamente con él, los reos fueron mandados al suplicio, y a César, al salir del Senado, muchos de los jóvenes que hacían la guardia a Cicerón, sacando contra él las espadas, le detuvieron, pero se dice que, a aquel tiempo, Curión, cubriéndole con la toga, le libertó de sus golpes, y que el mismo Cicerón, habiéndose vuelto los jóvenes a mirarle, los retrajo por señas, o por temor del pueblo, o porque realmente no tuviese por justa aquella muerte.
Observando, pues, Luculo estos males en las ciudades, en breve tiempo libertó de ellos a los que los experimentaban, en primer lugar, mando que ninguna usura pasase del uno por ciento, en segundo, dio por acabadas las que habían llegado a exceder el capital, y en tercero, que fue lo más importante, dispuso que el prestamista disfrutase la cuarta parte de las rentas del deudor, y a aquel que incorporaba las usuras con el capital lo privó de todo, de manera que en el breve tiempo de cuatro años se extinguieron todos los créditos y las posesiones quedaron libres a sus dueños.
Admitían los jueces la excusa, pero el mismo Mario hizo oposición a Herenio, diciendo que luego que entró en las magistraturas se libertó de la calidad de cliente, lo que no era enteramente cierto, pues no toda magistratura exime a los clientes y a su posteridad de la obligación de alimentar al patrono, sino solamente aquella a la que la ley concede silla curul.
Refiérese que el filósofo Jenócrates, cuando Licurgo el orador le libertó de la prisión adonde le llevaban los publicanos, e introdujo además contra éstos la acción de injurias, encontrándose con los hijos de Licurgo, les dijo: “¡A fe mía que he pagado bien a vuestro padre!, porque todos celebran lo que conmigo ha ejecutado.
Y con sola esta mudanza se libertó Lacedemonia de muchas especies de crímenes, porque ¿quién había de hurtar o dar en soborno, o trampear, o quitar de las manos una cosa que ni podía ocultarse, ni excitaba la codicia, ni había utilidad en deshacerla? Porque apagando, según se dice, en vinagre el hierro acerado hecho ascua, lo dejó endeble y de mal trabajar.
En segundo lugar, la mayor hazaña de Rómulo es haber destruido a un solo tirano en Alba, y para Teseo no fueron más que cosas de paso Escirón, Sinis, Procrustes y Corunetes, con cuyo exterminio libertó a la Grecia de muy duros tiranos, antes que supiesen quién él era los que le debían su remedio.
Tenemos el caso típico de Lenin, que libertó a un pueblo de la esclavitud.
-No, señor abate, hubo uno que me libertó.

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