Ejemplos con levantes

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Colau nos refirió terribles episodios de su lucha contra las olas embravecidas en los duros Levantes, que mil veces le pusieron a dos dedos de caer en los profundos abismos.
Puede suceder que un día te levantes con los sentidos trastornados, y sin darte cuenta confundas lo cristiano con lo moro.
No todos se burlaron del empirismo del capellán: algunos de los presentes sentían en su naturaleza la indicación higrométrica y barométrica, y otros se atenían a la tesis popular y marinera de los nueve días, como duración de los fuertes Levantes.
En señal del amor que le tengo, te encargo que le levantes las enaguas y le des una buena solfa en semejante parte.
Es preciso que te levantes ahora mismo y vayas a ver a todas las personas que puedan interesarse por tu hermano, que bien ganado se tiene el achuchón, ¡pero qué le hemos de hacer! Tú verás a D.
contenida, te levantes del piano para contemplar desde el balcón.
No te levantes hasta que entre para que te vea sentado muy cerca de mí.
Vale más que te levantes, hija, y pases al gabinete.
Puede suceder que un día te levantes con los sentidos trastornados, y sin darte cuenta confundas lo cristiano con lo moro.
¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo! Tú posees el secreto: ¡revélanoslo! Diez años aún después de tu trágica muerte, el hombre de las ciudades y el gaucho de los llanos argentinos, al tomar diversos senderos en el desierto, decían: ¡No, no ha muerto! ¡Vive aún! ¡El vendrá! ¡Cierto! Facundo no ha muerto, está vivo en las tradiciones populares, en la política y revoluciones argentinas, en Rosas, su heredero, su complemento: su alma ha pasado a este otro molde, más acabado, más perfecto, y lo que en él era sólo instinto, iniciación, tendencia, convirtióse en Rosas en sistema, efecto y fin, la naturaleza campestre, colonial y bárbara, cambióse en esta metamorfosis en arte, en sistema y en política regular capaz de presentarse a la faz del mundo como el modo de ser de un pueblo encarnado en un hombre que ha aspirado a tomar los aires de un genio que domina los acontecimientos, los hombres y las cosas.
¡Las dos palabras que te pido no tienen nada que ver con eso! Deseo que te levantes sobre ambos pies y digas: Sed testigos de mis palabras, ¡oh habitantes del zoco, oh mercaderes de buena fe! ¡Por voluntad propia consiento en cambiar mi mono por el mono de Califa, y en trocar mi suerte y mi sino de este mundo por su suerte y su sino, y mi dicha por su dicha!.
En señal del amor que le tengo, te encargo que le levantes las enaguas y le des una buena solfa en semejante parte.
Te suplico que no abandones el lecho, y no te levantes hasta que esté yo de vuelta.
-Estate quieto -me dijo-, debes de estar enfermo y conviene que no te levantes por ahora.
-¡Oye, tú!, ¿sabes lo que te digo? Que te levantes antes que venga la chica.

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