Ejemplos con lelo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Erik Manosalva - Lelo: Actual capitán del equipo, conocido por su carácter y vestimenta y por eso muchos lo consideran que puede ser gay.
Por muchas razones estaba yo turbado y lelo, pero mi mayor confusión provenía del descubrimiento y hallazgo de la divina, la cual no podía ser otra que la ferocísima negra que yo había visto, verdadera mula en dos pies.
Pues nada: el mismo sujeto en quien puse todos mis odios, ahora, charlando conmigo de silla a silla, me volvía lelo, me cautivaba y me convertía en un monigote.
Aunque no pronunciaba el nombre de Eufrasia, la imagen de la descarriada moza no se apartaba de su mente, y a ratos su mirar fijo y lelo era como si la viese, invisible para los demás.
Yo, como tan lelo me tenían con las alabanzas, me dejé conducir, como un pobre buey cansino a quien llevan al matadero.
Porque el talle y el corsé, cuando hay dentro calidad, los arreglan los modistos fácilmente, pero lo que es el lenguaje Chico, habías de verla y te quedarías lelo, como yo.
La primera cosa que excitó la atención naciente de la niña, cuando estaba en brazos de su niñera, fueron estos dos pasmarotes de semblante lelo y desabrido, y sus magníficos trajes morados.
Hombre, en Chamberí mi asilo ¿Está usted lelo?.
Bobalicón, ¿no has caído en ello? ¡Eres tan bruto! ¿Pero di, no te has mirado al espejo alguna vez? ¿No se te ha ocurrido? Pareces lelo Pues te lo diré: para lo que tú sirves es para modelo de pintores ¿no entiendes? Pues ellos te ponen vestido de santo, o de caballero, o de Padre Eterno, y te sacan el retrato porque tienes la gran figura.
Maxi, lelo y mudo, la miraba, y al fin sus ojos se humedecieron Se deshelaba.
Juanín se quedó pasmado y lelo delante del nacimiento.
Lelo y mudo estaba el estudiante en la puerta de su cuarto, cuando su tía se volvió hacia él, y echándole una mirada muy significativa, le dijo:.
A ratos me distraigo, me entra como un olvido, me quedo lelo sin saber dónde estoy ni lo que hago Pues digo, ¿y cuándo pierdo la memoria y se me va de ella lo que más sé? Tú estarás buena mañana, pero yo no sé a dónde voy a parar con estas cosas.
¿No comprendes? Parece que estás lelo.
Ella había visto, en alguna parte, sin duda en los muñecos de barro de las ferias, aquel reír estúpido, aquellos semblantes toscos y aquel mirar lelo.
Ella había visto en alguna parte, sin duda en los muñecos de barro de las ferias, aquel reír estúpido, aquellos semblantes toscos y aquel mirar lelo.
Yo estaba absorto, pasmado y lelo, contemplando la seductora ignorancia, la infantil malicia, la franqueza sin freno de aquella alma, a quien la falta de toda educación mundana presentaba en la desnudez de su inocencia.
Pero ¡ay!, lo que más que traje y sombrero me asombró, dejándome lelo delante de tan esclarecido concurso, fue la cara del mendigo, sí señores, su cara, porque sepan ustedes que era la del mismísimo lord Gray.
-O yo estoy lelo, o la artillería de la vanguardia ha salido del camino.
Sin hablar palabra lo rodeaban, con los ojos embelesados y exhalando tal cual suspiro, mientras Pablillo, en el centro del vasto círculo formado por toda la servidumbre, que había acudido a contemplarle, ya con burlas, ya con admiración, estaba lelo, estupefacto y trémulo, entre disgustado y orgulloso, sin mover brazo ni pierna, y cuidando de mantener derecha la cabeza para que el pesado alcázar de su sombrero no rodase por el suelo.
Y ya que éste, mirando como lelo al corro que íbase formando, no se resolvía, lanzóse él mismo, gorra en mano.
Pero, ¿qué haces ahí, posma? -le gritó a Mendo que se había quedado como lelo-, ¿no ves que ya están llegando? Anda a habilitar las caballerizas.
Volvió Aristides a reconvenirlos al día siguiente, y como ellos con risa le contestasen que debía de estar lelo o dormido, pues ya el ejército estaría en el templo de Orestes marchando contra los forasteros, nombre que daban a los Persas: “No es tiempo éste de chanzas- les repuso Aristides-, queriendo vosotros más bien engañar a los amigos que a los enemigos.
Luego que se enteró del aviso de Parmenión, dijo que, sin duda estaba lelo y fuera de su acuerdo, pues con la turbación no reparaba que si vencían serían dueños de cuanto tenían los enemigos, y si eran vencidos no estarían para pensar en caudales ni en esclavos, sino en morir peleando denodada y valerosamente, y esto mismo fue la respuesta que mandó a Parmenión.
Y sin darme tiempo a expresar mi admiración, me soltó una retahíla de apóstrofes italianos, de los que suelen usar las mujeres del pueblo en casos de pasión o de ira, dejándome absolutamente confuso, lelo y turulato.
Y viéndome como lelo, me sacudió con fuerte brazo.
»Tu padre, de la sorpresa de este notición, se ha quedado como lelo, y tu hermano quiere ir a la boda.
Y tú, grandísimo pavo, te quedaste lelo como un poste cuando la madre te pasó los dedos por la cara y te dijo: «Zequiel, qué guapín eres».
Don Saturno del Socobio, que estaba ya casi lelo, no decía más que: «España es la primera nación del mundo por el valor y por la sobriedad.

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