Ejemplos con lealtad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tuvo que efectuar una salida, obligado por el aumento de los corsarios en la zona, con las fragatas Lealtad, Iberia, Sabina, Perla, Castilla y la goleta Habanera, con las que entabló diversos combates contra diferentes buques de otros tantos nuevos países.
Gracias a su entrega y dedicación, se pudo efectuar el riguroso y efectivo bloqueo de Cayo Hueso, que obligó al comodoro Poters a desarmar sus buques, pues le resultó imposible hacerse a la mar durante más de un año, así como el apresamiento del bergantín mexicano Guerrero por la fragata Lealtad, uno de los escasos buques que componían la flota de Laborde en el apostadero de La Habana.
La movida subterránea manejaba un desarrollado código de amistad y lealtad entre sus miembros, lo que le permitió crecer rápidamente en la escena local.
Concédenos hoy, intercediendo por nosotros, imitar tu confianza y tu lealtad a la promesa de Dios.
Hace años que nuestro emperador le tiende la mano con noble lealtad, y ella finge no verla Eso reconocerá usted que no es correcto.
Era el insulto del hombre de jerarquía superior al siervo infiel, el orgullo del oficial noble que se acusa a sí mismo por haber fiado en la lealtad de un simple marino mercante.
La visita de la policía afianzaba para siempre la fama de su lealtad alfonsina, dándole una importancia en el partido que la ponía por completo a cubierto de las pretensiones de la corte amadeísta.
¡Nadie, nadie!exclamó Butrón soltando el resoplido inmenso de un gigante a quien quitan de sobre el pecho una montañaNadie ha dudado ni por un momento de tu lealtad, hija mía querida, y cree que.
Siempre se condujo con la mayor lealtad en la administración.
Acisclo, que con tanta habilidad y lealtad había administrado sus bienes? D.
De lo que sí no hacen misterio, de lo que se muestran francamente satisfechos, es de la ingénita lealtad que atribuye a los villaverdinos la leyenda de su viejo blasón.
¡Oh!, no, interrogándose y respondiéndose con toda lealtad, resultaba que no le quería absolutamente nada.
Habíale visto en su casa desde que tuvo el don de ver y apreciar las cosas, conocía bien, por opinión de su padre y por experiencia propia, las excelentes prendas y lealtad del hablador.
Le parecía imposible que el se expresase así Vio en sus ojos una lealtad y una honradez que la dejaron pasmada.
¿Por qué decir otra cosa? Reconociendo el otro con caballeresca lealtad que esta consecuencia era laudable, sentía en su alma punzada de celos, que trastornaba por un instante sus planes de redención.
La misma doña Lupe aprobó este acuerdo, que si recortaba un poco el capital de la herencia, era un acto de lealtad y como una consagración póstuma de la honradez de su infeliz hermano.
Fortunata lo pensó, y al cabo de un ratito, la lealtad y buena fe con que se confesaba mostráronse en esta declaración:.
Yo quiero que me digas con lealtad qué harías, qué harías tú en este trance.
—Así es que no omití medio de tranquilizarla acerca de mi lealtad y de mi cariño.
Admiróles el hermoso sitio de la ciudad, y la estimaron por flor de las bellas ciudades del mundo, honra de España, temor y espanto de los circunvecinos y apartados enemigos, regalo y delicia de sus moradores, amparo de los estranjeros, escuela de la caballería, ejemplo de lealtad, y satisfacion de todo aquello que de una grande, famosa, rica y bien fundada ciudad puede pedir un discreto y curioso deseo.
En efecto, la hermosura y la bondad de Camila, juntamente con la ocasión que el ignorante marido le había puesto en las manos, dieron con la lealtad de Lotario en tierra.
Busco en la muerte la vida, salud en la enfermedad, en la prisión libertad, en lo cerrado salida y en el traidor lealtad.
Díjole asimismo lo que, instigado de la furiosa rabia de los celos, había dicho a Anselmo, y cómo estaba concertado de esconderse en la recámara, para ver desde allí a la clara la poca lealtad que ella le guardaba.
Y no le parezca a alguno que anduvo el autor algo fuera de camino en haber comparado la amistad destos animales a la de los hombres, que de las bestias han recebido muchos advertimientos los hombres y aprendido muchas cosas de importancia, como son: de las cigüeñas, el cristel, de los perros, el vómito y el agradecimiento, de las grullas, la vigilancia, de las hormigas, la providencia, de los elefantes, la honestidad, y la lealtad, del caballo.
Hemos de matar en los gigantes a la soberbia, a la envidia, en la generosidad y buen pecho, a la ira, en el reposado continente y quietud del ánimo, a la gula y al sueño, en el poco comer que comemos y en el mucho velar que velamos, a la lujuria y lascivia, en la lealtad que guardamos a las que hemos hecho señoras de nuestros pensamientos, a la pereza, con andar por todas las partes del mundo, buscando las ocasiones que nos puedan hacer y hagan, sobre cristianos, famosos caballeros.
Yo os agradezco respondió el emperador el no haber puesto tan mal pensamiento en efeto, y de aquí adelante no os pondré yo en ocasión que volváis a hacer prueba de vuestra lealtad, y así, os mando que jamás me habléis, ni estéis donde yo estuviere.
Y contóle el escrutinio que dellos había hecho, y los que había condenado al fuego y dejado con vida, de que no poco se rió el canónigo, y dijo que, con todo cuanto mal había dicho de tales libros, hallaba en ellos una cosa buena: que era el sujeto que ofrecían para que un buen entendimiento pudiese mostrarse en ellos, porque daban largo y espacioso campo por donde sin empacho alguno pudiese correr la pluma, descubriendo naufragios, tormentas, rencuentros y batallas, pintando un capitán valeroso con todas las partes que para ser tal se requieren, mostrándose prudente previniendo las astucias de sus enemigos, y elocuente orador persuadiendo o disuadiendo a sus soldados, maduro en el consejo, presto en lo determinado, tan valiente en el esperar como en el acometer, pintando ora un lamentable y trágico suceso, ahora un alegre y no pensado acontecimiento, allí una hermosísima dama, honesta, discreta y recatada, aquí un caballero cristiano, valiente y comedido, acullá un desaforado bárbaro fanfarrón, acá un príncipe cortés, valeroso y bien mirado, representando bondad y lealtad de vasallos, grandezas y mercedes de señores.
Y, diciendo esto, sacó del pecho un crucifijo de metal, y con muchas lágrimas juró por el Dios que aquella imagen representaba, en quien él, aunque pecador y malo, bien y fielmente creía, de guardarnos lealtad y secreto en todo cuanto quisiésemos descubrirle, porque le parecía, y casi adevinaba que, por medio de aquella que aquel papel había escrito, había él y todos nosotros de tener libertad, y verse él en lo que tanto deseaba, que era reducirse al gremio de la Santa Iglesia, su madre, de quien como miembro podrido estaba dividido y apartado por su ignorancia y pecado.
Pague el traidor con la vida lo que intentó con tan lascivo deseo: sepa el mundo, si acaso llegare a saberlo, de que Camila no sólo guardó la lealtad a su esposo, sino que le dio venganza del que se atrevió a ofendelle.
Llámale, acaba, que todo el tiempo que tardo en tomar la debida venganza de mi agravio parece que ofendo a la lealtad que a mi esposo debo.

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