Ejemplos con jugaba

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mirola aun buen rato, como buscando en su aspecto la solución del enigma, hasta que al fin, encogiéndose levemente de hombros, como el que exclamase: ¿Qué me importa a mí, en resumen? , tomó de su maletín un libro y probó a leer, pero se lo impidió el fulgor vacilante que a cada vaivén del coche jugaba a embrollar los caracteres sobre la blanca página.
Por eso, como yo no sabía nada, dije antes de ayer en casa de Beatriz lo que creía, ¡claro está!, la verdad Que el ministro vino a ofrecerme el cargo, y yo me había negado a aceptarlo muy ofendida, tomándolo por una majadería de esa gentuza Figúrese usted mi sorpresa cuando ayer se me entra por las puertas ese animal de Martínez, tan ordinario, tan groserote, muy ofendido con mi negativa, gritando como un energúmeno que nadie jugaba con el Gobierno, y amenazándome con una carta de Fernandito, que iba a refregarme ¡por los hocicos, Butrón, por los hocicos!.
Sin duda, sabía muy bien que en el , en el inocente , se jugaba gordo.
La familia hizo de ello un misterio, y los murmuradores se contentaron con repetir que el capitán Fuenleal estaba loco por mi tía, pero que ésta envanecida y orgullosa de su hermosura, jugaba con el corazón de su amartelado, sin dejarse coger en las amorosas redes, sin dar prenda que la comprometiese más tarde.
Antiguamente se jugaba en todas partes, en trastiendas, talleres, boticas, mentideros, y hasta en la Plaza, durante la segunda quincena de Diciembre.
Frente al Principal, un grupo de soldados comía melones, en las puertas de las tiendas asomaban los dependientes curiosos, un corro de granujillas del Mercado jugaba a las chapas frente a los pórticos, y el resto de la plaza estaba solitario, con las aceras limpias de cestones y toldos, tostándose sus baldosas con aquella luz intensa y deslumbrante que lo caldeaba todo.
Estupiñá se encargaba de traer estos peligrosos artículos de la casa de un truchimán que los vendía de , y cuando atravesaba las calles de Madrid con las cajas debajo de su capa verde, el corazón le palpitaba de gozo, considerando la trastada que le jugaba a la Hacienda pública y recordando sus hermosos tiempos juveniles.
Figurábase ser una muñeca viva, con la cual jugaba una entidad invisible, desconocida, y a la cual no sabía dar nombre.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba