Ejemplos con jonios

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Durante la campaña escita de Dario I formó parte del contingente griego que custodiaba el puente de barcas sobre el Danubio, por donde cruzó el ejército del Gran Rey, convenció a los jonios de que no destruyeran el puente, abandonando así a Dario y no se rebelaran contra los persas, propuesta que defendía Milcíades de Atenas.
Sus primeros habitantes llegaron a la isla en la época micénica, siendo poblada posteriormente por los jonios.
De él descienden tres de las principales ramas del pueblo griego, los dorios, los jonios y los eólios.
Del segundo al séptimo volumen habla sobre los filósofos jonios como Anaxímenes o Anaxágoras y comenta las diferentes opiniones de Sócrates y su discípulo Jenofonte.
Durante el período micénico ya había penetrado los eolios y los jonios los cuales se esteblecieron en el Ática y fundaron la ciudad de Atenas.
Evidencia de esto es que dos asentamientos jonios de la Anfictionía délfica fueron dados a Atenas y a los jonios de Eubea: Calcis y Eretria.
Ante el avance de la flota fenicia hacia Lesbos, levantó el asedio de Tasos y llevó su ejército a Asia Menor para abastecerse en la región de Misia, donde accidentalmente encontró un ejército persa dirigido por Harpago, que destruyó a los jonios y capturó a Histieo.
Tras la caída de Mileto, Histieo trasladó sus operaciones a Quíos donde tomó Cela y la convirtió en su cuartel general, logró reunir un pequeño ejército con los jonios fugitivos de los persas, y sitió la ciudad de Tasos.
Histieo convenció a los jonios de ser el instigador de la revuelta y envió unas cartas a Sardes dirigidas a unos notables persas con los que había acordado una conjura, las cartas fueron entregadas a Artafernes, quien deshizo la conjura y ejecutó a los traidores.
Además, los jonios sufrieron duros golpes, como la conquista de su floreciente suburbio de Naucratis, en Egipto, la conquista de Bizancio, llave del Mar Negro, y la caída de Sibaris, uno de sus mayores mercados de tejidos y un punto de apoyo vital para el comercio.
Pues ¿qué otra cosa pensáis vos que desean los isleños, oyendo que vais a construir esas naves, sino poder atrapar a los lidios en alta mar, y vengar así los agravios que estáis haciendo a los griegos del continente, tratándolos cuino vasallos y aun como esclavos?» Dicen que el apólogo de aquel sabio pareció a Creso muy ingenioso y cayéndole mucho en gracia la ficción, tomó el consejo de suspender la fábrica de sus naves y de concluir con los jonios de las islas un tratado de amistad.
El monarca lydio hizo después la guerra por su turno a los jonios y a los eolios, valiéndose de diferentes pretextos, algunos bien frívolos, y aprovechando todas las ocasiones de engrandecerse.
Los demás jonios determinaron en el congreso enviar embajadores a Esparta, solicitando auxilios en nombre de todos.
Su imperio se componía por consiguiente de los de los lidios, frigios, misios, mariandinos, calibes, paflagonios, tracios, tinos y bitinios, como también de los carios, jonios, eolios y panfilios.
Pasa después a averiguar con mucho esmero quiénes de entre los griegos fuesen los mas poderosos, a fin de hacerlos sus amigos, y por los informes halló que sobresalían particularmente los lacedemonios y los atenienses, aquellos entre los dorios, y estos entre los jonios.
En las diferentes batallas que se dieron, hubo una nocturna en el año sexto de la guerra que ambas naciones proseguían con igual suceso, porque en medio de la batalla misma se les convirtió el día repentinamente en noche, mutación que Thales Milesio había predicho a los jonios, fijando el término de ella en aquel año mismo en que sucedió.
Entretanto, Ciro, habiendo reunido sus fuerzas y tomado después todas las tropas de las provincias intermedias, venía marchando contra Creso, y antes de emprender género alguno de ofensa, envió sus heraldos a los jonios para ver si los podría separar de la obediencia del monarca lydio, en lo cual no quisieron ellos consentir.
Una cosa he notado en la lengua persa, en que parece no han reparado los naturales, y es que todos los nombres que dan a los cuerpos y a las cosas grandes y excelentes terminan con una misma letra, que es la que los Dorienses llaman San, y los jonios Sigma.
Al punto que los lidios fueron conquistados por los persas con tanta velocidad, los jonios y los eolios enviaron a Sardes sus embajadores, solicitando de Ciro que los admitiese por vasallos con las mismas condiciones que lo eran antes de Creso.
» El motivo que tuvo Ciro para responder de esta manera a los jonios y a los eolios fue porque cuando él les pidió por sus mensajeros que se rebelasen contra Creso, no le dieron oídos, y ahora, viendo el pleito tan mal parado, se mostraban prontos a obedecerle.
Enojado, pues, contra ellos, los despachó con esta respuesta, y los jonios se volvieron a sus ciudades, fortificaron sus murallas y reunieron un congreso en Panionio, al que todos asistieron menos los Milesios, porque con estos solos había Ciro concluido un tratado, admitiéndolos por vasallos con las mismas condiciones que a los lidios.
Conquistó a los jonios, a los eolios y a los dorios, pueblos todos del Asia menor, y ganóse por amigos a los lacedemonios.
Estos jonios, a quien pertenece el templo de Panionio, han tenido la buena suerte de fundar sus ciudades bajo un cielo y en un clima que es el mejor de cuantos habitan los hombres, a lo menos los que nosotros conocemos.

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