Ejemplos con intrigantes

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mazer Rackham es uno de los personajes más intrigantes de la novela, que juega un papel muy significativo, es una leyenda de la flota internacional, una organización militar que adiestra cadetes espaciales para entrenarlos en la lucha espacial y se ocupa de la protección del planeta Tierra.
A pesar de que sus prolongados experimentos produjeron muchas desviaciones y mutaciones intrigantes, las razas que los Xel Naga cultivaban nunca satisfacían sus gigantescas esperanzas.
Entre los visitantes se encuentra una pareja de intrigantes italianos, Annina y Valzacchi, que ofrece sus servicios al barón, quien los contrata para que localicen a Mariandel.
La situación política era manejada por intrigantes del gabinete: las presiones sufridas por Decoud por parte de Rufino Mazó, Eusebio Mongelós y Rufino Careaga, en representación de los hombres fuertes, Juan Bautista Egusquiza y Bernardino Caballero, forzaron su apartamiento, dando lugar a que la presidencia recayera en manos de Marcos A.
El comportamiento y la mentalidad de los Terrans resultan intrigantes para los Protoss, permaneciendo ocultos para examinar a los humanos y protegerlos de otras amenazas sin su conocimiento.
Después del descubrimiento de las porciones de las Odas de Salomón en la Pistis Sofía, los eruditos continuaron buscando encontrar más copias de esos intrigantes textos.
Eso acontece en Coteruco, pueblo que llegan a corromper dos intrigantes y un mentecato, sin otro fin que el de satisfacer ruines pasiones y venganzas.
Era de acero fino don Manuel, y tan honrado, que nunca, por muchos que fueran sus apuros, puso su inteligencia y saber, ni excesivos ni escasos, al servicio de tantos poderosos e intrigantes como andan por el mundo, quienes suelen estar prontos a sacar de agonía a las gentes de talento menesterosas, con tal que éstas se presten a ayudar con sus habilidades el éxito de las tramas con que aquellos promueven y sustentan su fortuna: de tal modo que, si se va a ver, está hoy viviendo la gente con tantas mañas, que es ya hasta de mal gusto ser honrado.
Si don Manuel se sentía con redaños para obra tan grande, bastárale plantarse en firme, y dar grandes voces diciendo: Cortes y Rey, caterva de políticos intrigantes y ociosos: Convocad a la Nación con verdad y honradez, y ella os dará un criterio de gobierno.
Decíase en estos que Jacobo había prestado un gran servicio al partido restaurador, echando a pique con ciertos misteriosos papelitos a tres personajes intrigantes y tramposos que, ávidos siempre de poder y dinero, habían querido en Biarritz, después de la caída de Amadeo, injerirse traidoramente en la restauración del trono, que ellos mismos habían contribuido a hundir cinco años antes.
La primera pifia que ha dado la Restauración ha sido abrir la puerta a esta canalla ¡Dejar que se forme ahí una almáciga de intrigantes, una de hipócritas revolucionarios!.
Todos son unos intrigantes en la oposición y unos caciquillos en el poder.
-No sé qué es peor, Demetria -dijo Fernando nervioso-, si tratar con bandidos o con fatuos, intrigantes, como ese clérigo.
Si existen ateos, que no lo dudo, son los calumniadores, los intrigantes de que está infestado el mundo.
Esto no se ha hecho para los frailes ambiciosos, ni para los clérigos intrigantes.
¡Ah, los frutos del ambiente de esa condenada casa de locos ambiciosos e intrigantes! ¿Qué han de sacar de ella los hombres desinteresados y conciliadores como yo, sino grandes desencantos y trastornos cerebrales? ¡No sabes con qué ansia aguardo el momento de salir a respirar aires libres y más sanos, fuera de la atmósfera candente en que nos abrasamos aquí los desdichados a quienes el patriotismo obliga a encadenar hasta sus afectos más íntimos al presidio de los negocios del Estado!.
Viniera, sí, antes hoy que mañana, a traernos la justicia, eliminando de las oficinas a los pancistas, intrigantes y gorrones, y dando la merecida redención a los pobres mártires de la política.
Y para satisfacción tuya y mía, agrego que en ese señor verás a uno de los que con más ahínco se consagran a la persecución de intrigantes y al descubrimiento de las perfidias que nos consumen, hombre tan piadoso como valiente y leal, que daría su vida por el Rey, como la daríamos tú y yo si necesario fuese.
Corrían voces de que se habían interceptado cartas de Maroto a generales de Isabel, proponiendo condiciones para dar el pasaporte a Don Carlos, mas alguien sostenía con visos de autoridad que la tal correspondencia era falsa, obra pérfida de los fueristas de Muñagorri y de otros intrigantes que hormigueaban en la frontera, protegidos por el Gobierno de Madrid y el Comodoro inglés Lord John Hay, vulgarmente llamado Lorchón.
Por eso, y no por otras razones, llegó al comedor pisando menudito y echando pestes contra los compromisos anexos a la condición de hombres importantes, y contra La Alianza Mercantil e Industrial, con sus juntas extraordinarias, y sus intrigantes, y sus envidiosos, y sus beduínos, que le habían sacado a él de sus casillas aquella noche y entretenido malamente dos horas más de lo regular.
No habría necesidad de recurrir a estos extremos, que parecen un tanto reñidos con la sana moral, si ese amigo de usted y que tanto lo fue mío cuando yo no me había resuelto aún a sacrificar mi reposo y mi hacienda al bien de este país desventurado, que va hundiéndose en el abismo por las ruindades y atrevimientos injustificados de cuatro ambiciosos intrigantes, si ese amigo, repito, no llevara tan lejos su tesón y sus escrúpulos.
-El que yo me niegue a ser instrumento de cuatro intrigantes, no es resistirme a ayudarte con alma y vida a hacer algo bueno por el pueblo en que nacimos.
Desde que candorosamente te pusiste al servicio de ciertos amigotes de campanillas, tomando sus adulaciones y embustes por sinceridades, has luchado a su favor en esta comarca con varia fortuna, según que los intrigantes de por acá te han ayudado o te han combatido.
Entre los llamados «vividores intrigantes» contaba don Pedro Mortera a un señor de la villa, que había sido siempre muy amigo suyo, el cual señor, por hinchazones de vanidad, no tuvo reparo en ser allí delegado perpetuo de todos los poderes para sostener, de cualquier modo, la causa de los que le servían en tres leguas a la redonda, por lo que don Pedro Mortera no quiso más tratos con él, pues creía, y con fundamento, que son peores que los tunos sus cómplices y encubridores.
Con esos vividores intrigantes, que te están chupando hasta la honra, jamás.
El de Patricio ostentaba este lema: Moralidad, Justicia, el de Facio, este otro: ¡Guerra al vicio!, el de Gildo decía: ¡Mueran los intrigantes!, y por último, en el del sacristán, que acababa de unirse a la procesión con el suyo correspondiente, campeaba esta leyenda: Libertad de cultos.
Los intrigantes suben, los amigos, los aduladores, los lacayos medran sin necesidad de sermones, pero nosotros, los que hemos de ascender por nuestro mérito apostólico, no podemos ser impacientes, tenemos que esperar en una actitud digna de sumisión y respeto.
El grupo de intrigantes que lo rodeaba le impedía ver a los hombres probos, que nunca faltan en cualquier sociedad, bien inspirados y de errores sinceros.
Otra nube de jesuitas ambiciosos, intrigantes y envenenadores, corruptores de las conciencias y opresores de los Estados, una gusanera de monjas rebelándose contra las leyes de la naturaleza, y cantando con voz gangosa salmos en latín contrahecho, un tropel de beatas chismosas, haraganas y soberbias, otro rebaño de creyentes invadiendo los templos para dar culto a su fanatismo, y poblando a otras horas las casas de juego, los salones de baile, la plaza de toros, los lupanares.
Los intrigantes, corridos y avergonzados, solicitaban mi perdón con estudiadas sonrisas y amabilidades.

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